Ahora me doy cuenta de que parece que debería utilizar un tono de disculpa cuando le digo a la gente que no estoy casada. Puede que deba esforzarme más para que la gente no se avergüence al conocerme. Estoy soltera. Iba a emborracharme a base de champán. Siempre soy la invitada, nunca la novia. Y ni siquiera tengo gato.
¿Qué van a hacer conmigo? ¿Qué voy a hacer conmigo misma?
Pero, al día siguiente, cuando ya se había acabado la boda y ya no veía la vida de color rosa, me enfadé. Porque ese disimulado gesto de pena y de preocupación: ¿Que no está casada? ¿Qué le pasa?
Soy feliz, unos días más que otros, pero en general soy feliz. Nunca antes me había sentido así. Qué lujo. Aparte de mi felicidad, también estoy sana, me siento querida, mi familia siempre está a mi lado y tengo buenos amigos que harían cualquier cosa por mí, igual que yo por ellos.
Me gusta mi trabajo. Disfruto cada día, aunque algunos días más que otros. Conozco a hombres y tengo citas con ellos. Me lo paso bien, aunque algunos días más que otros. Estoy haciendo lo que corresponde a mi edad. Me siento muy agradecida por todas las experiencias que he vivido, tanto las buenas como las malas, gracias a ellas me siento más fuerte. ¿Me atreveré a decirlo? No creo que me pase nada malo.
Aceptamos las relaciones sexuales antes del matrimonio. Admiramos a las mujeres independientes que tienen éxito. Sabemos que podemos tener hijos después de los 40. Defendemos el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sabemos que las relaciones sentimentales monógamas no suponen una vida entera llena de amor. Sabemos que el "para siempre" no debería darse por hecho dados los altos índices de divorcio.
Aun así, seguimos teniendo un problema con las mujeres que no se han casado.
Una relación, o un matrimonio, no es el culmen de todos los estilos de vida. Al contrario, nunca había estado tan triste como cuando tuve una relación infeliz. La soledad en pareja es el peor tipo de soledad.
Tengo más de 30 años, soy una mujer, estoy soltera y te voy a decir lo que me falta: una sociedad que deje de decirme lo que necesito para ser feliz. En mi opinión, ese es el verdadero problema.
Dra. Gunda Windmüller
Pues D. Javier, no estoy de acuerdo con la Dra. Windmüller, de hecho creo que la mentalidad mas o menos malthusiana, con aderezos de liberacionismo femenino que subyace en su planteamiento es la causa de los grandes males de occidente, pues es causa fundamental de su infertilidad que junto con la inmigración salvaje de musulmanes, acabará llevándonos al Ragnarok, al Apocalipsis o a la mierda.
ResponderEliminarCreo que la mujer ha perdido mucho, dejando escapar (o renunciando) a la valoración del que es su mas alto destino: la maternidad.
En otro orden de cosas, le comunico que su mensaje en la última entrada de mi casa, aunque se lo agradezco, he decidido no publicarlo, para evitar follones, réplicas y contraréplicas, etc. Le ruego que me disculpe, pero prefiero no echar combustible a los fuegos y menos, encenderlos.
En cuanto a su prima la musulmana, bonitos ojos, lástima que su religión no permita apreciar el resto de su anatomía.
Abrazo gordo
AMIGO DON TANN.
EliminarMuy agradecido por no publicar mi comentario en tu blog ya que estaba destinado exclusivamente a tu persona y tampoco yo deseo crear conflictos con nadie.
La tesis de esta doctora tampoco encaja en mi mentalidad y la publico por razón de que se conozca cómo razonan todas estas señoras que se las dan de modernas y han perdido lo más valioso de ser mujer : formar una familia y dirigirla. Y aquellas matronas de nuestras madres o abuelas vivían muchísimo mejor que todas éstas, a pesar de que el ser "ama de casa" conllevaba unas limitaciones sociales muy importantes desde la perspectiva de carencia de tiempo para vida mundana porque educar y cuidar a los niños era lo que más las preocupaba.
Hoy creen todas estas "modelnas" que son mucho más libres porque se acuestan con quien quieren en cada ocasión y porque disponen de dinero propio. Pero a cambio están sometidas al vasallaje de ir a trabajar fuera de su casa, a responder de sus acciones ante jefes y de mantener un cuerpo estilizado y con culo y tetas duras a los efectos de poder hacer esa vida "independiente".
Prima Amedh es hinduista, no musulmana, y por ello tiene un estilo y una clase que ya les gustaría tener a las de los harenes de los jeques.
Un fuerte abrazo
No creo la sociedad se pase el dia recordando esas cosas a la doctora. Mas bien me parece que el reflejo de la sociedad le recuerde a la misma que algo le falta. El ser humano es un ser social, con una genetica que le impulsa alo de siempre. Y es un ser familiar.
ResponderEliminarEl hombre moderno, ha renunciado a parte de ese legado, que por otra parte es necesidad tambien. Somos muy libres de hacerlo, pero todo tiene consecuencias. Notese como la doctora ha renunciado a los hijos, es decir, a fundar una familia, pero menciona a como le arropa su familia. Algo cruje ahi, algo no casa. Naturalmente se puede ser feliz sin hijos ni pareja, y se puede ser infeliz con pareja e hijos; pero eso no elimina nuestra naturaleza mas basica, y la podemos negar ,y sustituir ese sentimiento, o intentarlo, con caprichos, viajes, mucho champan, o un perro al que vestir y llamar "mi cariñin": no sera lo mismo, nunca.
De hecho, una de las cosas de las que me arrepiento, es de no haber empezado antes a tener hijos y conformar mi familia. Hubiera tenido 3 o 4 en vez de dos. En fin, allá cada cual. Lo malo es lo que ya han comentado sus buesias, que esa mentalidad afecta directamente a la sociedad, al quebrarse la piramide generacional. Todo tiene consecuencias, algunas muy funestas.
SEÑOR OGRO.
EliminarSí, a esa mujer no es "la sociedad" la que la cruje sino su carencia de algo básico, como dices en tu comentario.
Además, por mucho "idealismo" feminista de que se bastan solas y no necesitan formar familia se les viene abajo en cuanto llegan a cuarentonas o a cincuentonas. He leido vidas de ERMITAÑOS y ANACORETAS (aunque te resulte extraño no lo hacían leer en el cole en mis tiempos) y nunca he sabido de mujeres viviendo bajo una roca comiendo higos.
Son las más necesitadas, por genética de tener una FAMILIA.
Hasta aquel famoso PERDRO EL ERMITAÑO que organizó la Cuarta Cruzada era eremita en los ratos libres.
No me extraña que eches de menos no disponer de una familia con cinco o seis miembros porque eso es una hermosura. En mi casa eramos seis hermanos y mi madre se bastaba para gobernarnos a todos sin que se le notara la más mínima infelicidad por no poder ir a la oficina por su cuenta.
Siempre se ha dicho que los (o las) solteros, envidian a los casados y viceversa.
ResponderEliminarEl caso es que ambos estados tienen sus pros y contras y depende de la manera de ver las cosas para que te sientas feliz con lo que te ha tocado.
Más vale una buena soltería que un infeliz casamiento, se mire por donde se mire. Incluso vale más una mala soltería que un mal matrimonio, al menos no hay daños colaterales.
DON TRECCE.
EliminarLo que dices está confirmado con la de divorcios de chicos a los 40 años o antes de edad. Pero la cuestión está en esas féminas que por dedicarse a hacer carrera y destacar en lo que sea, se quedan más solas que la UNA del medediodia. Se proclaman muy feministas pero viven medio amargadas porque no disponen de una familia propia.
Creo que esa mentalidad es un total fracaso para ellas.
Debió de ser un hombre quien inventó la famosa "liberación sexual" femenina y la monserga ligada a tal doctrina. Un hombre quien convenció a la mujer de que se desprendiera de su virtud, regalándola en cualquier barra de discoteca, al mejor postor que invite a un cubata en una noche loca. Transformada en un macho vulgar, la contradicción aparece al comprender que las mujeres son distintas, que la igualdad es una ficción no corroborada por la naturaleza, un imposible colado con calzador por el hombre moderno, como tantos y tantos dogmas de la sociedad actual.
ResponderEliminarDON HEREP.
EliminarLo compendias todo en una frase que subrayo por ser la esencia del post de hoy :
" la igualdad es una ficción no corroborada por la naturaleza, un imposible colado con calzador por el hombre moderno, como tantos y tantos dogmas de la sociedad actual. "
La historia de esta doctora apunta a proyecto de feminazi.
ResponderEliminarLo siento, pero el único proyecto viable para nuestra especie, al margen de doctrinas religiosas, es la familia tradicional, base de toda sociedad estable. No vale un ejercito de solteros y solteras (parezco progre) que en el 90% de los casos se han quedado así por egoísmo y aquí englobo a cobardes que tienen miedo a perder su libertad, a aquellos que se casan con el trabajo, a aquellos que no aceptan defectos en sus parejas y se acaban quedando solos, etc. Luego dejo un 10% de margen para aquellos que o bien han encontrado algún tipo de inspiración religiosa (clero) o bien realmente lo han intentado y que por "causas naturales" se ven abocados a no tener pareja.
DON JAVICHU.
EliminarEstoy muy de acuerdo con lo que comentas y además, como decía el torero, la cuestión no tiene vuelta.
Las féminas que no organizan y dirigen una familia propia, terminan siendo unas frustradas totales aunque lo disimulen con teorias feminazis de igualdades, etc.
Al contrario de lo que dice la solución no es una sociedad que deje de decirme lo que necesito para ser feliz, sino una sociedad que le permita descubrir lo que necesita para ser feliz. Que le explique lo que realmente es importante y lo que es superfluo. Pasárselo bien en todo momento no es una verdadera forma de realizarse.... pero bueno, igual algún año se da cuenta, espero que antes de los 40, por su bien.
ResponderEliminarDON CSC.
EliminarBien aconsejado : que antes de los 40 se dé cuenta de que la solución no es vivir a su aire conforme pide el cuerpo, porque a con la cincuentena se va a sentir más SOLA que una orangutana en el Polo Norte al no disponer de una familia propia.
Esa moda piji-progre de algunas féminas de creerse muy realizadas porque ganan su dinero y no dependen en lo doméstico de nadie, va a producir oleadas de frustradas como las que ahora están de concejalas de Madrid y Barcelona y que se dedican a andar en bragas por las iglesias o a mear por las calles.