18 diciembre 2009

El despelote de los años 40 en España


Entre himnos, guirnaldas y brindis patrióticos, entran en París las fuerzas aliadas.Ondean banderas y gallardetes en el aire lleno de pavesas (los alemanes, antes de poner pies en polvorosa, han quemado los documentos comprometedores).

Desfilan los carros de combate Sherman por las anchas avenidas bajo la torre Eiffel. Rodean el Arco del Triunfo...
A la cabeza de la primera columna marcha el Regimiento de Marca del Chad, con autos blindados tripulados por republicanos españoles de las fuerzas de la Francia Libre.

Los vehículos lucen sobre el radiador nombres de batallas de la guerra española: Madrid, Jarama, Belchite, Guadalajara...

La ocasión no es gozosa para todo el mundo. El maquis detiene y fusila a muchos colaboracionistas. A las mujeres que mantuvieron relaciones con militares alemanes se las rapa, se las obliga a beber aceite de ricino para que se caguen las patas abajo y, de esta guisa, se las pasea y se las exhibe entre los abucheos de sus compatriotas.

Mientras la guerra arde en Europa, España arde con el verano. Los españoles que pueden permitirse el viaje y el hotel o la pensión se suman a los que viven en las costas para bañarse en las playas, la nueva moda que se va extendiendo a capas más amplias de la sociedad.

La Dirección General de Seguridad remite a los gobernadores civiles de las provincias litorales la preceptiva circular sobre normas playeras:

"Queda prohibido el uso de prendas de baño indecorosas, exigiendo que cubran pecho y espalda debidamente, además de que lleven faldas para las mujeres y pantalón de deporte para los hombres".

"Queda prohibida la permanencia en playas, fuera del agua en traje de baño. Quedan prohibidos los baños de sol sin albornoz."

"La autoridad gubernativa procederá a castigar a los infractores, haciéndose público el nombre de los corregidos."

La legislación está clara, pero la gente se relaja en verano y tiende a ignorarla e incumplirla sin reparar en las desastrosas consecuencias espirituales que tal conducta acarrea. Después del baile agarrado, el principal desasosiego de los obispos es la falta de moralidad en las playas.

El informe sobre moralidad pública del Patronato de Protección a la Mujer de 1944 señala, como nota destacada, "la enorme mezcolanza de hombres y mujeres en las playas".

En cuanto al obligatorio albornoz, el informe oficial denuncia que "el público es remiso a usar el albornoz".
El legislador no entiende que las débiles economías del personal no permiten dispendios inútiles.

Cuando alguien ve acercarse a los guardias da la voz de alarma: "¡Que viene la moral!", y los bañistas sin albornoz corren a introducirse en el agua para evitar la multa.

¿y qué decir de los bañadores? Los hombres usan un simple bañador que sólo cubre de la cintura a las rodillas. El de las mujeres deja al aire los muslos y los brazos.

La memoria del Patronato de Protección a la Mujer señala las playas de Barcelona y San Sebastián como "más afectadas por influencias exóticas, con tendencia al desnudismo integral". Lo del "desnudismo integral" se refiere, claro, al modelo de bañador que se ve en la foto de inicio.

Como establece el padre Laburu S. J.: "El peligro de las playas radica en que la exhibición impúdica hace que las pasiones se desborden en lujuriante actividad y violen, por tanto, procazmente los altos fines de la Divina Providencia."

El padre Laburu S. J. no se limita a denunciar la ponzoña; también señala su antídoto, sus propias ideas sobre la indumentaria playera de la mujer honesta: "falda larga hasta media pierna, pantaletas y mangas cortas, y un gracioso escote redondeado que oculte la fea prominencia de las clavículas".

La propuesta obtiene una acogida tibia.

-¡Lo que es tibio es la fe!-sentencia don Próculo.

La bañistas optan por un diseño a medio camino entre el maillot de los años treinta, ya rigurosamente prohibido, y el mandilón diseñado por el polifacético jesuita: el traje de baño de látex con faldas que señoreará playas y piscinas hasta bien entrados los cincuenta.

-Es que, cuando se moja, pesa una tonelada -se queja una señora a su director espiritual.

-Más pesa el pecado, hija. Mejor fastidiarse que condenarse.

NOTA
Este es un relato de la realidad española de los años 1945 a 1960, documentado en el escritor Juan Eslava Galán. Las señoras y señoritas que consideren indecoroso el contenido de este post, pueden dirigirse a Dña. Bibiana y a Dña. Mary Tere para quejarse sobre las inmoralidades que expone Tellagorri.

Javier Tellagorri



11 comentarios:

  1. Y hasta el bacalao quisieron prohibirlo de las dietas, por sus inconfundibles connotaciones concuspiscentes, que según la clerecía, invitaban a ciertos comensales, hacerse una gallarda, incentivados por los intensos aromas de tan exquisito manjar. Algunas mujeres afectadas con furor uterino, solian acudir al refectorio, con delantal, para solaz disimulo de tan perniciosas prácticas...!Aaaaahhh! !Aaaaaaaaahhhhhhhhhh!....!Na!...!El Erasmo!...!Que ha tenido un orgasmo!...

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  2. Pero bueno, con el frío que hace, cómo se te ocurre disertar sobre bañadores. Aunque en honor a la verdad, los faldones que pretendían poner a las señoras, servirían para calentarse, jajaja...

    No entiendo cómo unos personajes que se supone, no practican sexo, saben tanto de lujurias, exhibiciones impúdicas y provocaciones sexuales.

    A la Mari Tere me voy a quejar pero por su modelito de este verano, se ve que a la momia se le deslió la venda y sólo quedaron tapadas sus partes pudendas. MENOS MAL.


    PD.-padre Tella, prefiero condenarme. AMÉN

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  3. Doña Mari Tere, la culpa es de esa "desagrasiada" y su hijastra "marvada" de Bibiana. Cuidadín que a tu tierra no llegue esos tiempos anhelados por la Santa Iglesia Vasca de hoy.

    Y pensar que de aquellos 40 a los actuales hemos retrocedido más que adelantado, tiene sus bemoles.

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  4. CHARNEGUET

    Tal como ahora mismito, TODO estaba prohibido en aquella época. Lo del bacalao no sabía pero entra dentro de la lógica de le ópoca.

    Además de payasos sometidos a las payasadas mayores de los Obispos, lo triste es que ni siquiera eran lógicos. Porque prohibir TOMAR EL SOL SIN ALBORNOZ, es como prihibir comer usando la boca.

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  5. DOÑA ELENA

    Sí, tienes razón porque con la rasca que hace hablar de bañadores suena a exótico.
    Pero el post se me ha ocurrido en base a que tal como entonces TODO ESTABA PROHIBIDO y REGULADO, ahora estamos en las mismas.
    Prohiben casi todo para los coches particulares, prohiben fumar, regulan el cómo debemos de usar las cosas más particulares, etc.

    El socialismo de la Mary Tere me recuerda al nacional-catolicismo del Franquismo.

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  6. JAVIER

    Como muy bien dices, hemos alcanzado tal grado de progresío que nos han llevado a lso tiempos duros dekl falangismo franquista.

    Fíjate que en el Post he puesto, porque era así, que la que velaba por los DERECHOS DE LA MUJER, era el Patronato de Protección a la Mujer, que ahora es lo mismo y se llama MINISTERIO DE IGUALDAD.

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  7. Había que poner orden Tella ¿pero has visto que cara de golfas tenían las de la foto?, ya se sabe que el pueblo embrutecido se relaja y asilvestra si no están encima dictándonos normas.

    Vamos, estos cogen a mis primas de los sábados y se las llevan una semana a su casa a "adoctrinarlas" por delante y por detrás plis plas.

    He reojeado la foto (joder, que mal suena reojeado... ya no sé ni conjugar adverbios calificativos) y me escandaliza la forma libidinosa que tienen de coger las pelotas...

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  8. Pufff... allá por los 60, fui una vez con mis padres y hermano a una piscina. Eran los famosos baños de San Sebastián, en la Barceloneta. Mi hermano y yo nos metimos con mamá en una caseta para quitarnos la ropa de calle. La cosa fue que una vez metidos los tres a remojo, pues la piscina, aunque grande, parecía un vagón del Metro en hora punta, no podías moverte en ninguna dirección, mi padre "no llegaba". Chapoteando sin poder movernos del sitio, le pregunté varias veces a mamá que dónde estaba papá. "En otra piscina", contestó. Después de mucho rumiar la respuesta, seguía sin entenderla, con lo que volvi a la carga: "¿Pero por qué se ha ido a otra piscina?". Silencio.
    Nunca más volvimos y no fue hasta años más tarde que supe que no se permitía bañarse juntos a hombres y mujeres.

    Hombre, en su descargo he de decir que, tal como estaba la piscina, una lata de sardinas, no me extraña nada la separación, ¡jo!

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  9. ISRA
    Sí, las señoritas de la foto tienen cara de "alegría en el cuerpo". Pero se aguantaban, al menos en público.

    Mira que eres retorcido con el comentario sobre la "forma libidinosa que tienen de coger las pelotas"

    Si aquellos Obispos vieran a tus primas las nombraban secretarias perpetuas in pectore.

    Eran una cuadrilla de hipócritas reprimidos. Si Franco les hubiera permitido, habrían usado las hogueras como en siglos precedentes.

    Casi todos lo ministros de Franco alardeaban de tener querida en un piso. El propio Umbral ccotaba que el se paseaba por Madrid en un inmenso automovil americano, propiedad de un Ministro, porque la querida del Ministro era también su querida.

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  10. DOÑA LEONA

    Estás hablando de cuando ya el Régimen comenzaba a "liberalizarse".

    Sí, yo conocí y hasta años 1970, la separación en piscinas de hombres y mujeres. Y también en las IGLESIAS.

    En una iglesia o en una piscina jamás podian estar juntos hombres y mujeres.

    Cuando en un bar se veía a una mujer sola, sin marido, ya estaba sentenciada, pero si encima encendía un cigarrillo y se tomaba un vermouth, quedaba como puta para siempre.

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  11. El nacional catolicismo de España, en su celo, no se daba cuenta de que estaba en realidad protegiendo al erotismo. Porque el erotismo, está en la imaginación. Esa foto que pones de esas mujeres de los años 40, es sugestiva. Verlas en pelota en una playa, no creo que fuera igual de sugerente.
    En el fondo, con el despelote, el erotismo ha perdido mucho. Y los fabricantes de tejidos, también.
    Por otra parte, eso que hablas de la entrada en París durante la segunda guerra mundial, ya sabes el dicho, ahí se apuntaron muchos, pero los que desembarcaron en Normandía, no desfilaron en París.

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