A la degradación de Cataluña se ha opuesto un hombre sobre todos, un español de Burgos, formado en Valladolid y curtido en Barcelona, impermeable al victimismo porno de los unos y a la componenda proxeneta de los otros. Pablo Llarena Conde (55 años, hijo de abogados, padre de dos hijos, número uno de su promoción, magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo).
Lo cierto es que Llarena, aferrado al tomo de la ley como otros a la culata de su kalashnikov, ha convertido el Supremo en la selva Lacandona: el nuevo santuario del ideal tranquilo de Montesquieu donde resisten los genuinos revolucionarios de nuestro tiempo, que son aquellos que se niegan a transigir con los pasteleros de la política, el llanto de las televisiones y la histeria de las redes sociales, con sus ejércitos de zombis robotizados.
Aquí la única tecnología que funciona es muy antigua: una balanza, una espada y una diosa de ojos vendados.
El golpe no lo ha parado ni el 155 de Rajoy ni la victoria de Arrimadas ni siquiera el sublime espejo cóncavo de Boadella. El golpe lo ha parado el juez Llarena de la única manera que puede hacerlo un jurista: devolviéndolo en la medida proporcional que estipula la ley.
Esa medida que los cobardes de piedra tirada y mano escondida no son capaces de soportar, porque su patriotismo es tan ficticio como sus agallas.
J. BUSTOS
El Código Penal alemán dedica un capítulo completo a los delitos considerados como de alta traición que, en los casos más graves, llegan a penarse en este país miembro de la Unión Europea incluso con cadena perpetua revisable.
PUCHITO a la trena, por fín. En caló = al ESTARIBEL.
Ojala que se pudra en la carcel,la sociedad quiere que se endurezcan las penas a estos traidores que desestabilizan el pais de todas las formas posibles.
ResponderEliminarLlarena es un activo del Estado y muy eficiente. Quizá el único.
No merecen otra cosa que tenerlos bajo llave muchos años hasta que se les pase la fiebre.
EliminarSe acabó el circo. Por fin han pillado al golpista que tanto daño ha hecho a España y a nuestra Cataluña.
ResponderEliminarEsperemos a ver en qué queda lo de los jueces alemanes no vaya a ser que alga alguna otra triquiñuela, habitual en los catalufos, y lo suelten. Aunque sus compis están bien enjauladitos.
EliminarEste se creía más listo que nadie y que podía hacer lo que quisiera fuera de España, pero se olvidó de lo más simple porque no da para más. Le reactivaron la Euroorden cuando estaba fuera de Bélgica, jugada maestra. Y evidentemente todo esto se ha gestado con una estrecha colaboración de Alemania desde el primer momento, a nivel policial, o sea que no es producto de la casualidad. Otra cosa será la jurisdicción penal, pero a nivel de Administración, policial y político, chapó para Alemania.
ResponderEliminarLos alemanes no son, ni de muy lejos, nada parecidos a los belgas y acostumbran a ser serios en casi todos los temas.
EliminarEl pobre no tiene idea de los masajes de prostata que va a recibir en cuanto lo manden a España.
ResponderEliminarHombre, amigo Patricio, no creo que le pongan la maano encima pero sí que va saberse el nombre de cada pulga que haya en su celda.
EliminarTanto ir y venir y al final tropezó en el peor sitio.
ResponderEliminarYa ves, los refranes a veces tienen mucha razón detrás y aquel del "todos los caminos van a Roma" aquí podría ser el de "todos los trapicheos terminan ante Llarena".
EliminarLástima no lo hayan trincado en Rusia, donde también pensaba ir, pues allí hay un merluzo condenado a cuatro años solo por sugerir que quería un referendum.
ResponderEliminarSi le hubiera dado por ir a tierras de Pûtin, allí aún reina el espíritu del bigotudo Stalin.
EliminarCuando todos esos presos pidan el acercamiento a sus familias, que los metan a todos en el barco-prisión Piolín en el puerto de Barcelona.
ResponderEliminarBuena idea. Así sabrán lo que es vivir "navegando sin moverse del sitio".
Eliminarhoy veo pocos comentarios triunfalistas.
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