Existen otros Guantánamos, y algunos están en África. Prisiones casi siempre militares, secretas o con vocación de serlo, destinadas a albergar a supuestos terroristas; cárceles que hacen que torturas como el ahogamiento simulado o 'waterboarding' que padecieron los bautizados como “combatientes enemigos” de EEUU casi parezcan el respetuoso trato reservado a los internos de un penal noruego.
La palma se la lleva Nigeria con un dato estremecedor aportado por Amnistía Internacional en su informe “Estrellas en sus hombros; sangre en sus manos”: solo entre marzo de 2011 y junio de 2015 al menos 7.000 hombres jóvenes y niños (incluso de nueve años) murieron mientras estaban detenidos en instalaciones militares. La inmensa mayoría habían sido capturados en arrestos masivos e indiscriminados en busca de “terroristas” y de sus cómplices en barrios y pueblos del noreste de Nigeria, feudo de la sanguinaria organización Boko Haram que desde 2009 protagoniza una brutal ofensiva de atentados contra el Estado nigeriano y la población civil.
La mayoría de estos 7.000 hombres y niños que murieron bajo custodia militar estuvieron detenidos en los acuartelamientos de Giwa y Mai Malari en Maiduguri, la capital del norteño estado de Borno; también en las instalaciones militares “Sector Alpha”, a las que no por casualidad se conoce precisamente como “Guantánamo”.
Al primero de estos cuarteles, 'Giwa Barracks', ni siquiera cabe compararlo con la cárcel de la base norteamericana en Cuba: es mucho peor, según Amnistía Internacional.
De acuerdo con los datos de la organización humanitaria, sólo en junio de 2013, 1.400 cadáveres salieron de sus barracones con destino a una de las morgues de Maiduguri.
Muchos de estos presos habían sido ejecutados extrajudicialmente e incluso llegaban al depósito aún maniatados; otros no mostraban heridas de bala, sino que, reducidos a piel y huesos, no dejaban lugar a dudas de haber sucumbido al hambre y la sed, o bien de haber muerto por asfixia.
Casi todos los cuerpos presentaban marcas de torturas atroces
La noticia no puede extrañar. Solo hay que ver la barbarie desatada del Daesh para comprender la naturaleza de no pocos mal llamados humanos. De guantanamo no asustaba tanto lo que ahi pasaba, como que fuera en el seno de una democracia occidental. No pueden sorprender noticias como esta.
ResponderEliminarSi sorprende la candidez de occidente general, de su supuesta y autogestionada superioridad moral. Hemos olvidado todo fundamento sobre la defensa de las libertades, tanto de enemigos exteriores, como interiores. Y los barbaros asoman tanto por las fronteras, como por los parlamentos y parlamentitos.
Dios nos pille confesados.
SEÑOR OGRO.
EliminarHa renacido la barbarie más brutal, taal como comentas, y sin que a nadie extrañe lo más mínimo.
Pero más temor me causan los bárbaros internos que pretender apoderarse de los mando del Estado. Pero al gentío eso no debe de preocuparle mucho de momento. Luego vendrán las lamentaciones.
Los habitantes de Africa, por mucho que me tilden de racista, no debieran de gobernarse a sí mismos. La única formaa de evitar que se asesinen entre ellos y en grandes masas, es que vuelvan a quedar bajo la bota de tropas internacionales muy aguerridas.
ResponderEliminarDOÑA NEREA.
EliminarSí, es una idea muy apropiada para aplicar a todos esos cafres desbocados.
No son capaces de convivir sin descuartizarse a machetazos o con ráfagas de armas modernas.
Uffff!, Dios nos libre de caer ahí.
ResponderEliminarDON TRECCE.
EliminarQue los dioses nos amparen para no caer en esa zona.
Si te descuidas algunos hasta son caníbales.
Bueno amigo Javier, cada vez que pones un post de este tipo acabo con los pelos como escarpias. De todas maneras no se de qué nos sorprendemos..... en una zona de la tierra donde los derechos humanos se cogen con pinzas pues... tenemos lo que tenemos
ResponderEliminarEs conveniente difundir de cuando en cuando las barbaridades que hacen esos negritos, tanto en Nigeria como en Ruanda y el Congo.
EliminarAl menos sirve para que nos toquemos la ropa y sepamos que no estamos como ellos.