En Vascongadas (sigo aquí la sugerencia de Tellagorri de denominar así al país), se ha renunciado hace mucho tiempo a la conciencia individual.
Este es un país gregario, de rebaño, de manada, de "sociedades", de "cuadrilas", en las que la disonancia está muy mal vista.
Es un país en el que el más burro, el más bocazas, el más borracho, normalmente se lleva al resto del grupo. Es tremendamente dificil expresar ponderadamente una opinión fundada o razonada. Siempre aparece un vociferante animal que intenta achantar a base de baladronadas.
Por eso las Vascongadas han caido en las zarpas de una especie de confederación de "tontos del pueblo".
Abundando en lo dicho, añado que, cuando incluso los más gravemente damnificados por toda esta locura acaban asumiendo las categorías de sus verdugos, debemos pensar que casi todo está perdido.
Cuando el hermano de Puelles dijo que Eduardo era un gudari, le hizo un flaco favor a la causa de su hermano, y un grandísmimo favor a la de sus asesinos. Esto puede parecer duro, pero estos análisis habrá que hacerlos si queremos salir del pozo en el que estos canallas nos han metido, y en el que muchos chapotean alegremente.
Algo similar decía Don Miguel de Unamuno en referencia a una anécdota sobre una visita suya a su localidad natal de Bilbao. Cuenta don Miguel que hallándose en una tertulia entre bilbaínos, dió su opinión sobre un tema y que al instante un contertulio le contradijo y le interpeló así :
"Apuesto mil duros a que eso que dices no es así". A lo que el filósofo respondió diciendo que él no disponía de tal cantidad en ese momento para poder apostar nada.
Y que entonces, muy ufano y ensorbecido el replicante de su opinión, le dijo despreciativamente : "Pues, si no tienes dinero para qué discutes".
Y don Miguel decía, tristemente, que en su pueblo sin dinero para apostar en cada momento era imposible debatir sobre nada.
Con ello quiero remarcar lo que Cartas Marruecas retrata de modo excelente y es el inmenso grado de manada, de cuadrilla, de borregada, que en este país (de gente, por otra parte muy individualista y genial cuando se da el caso) se ha ido apoderando de la sociedad en general.
Tellagorri
triste,cuadrillas
Madre mía cómo estamos, en plena forma, Tellagorri, Cartas Marruecas...quien se diluye en el grupo es el mediocre, el inseguro, el insignificante y el cobarde.
ResponderEliminarEn su momento ya me escoció bastante lo de "gudari" (por el asesinado... y mira que por más que lo intento no me sale esa asociación de policía nacional con gudari) y me alegra que lo digáis.
Unos por locos, otros por cobardes y la mayoría por no tener sangre en las venas, así le luce el pelo a las vascongadas.
Genial eso de "confederación de tontos del pueblo", magnífica descripción de por qué el problema ha llegado hasta donde ha llegado.
ISRA
ResponderEliminarCartas Marruecas es un filósofo social que describe a la sociedad en que vivimos como Velázquez retrataba a los Caros V y cía.
Pues, sí, la frase de Cartas Marruecas es perfecta : CONFEDERACION de TONTOS DEL PUEBLO, uséase de BORREGOS ASOCIADOS. Individualmente, como bien dices, ninguno es capaz de decidir si beber cerveza o calimocho.