Corría el día 12 de octubre del año 1936 cuando, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, se reunieron las más altas esferas del franquismo para celebrar la Fiesta de la Raza. Allí estaba también, como rector del centro, Miguel de Unamuno que, al contrario que la mayoría de los intelectuales de la época, se posicionó en contra del bando republicano.
Según recogen los escritos de entonces, de los que se hace eco el historiador británico Hugh Thomas, el profesor vasco no se encontraba del todo cómodo aquella jornada, especialmente después de escuchar el discurso de exaltación del bando nacional de uno de los ponentes que sí gustó al general Millán Astray, allí en representación de Franco.
Después de varias soflamas, el militar consiguió excitar al auditorio, hasta el punto que uno de los presentes exclamó uno de los lemas de Millán Astray: "Viva la muerte".
Esa fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Unamuno, que aquel día no quería hacer ningún discurso, pero que se sintió obligado a lanzar una réplica.
Unamuno reprochó esos gritos y, en su intervención, llegó a llamar "inválido" al militar, algo que caldeó aún más el ambiente, especialmente en el interior de Astray, que no pudo contenerse y reprendió al intelectual. "¡Abajo la inteligencia, viva la muerte!", volvió a exclamar el general, dando pie a Unamuno a pronunciar la frase que ha inspirado el nombre a la calle que, precisamente en estos días, aún se denomina del General Millán Astray.
"Este es el templo de la inteligencia y estáis profanando su sagrado recinto. Yo soy su sumo sacerdote. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis", despachó Unamuno que, acto seguido, se levantó de su asiento y se marchó, increpado por los presentes.
No sabían que, décadas después, el Gobierno de Carmena iba a servirse de estas palabras para darle la última contrarréplica al general franquista al quitarle su calle para dársela a Unamuno por medio de una de sus frases más célebres.
Si el Sr Unamuno replicó con esas frases bien dichas al general. No les cuento nada cómo se las diría a la Sra. Carmena. La pondría a bajar de un burro.
ResponderEliminarDON JUAN CARLOS.
EliminarUnamuno, que era uno de los españoles más enteros y completos como hombre y como inteligencia, se topó con aquel animal de bellota que era Millán Astray. El cual no entendió la parrafada del insigne más que en la parte que le afectaba pues también había dicho antes que si hacía falta se construía una España "sin Cataluña ni Vascongadas" a lo que Don Miguel había replicado que "eso era como disponer de hombres tuertos, mancos y cojos". Que es lo que era el Millán.
Hablar de franquismo en el 36 no me parece demasiado acertado; si acaso se puede hablar del bando nacional, pero yo creo del franquismo solo se puede hablar cuando acaba la guerra y empieza el régimen.
ResponderEliminarPelillos aparte, ¿asistiremos tambien a la desaparicion de cualquier calle con nombre de reyes?. A fin de cuentas, tampoco eran muy demócratas.El problema esque muchos no ven, esto no se hace con ningun animo democratizante, sino revanchista. Y es revanchismo porque gentuza como Colau, Zapatero, etc, siguen intentando ganar la batalla del Ebro, para dividir a la sociedad en dos partes, de nuevo irreconciliables. Y se la suda todo, puesto que solo buscan el poder, y nada mejor que eso que tener una sociedad aborragada mirando viejos fantasmas, no para aprender, sino para levantar inventadas ofensas. Y en eso seguimos, en gilipollada tras gilipollada, con paletas como Colau dandoselas de historiadora.
Viva la muerte no, ahora Colau Millan Astray gritaria "viva la estupidez, viva el odio"
SEÑOR OGRO.
EliminarEn toda la entrada ni una sola vez se cita la palabra FRANQUISMO. Se dice, lo que en aquella ocasión ocurría : que Millán era "el general franquista" y que había acudido al acto en representación de Franco. Dado que así era, pues Millán no era general republicano ni general monárquico sino perteneciente al bando que se sublevó contra aquella calamidad de Estado-gobierno que se instauró en 1931, y que la lideró Francisco Franco.
La Carmena y demás cofrades terminarán por llevarnos a la denostación de toda la Historia hasta dejar sólo calles y poblados de la época de SERTORIO, general romano sublevado contra Roma en Hispania.
Seguro que en mi pueblo le apoyan lo de Sertorio, más que nada porque su capital era civitas osca.... Por cierto, que Carmena y compañía se parecen bastante a Sertorio, este seguía los designios de la corza blanca y estos de ahora de la cogorza roja.
EliminarDON CSC.
EliminarCon que CIVITAS OSCA ehhh. Me suena a lugar andalús. Es broma. Sí en Huesca tuvo a sus mayores aliados en su guerra contra la dictadura de SILA.
Mira, no me había fijado pero se parece la Carmena a Sortorius aunque en más fea.
Conocía este episodio de Unamuno y el general Millán Astray, uno de los mayores "zascas" que he escuchado, posiblemente porque las proclamas del general ya venían con la inercia de la guerra. No me voy a poner a pensar o a analizar qué hubiera pasado si el Alzamiento hubiera triunfado a la primera. Tengo curiosidad qué le diría Unamuno a Carmena, a Colau o a Pableras
ResponderEliminarDON JAVICHU
EliminarHay muchas anécdotas de Don Miguel en relación a los políticos de la República y lo más suave que se le oyó decir de Azaña, Negrín o de Indalecio Prieto fué : "Este es menos tonto que el anterior. Sin embargo el que está hablando ahora es mucho más tonto que los otros", etc. etc.
Y la mejor es la que le dijo a Alfonso XIII cuando lo llamó para ponerle una condecoración :
"Majestad, por una vez ha acertado usted porque esa medalla me la merezco". A lo que el rey le dijo : Pues todos los predecesores de Usted a los que he condecorado decían que no se la merecían".
A lo que Don Miguel dijo : "Pues también decian la verdad".
Muy bueno, aunque sonó un poco soberbio
EliminarDON JAVICHU.
EliminarSí, suena a cierta soberbia por parte de Unamuno pero hay que tener en cuenta que es el único intelectual que estuvo durante años criticando el mal hacer del rey por su señoritismo y olvido de las obligaciones estatales, lo que le valió al ilustre Rector ser desterrado DOS VECES. Una a Lanzarote y otra a Hendaye.
Unamuno se enfrentó a una monarquia estupidizada, a una República de analfabetos y comunistas y a un Franquismo inicial de chulerías falangistas y milicos de sangre y fuego.
Me encanta ese diálogo entre Alfonso XIII y Unamuno.
ResponderEliminarDOÑA LUISA.
EliminarCiertamente tiene ingenio el modo de ser de Unamuno.