04 agosto 2009

SINDICALISMO : Delenda est

La coacción, dondequiera que se aplique, es una de las más detestables y peligrosas armas contra la libertad del individuo y de la economía.

La coacción de cualquier grupo de presión nos hace esclavos involuntarios de estos dictadores que imponen su moral de igualdad y solidaridad obligatoria.

A igual que cualquier dictador pensar diferente a ellos significa ser el enemigo público número. Ésta es la visión y método que ha caracterizado a los sindicatos durante más de cien años.

Es curioso ver como los métodos de los sindicatos han sido incapaces de evolucionar con el tiempo y adaptarse a la sociedad capitalista actual en los últimos 100 años.

Sus medidas no pasan por el pacto, el consenso o siquiera por el entendimiento, aunque de ser así todos los sindicatos desaparecerían para siempre. Sus métodos se basan en la más pura y repulsiva coacción sea cual fuera su ámbito, ya sea mediante la coacción individual –obligando al individuo a votar, por ejemplo, en elecciones sindicales- o mediante la coacción global –huelgas generales-.

Ante estos ineficaces y coactivos métodos no es de extrañar que la afiliación sindical en todo el mundo haya disminuido de forma vertiginosa.

Por ejemplo, en 1975, la afiliación sindical de la población ocupada española rondaba el 30% mientras que actualmente no supera ni el 10%. Igualmente ocurre en otros países como Francia donde la afiliación a los sindicatos ha disminuido en un 50%, Gran Bretaña en un 30% e Italia en un 20%.

Estas organizaciones de presión no escapan tampoco de la tradicional corrupción que les define popularmente, igual que los burócratas del Estado. Casos como cursos de formación que jamás se imparten, estafas inmobiliarias (que trajeron un gran eco en España) o la poca transparencia en la gestión de los fondos o subvenciones (supra)gubernamentales son una muestra de su peculiar visión de igualdad que tanto defienden, esto es: ¡todos iguales menos yo!.

Si no queremos ser víctimas de la dictadura impuesta por tales organizaciones mafiosas ante la próxima huelga, o parada general, seamos buenos defensores de la libertad: trabajemos, compremos y consumamos. Sólo un sistema capitalista libre nos puede garantizar nuestra total autonomía individual.

Tellagorri

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4 comentarios:

  1. No sé por qué al leer el titulo me he acordado de Ortega y Gasset y la monarquía...

    A parte de que sus métodos son directamente mafiosos, cualquier episodio de los Soprano parece una cámara oculta en las sedes de ugt y cc.oo, lo más lamentable ha sido que en una situación de desastre económico han sido incapaces de moverse y lo más escandaloso es que no han podido hacerlo por "exceso de peso" untados obscenamente por el gobierno con subvenciones.

    Pena me da el pp si vuelve al poder porque como suba unos céntimos la barra de pan le montan una huelga general de 3 días

    Pero a pesar de todo estoy contento, despues de intentarlo con gran perseverancia por fin le hemos dado la puntilla a Montesquieu, viva la independencia de la fiscalía.

    Se ve que ir regalando el dinero, esquilmado a los trabajadores da sus frutos, TODOS lamiendo la mano que les da de comer y en la etapa más convulsa de España el gobierno sólido y sin desgaste... y Rajoy que no va a cambiar su estrategia

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  2. Si, Tella, lo de los sindicatos es otra más...La escandalosa dilapidación de montañas de recursos en perversos tinglados improductivos: Autonomias, administraciones repetidas, cargos, organismos ficticios(hace poco leia de Baleres, que en la Conselleria de agricultura, habia mas cargos, que agricultores censados). Y a todo esto, la protección social, por los suelos...Ni de lejos hemos llegado a igualar la de los franceses, de cuando yo realice aquel viaje. Y de esto hace ya 40 años. Ya que se dilapida el dinero, al menos que lo empleen en protección social. Siempre seria un gasto util y ademas, al ser de primera necesidad, el gasto reinvertiria en el consumo y haria reactivar la economia de manera permanente. Como en Francia, Alemania y en cualquier pais serio. Cuando hay crisis, siempre se aseguran una actividad económica aceptable.

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  3. Ortega y Gasset...que gran filósofo.

    Los sindicatos están fuera de lugar en el contexto de esta crisis económica tal vez porque se crean el cuento de que la crisis es planetaria y aquí no tenemos nada que hacer o decir ante nuestro gobierno de su mismo color...Es cierto que si fuera de otro color las cosas cambiarían, aunque en honor a la verdad, un gobierno de otro color adpotaría unas medidas distintas a las del actual...

    Lástima que los sindicatos amarillos sean muy mal vistos...tal vez habría que hacer una revisión de los mismos modificandose lo que haya motivado su prohibición por la organización internacional del trabajo.

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  4. Magnífico post,Tellagorri.
    Lo cierto, es que los sindicatos son una reliquia del pasado, un vetusto episodio superado que hoy no tiene necesidad de existir.
    Se han transmutado en organizaciones pedigüeñas, en uan colección de estómagos agradecidos arrimados al bol del pesebre, en una ociosa carga de vividores mantenidas por los impuestos y el dinero de los contribuyentes.
    Obedientes a la voz del amo, ganduleando hasta que el señorito les chasca los dedos para que empiecen a mover el rabo.
    Han despreciado a los parados "ad nauseam", y han ejercido de guardiones custores del inquilino de la Moncloa, permaneciendo silentes,mudos y acariciándose el orondo buche ante los cuatro milones de parados que hay en España a día de hoy.

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