En diciembre de 1564 se tuvo noticia en Madrid, por aviso mandado por los espías de Felipe II, de que los turcos se preparaban para atacar Malta.
También el papa Pío IV escribió al Rey de España para advertirle de que Solimán se proponía atacar la isla y otros puertos cristianos del Mediterráneo.
En febrero de 1565 llegó a Sicilia el nuevo virrey don García de Toledo, capitán general de la mar, el cual empieza a sostener una larga correspondencia con Felipe II y con el secretario Eraso (curioso que todos los Secretarios de Estado de los Austrias eran vascongados) en la que se pide desde el primer momento que se concentren las naves españolas y se construyan galeras de mayor porte.
En marzo de ese año salía de Constantinopla la armada turca formada por ciento treinta galeras, treinta galeotas y diez naves gruesas, llevando a bordo más de quince mil hombres.
Hicieron escala en Navarino (Pylos) y el 12 de mayo fueron vistas las naves desde el cabo Pájaro. El gran maestre de la Orden de Malta, Juan de La Valette, se dirigió a España y pidió ayuda desesperadamente.
Primeramente se le mandó trigo de Sicilia. El 29 de junio desembarcaron en Malta seiscientos hombres al mando de don Juan de Cardona y consiguieron peligrosamente llegar al burgo, pues ya desde el 18 de mayo la escuadra turca había alcanzado la costa y comenzaba el asedio.
Los sitiados se defendían con bravura.
Perdieron el castillo de San Telmo, pero impidieron a los turcos lograr sus objetivos. Además, sufrieron éstos muchas disensiones internas, padecieron una grave epidemia de tifus y sus pérdidas se incrementaron a causa de las enfermedades y la carencia de bastimentos.
Mientras tanto, don Álvaro de Bazán acudió a Nápoles con una flota de cuarenta galeras para embarcar a los tercios españoles.
El 7 de setiembre desembarcó la flota cristiana en Malta. Iba al frente del ejército don Álvaro de SANDE hombre de avanzada edad (75 años, pues nació en 1498), pero muy decidido y capaz para esta gran empresa.
Siete días duró el fiero combate desde la llegada del auxilio, y el 14 de setiembre Malta era liberada y la flota turca se retiraba con múltiples bajas, entre ellas la del corsario Dragut. La victoria llenó de alegría a toda la Cristiandad.
Manuel Fernández Álvarez en su obra Felipe II y su tiempo, refleja el interés mostrado por la reina Isabel de Inglaterra al embajador español, Diego Guzmán de Silva, llegando a decirle que hubiera querido ser hombre para haber estado en ella.
NOTA : Tercios españoles : hay quienes consideran que el nombre proviene de los tres mil hombres, divididos en doce compañías, que constituían su primitiva dotación. Los tercios, fueron instituidos a imitación de las legiones (romanas).
Por edad, tanto el caballero Don Diego De Valero como el fijosdalgo Don Cándido De Tellagorri, aún estamos a tiempo de dirigir Tercios contra el Turco o contra quien haga falta, a imitación del General don Alvaro Sande. Pero no nos quedan ínsulas que defender ni barcos con los que navegar porque el Gobernante actual se dedica a construir madrassas de socialización castrista y similares mariconadas.
Tellagorri
elsitio de malta en 1565
DON CÁNDIDO DE TELLAGORRI, fijosdalgo de pró, y por tanto Caballero al mando del Tercio Liberal de Blogger con sede en Vascongadas,....
ResponderEliminarHago saber qué, a fe de Dios, no me cabe la menor duda que tanto vos como yo aún estamos a tiempo y bien dispuestos a bregar contra otomanos y demás miembros de la morería, incluyendo en el lote a bellacos vendepatrias como lo es un rufián apodado Zapatones CejaAltiva, cuyo reducto no se halla como pudiera suponerse allende los mares, sino más bien tierra adentro, a escasa media legua de la Plaza Mayor de Madrid.
Ved pues, mi estimado Maestre de Armas, que nuestra inmedita labor no estriba precisamente en defender una ínsula, si no por el contrario atacar con denuedo su vil madriguera situada en el palacete de La Moncloaca.
Para tal fin tampoco precisamos de naves con las que abordar su reducto, puesto que desde el río Manzanares no se atisba ni por asomo su escondrijo. Por otra parte, de poder lanzar un ataque naval, las quillas de nuestros navíos se harían añicos en el lecho fluvial, debido al escaso calado del aprendiz de río.
Sin embargo, dado que vuestro coraje y mala leche van parejos al mío, tened presente que de igual modo vuestro estandarte de guerra y el mío siempre permanecerán unidos en la primera línea de fuego, situada en las trincheras de un campo de batalla llamado Blogger.
Tenéis mi palabra y yo tengo la vuestra, que así será hasta el fin de nuestros días.
Dios o el diablo os guarde, mi estimado caballero.
Laudámus te, Don Cándido de Tellagorri.
Interesante entrada de un interesante acontecimiento històrico no tanto conocido por eclipsado por la otra grn batalla de la època tiempos, la mayor ocaasiòn que vieron los tiempos que decìa ese paladìn de la lengua espanola que era Cervantes.ù
ResponderEliminarAlguna insula queda aun por defender como aquella del valle de Aràn acosada por los corsarios nacionalistas del pirata Carod.
Un saludo a vuesa merced.
¡Válgame Dios!
ResponderEliminar¡La de batallas que engrosan mi desconocimiento!
Si de luchar contra malandrines a favor de la nación se trata, sírvanse sus señorías Don Diego De Valero y Don Cándido De Tellagorri de esta humilde dama, aunque sea de espía, pues para ello bien valen las artes femeninas.
Besos.
Recuerdas el post que hice sobre Calderón de la Barca, Lope de Vega y Cervantes... pues os tendría que meter a Vos.
ResponderEliminarNada más noble que defender a la patria y escribir brillantemente.
ya sabes:
y a fe que es del tiempo vario
efecto bien peregrino
que no siendo vizcaíno
llegase a ser secretario
Don Tellagorri de Cándido tiene bastante poco, pero en estos tiempos que corren que se acusa a todo aquel que ose lanzar palabras contra estos moriscos que por las buenas o las malas intentan clavar la pica de las creencias camelleras entre nosotros pues comenzaran (ya lo han realizado por otra parte) a acusarnos de xénofobos y racistas de tomo y lomo.
ResponderEliminarEn aquellos tiempos si que se hacían bien las cosas.
DON DIEGO DE VALERO
ResponderEliminarGran alegría me llevo con vuestras animosas palabras y vuestros ímpetus de conquistar lo que a mano se hallare, aun cuando las adargas haya que dirigirlas hacia esos malditos traidores y amigos de morerías.
¿Decís, por ventura, que la oceana mar no toca las estribaciones de Madrid? ¿No será que vuestros alcances visuales os han dejado en el engaño, sabiendo que todas las flotas enemigas de la Españas, tales como la catalana del corsario Rovira, la bilbaina de Fray Zarzalluz del Nervión y esas otras berberiscas comandadas por Rogelio de Santafloro van pregonando la toma de tal ciudad, y a gala tienen de asentar sus garfios en ella?
Cercioraos bien, señor De valera, por San Céntulo Afrodisio, no vaya a ser que los malandrines nos la jueguen con engaños de Merlín.
CAROLVUS II
ResponderEliminarEl Turco no descansa nunca y lo mismo nos atacaron en Orán, donde perdieron sus calzones, como nos machacaron en Gelves allá donde la Tunicia nos incordiaba con las huestes berberiscas de Dragut, pero voto a eneco enecones que en Malta y Lepanto baldados los dejamos.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarIncorporada quedaís a la Soberana y Nacional Orden de Caballeros y Caballeras de Arritokietako Amabirgina, en calidad de miembra de honor y honora, para mayor gloria y glorio de nuestro Jaungoikoa.
ISRA, por Santa Atanasia Jaderes, bisbe i marti, no me compareís con Barcas y Vegas que en estos lares de las montañas y riscos marineros de Vizcaya los calderones los usamos para yantar y no para ajuntar mesnadas contra el Moro.
ResponderEliminarSí estáis cierto en lo de que para ser Secretario no bastan títulos suficientes si no se nace vizcaíno.
SEÑOR DE POL
ResponderEliminar¿Acaso dudaís que mi prenombre de Cándido no coincide con sencillo o alma candida cual corresponde a un mutiko de tierras de marmitako, por San Caralipus Eugeni de Mazenod?
Lo de Malta fuere un frugal aperitivo de lo que después aconteciera unos cientos de millas hacia el este, concretamente en Lepanto, donde se acaecería la mayor ocasión que vieron los siglos; que dicho sea de paso, a punto estuvo de irse al garete...
ResponderEliminarOcurriera así: En una nave de la flota de los genoveses, que formaba parte de la Armada aliada frente al turco y que transportaba una compañia de militares españoles, hubo un enfrentamiento entre el capitán de nave (genovés) y el capitán de la soldadesca (español)...Como el italiano quedara herido en la disputa, al español se le formo un consejo de guerra y se le ejecutara después por orden del almirante genovés Veniero. A raiz del dislate, se reunieron los jefes de la flota española, D Juán de Austria, Juán Andrea Doria, Luis de Requesens y Alvaro de Bazán...mientras Andrea Doria optaba por el inmediato regreso a España de la flota, Alvaro de Bazán se inclinaba por seguir con los planes previstos...No se podian tirar por la borda tantísimos esfuerzos. Fué D Juán de Austria el jefe supremo de la flota quién se inclinara finalmente por la posición de D. Alvaro...Sin España en liza, hubiera sido imposible derrotar a los turcos...
CHARNEGUET
ResponderEliminarMagnífico, como siempre. Desconocía ese suceso y realmente es impresionante, en teniendo en cuenta la importancia de lo que se jugaban.
Tal situación de doble mando, en las barcos con tropas, siempre ha creado conflictos en las Armadas españolas y han sido decisivas para perder batallas navales y terrestres en numerosas ocasiones, especialmente frente al pérfido inglés.
Tanto en Trafalgar como en Cartegena de Indias, los británicos siempre han tenido el principio de que el mando de las naves confiere automaticamente el mando de las tropas que lleva.
Y los españoles han pasado las batallas en permanentes disputas entre el Almirante naval y el General de los Tercios.
Hoy, ambos países siguen igual. Los españoles siempre llevan a bordo DOS GALLOS, y los ingleses UNO.
¡REDIÓS, DON CÁNDIDO DE TELLAGORRI!
ResponderEliminarMe apresuro a tomar recado de escribir y poner a buen recaudo otro trio de santurrones, que de no ser por vos arrinconados quedarían en el más cruel de los olvidos para escarnio de la cristiandad.
Séase pues que con premura anoto en mi cuaderno de bitácora los nombres de San Céntulo Afrodisio, San Caralipus Eugeni de Mazenod, y Santa Atanasia Jaderes, bisbe i marti.....
Aunque ya dispensaréis mi asombro ante esta última emérita mártir, pues aún no dudando de sus méritos respecto a su martirio y posterior canonización, se me hace harto difícil situarla como bisbe (obispo), pues fuera la primera mujer que ostentara tal título en la Iglesia Católica, aún sabiendo que de haberlo sido en Cataluña el Papa Negro Carod-Rovira fuera muy capaz de haberle otorgado el Obispado de Santa Quiteria de Las Siete Llagas.
DON JOSE LUIS DE VALERO
ResponderEliminarMucha razón llevaís, y resulta algo insólito que Santa Atanasia Jaderes fuera obispo, pero habeís de tener en cuenta que la Bibiana exige igualdad de trato en géneros y no deseo incurrir en herejía no dando título obispal a las féminas que el Vaticano, tan machista, ha elevado a no sé que altares o aras sacrificiales.
Personalmente, al igual que a Dña. Elena de Córdoba, nos parece bien que una Atanasia catalana fuera Obispo. ¿Acaso no es igual de insólito que San Josemaría fuera marqués y probe?
Que SANTA QUISILINDA, cuya día se celebra el 20 de Enero y no era ni martir, ni virgen ni obispo, os guarde.
Me quedo maravillada con vuestra entrada y comentarios de los Caballeros, caballeras no puedo decir ya que sólo ha escrito una dama Dª Elena.
ResponderEliminarLa mayoría de personajes de esos hechos históricos lo tenemos muy presentes en Sevilla, todos tienen el honor de haber entrado en el callejero de la Ciudad, otra cosa es que el gentío tenga el conocimiento, ni por curiosidad.
El Cabo de Trafalgar es un lugar encantador dónde he pasado buena parte de mi vida, seguiré vigilando. Abrazos
HOLA, PASIÓN
ResponderEliminarBuena noticia me das informando qe los militares que figuran en el post forman parte del callejero sevillano. "La problema" viene de que el gentío sevillano no tenga ni puñetera idea de quienes eran los que dan título a sus calles, como sucede en la mayoría de las localidades de España.
Tú vigila bien el Cabo de Trafalgar, que por ahí nos van a venir otra vez los moros, aunque después fueran también británicos los invasores.
Por ello, quedas también incorporada a la SOBERANA y NACIONAL ORDEN DE CABALLEROS y CABALLERAS DE ARRITOKIETAKO AMABIRGIÑA.
Un cariñoso saludo
Soy partidario de que las calles debieran de nominarse al estilo gringo : De la calle 1 a la calle 175 0 325, cruzadas por avenidas y parques con sus nombres.
Así con cada cambio de color del Gobierno de turno no cambiarían los nombres como ahora hacen.
En el blog de Pasión de dado caza a otra de tus excelentes paridas mentales. Debes elaborar de inmediato un diccionado de Paridas, además del Santoral.
ResponderEliminar¡Jó, Tellagorri! eres un portento adjetivando tanto a nobles como a villanos. CARCUNDIA....¡jajajaja! esa me la apunto, colega. Tú sí que eres grande.
Un GRANDE de España.