Así describió a la Europa de su tiempo :
De Lisboa escribió que era una "capital suntuosa" pero "el pueblo más sucio del mundo", y que sus distancias eran tales, que no se podía "salir a pie". Comparado con el de Londres, el de París era, "indudablemente", un pueblo "mezquino". La gente y las costumbres londinenses tampoco le gustaron demasiado.Hoy estamos en parecida situación o peor.
Europa no era para Larra el referente idealizado que era para buena parte de los españoles.
Francia no era sino un pueblo "cuasi libre" que en 1830 no había podido hacer más que una "cuasi revolución"; "en el trono [tiene] un cuasi rey, que representa una cuasi legitimidad". Bélgica era un "estado cuasi naciente y cuasi dependiente de sus vecinos, mandado por un cuasi rey". Italia: "Tantos estados cuasi como ciudades, cuasi presa de Austria. La antigua Venecia cuasi olvidada".
No mejor parado quedaba Rusia, habitado por pueblos "cuasi bárbaros, regidos por un emperador cuasi déspota en un país cuasi despoblado y desierto".
Alemania sufría un gobierno "cuasi absoluto", y Holanda tenía un rey "cuasi rabioso" cuyo poder "cuasi se desmorona".
Turquía le parecía un "imperio cuasi agonizante". Inglaterra poseía un orgullo nacional "cuasi insufrible", y su gobierno "cuasi oligárquico (...) tiene la audacia de llamarse liberal".
Portugal era una "cuasi nación, con una lengua cuasi castellana y recuerdos de una grandeza cuasi borrada".
¿Y España, con su guerra civil, sus dos gobiernos y dos legitimidades? "Cuasi siempre regida por un gobierno de cuasi medidas" y un pueblo con la "esperanza cuasi segura de ser cuasi libres algún día".
Tres son nuestros principales enemigos. En primer lugar, la crisis económica mundial ha resucitado a todos aquellos descontentos con la caída del Muro y el triunfo del capitalismo, perdidos durante años en los vericuetos del cambio climático y el conservacionismo.
Con un sistema financiero en crisis, se han apresurado a anunciar la muerte del capitalismo y la necesidad de recrear un sistema en el que prime el intervencionismo estatal, la injerencia gubernamental, la regulación extensiva y el control intensivo.
En realidad, lo que plantean al filo de la crisis es algo mucho más grande y profundo: es una sociedad en la que las instituciones públicas hurten al individuo su responsabilidad y, por tanto, su libertad.
En segundo lugar, y en otro plano, se encuentran aquellos gobiernos que, descontentos con la distribución de poder en el mundo desde finales de 1989, aspiran a un nuevo ordenamiento que les sea más favorable. Nada nuevo bajo el sol : potencias o naciones revisionistas que tienen algo en común: son regímenes autoritarios y no democráticos. Estamos hablando esencialmente de Rusia y de China, aunque también les siguen, a gran distancia, los populismos bananeros de Chávez, Evo y compañía.
la Rusia de Putin fundamenta su poder en una especie de mafiocracia que entiende la política como la compra-venta de favores y que no para en barras a la hora de eliminar los obstáculos que se crucen en su camino.
China está convencida de que puede asegurar su crecimiento y prosperidad sin relajar un ápice el férreo control político del Partido Comunista, que, aunque ya no sea comunista, sigue aferrado brutalmente al poder.
En cuanto al llamado "socialismo del siglo XXI", acuñado en la Venezuela de Hugo Boss Chávez, no hay que darle más vueltas: es lo mismo que el socialismo de los siglos XX y XIX: pobreza, corrupción y decadencia.
Por último, está el grupo de fuerzas revolucionarias que pretenden poner fin al sistema actual, y que van desde Al Qaeda hasta los ayatolás que sojuzgan Irán. Lo que tienen en común es que su fuerza se basa en la fe en un Islam integrista y fundamentalista, que debería servir de ordenamiento de todo cuanto acontezca en nuestras sociedades.
¿La segunda parte del siglo XXI será mejor?
Tellagorri
una visión del mundo pasado y
Hola Tellagorri.
ResponderEliminarVeo que en Larra, el refrán "más vale malo conocido que bueno por conocer", se hace realidad. Este hombre estaba muy descontento con la realidad en que vivía, bueno él y todos los escritores de su generación.
Y la verdad es que la comparación de la situación de las naciones en aquellos años con la de ahora, es muy acertada.
Tanto la realidad económica, como la política y social, es muy desilusionante.
A mí, lo que más perpleja me deja, además de la islamización de Europa, es la deriva de los países sudamericanos hacia el socialismo más aberrante y coartador de las libertades con la complicidad de los países democráticos occidentales.
No entiendo cómo se puede defender en otro país lo que detestas en el tuyo.
Libertades sí, pero sólo para mí. ¡Qué asco!
Saludos.
Me temo que este siglo XXI,Javier.,estará marcado por el resurgir de los gobiernos marxistas populistas como el de Chávez,Morales,Correa o los Kirchner,junto con la gran amenza paar al paz mundial que no es otro que el islamismo radical tanto en su variante terrorista como la postura de gobernantes y dirigentes como Ahmmanidejah.
ResponderEliminarAhí, y en la absoluta falta de valores y principios de las democracias occidentales,residirá a mi juici,o gran parte de la evolución de este siglo.
...y a la pobreza, corrupción y decandencia, añadiría además, más inseguridad, más guerra y más hambre.
ResponderEliminarEs lo que nos vamos a encontrar a lo largo del siglo XXI.
Un abrazo, amigo "Tella".
ELENA
ResponderEliminarEstupendo análisis que complementa a mi post. La izquierda derrotada en el mundo civilizado de Occidente, busca ahora hacerse con el poder en los países más aptos al populismo barato.
Le ayudan, como siempre, los cuatro mercachifles que odian a USA como el Calígula de España y los islamistas.
NATALIA
ResponderEliminarHa dado en el clavo : la falta absoluta de valores y principios en la democracias occidentales, facilitarán que el Tercer Mundo sea mitad comunista y mitad islamista.
Lo peor es que el ISLAMISMO se instalará en nuestras vidas también.
LOLA
ResponderEliminarCreo que tu pronóstico es bastante acertado. Nos espera un futuro de ..y a la pobreza, corrupción y decandencia, añadiría además, más inseguridad, más guerra y más hambre.
Muchas gracias por tu inteligente comentario.
Un cariñoso saludo