A más de cinco mil kilómetros de los suyos. Rodeados de arena y montañas. Más allá de las alambradas que rematan los merlones que hacen las funciones de muros de la base, un país difícil, de tierra áspera y habitantes que no lo son menos.
Entre éstos, los hay que les están agradecidos, por haberles llevado cosas tales como la escolarización, los ordenadores, la posibilidad de salir de un mundo angosto de oportunidades tasadas, casi nulas para la mayoría. En especial, las mujeres que pudieron dejar de mirar la vida desde detrás de un enrejado de tela sobre sus ojos, o las que incluso tuvieron la ocasión antes inconcebible de salir a estudiar, inglés o informática. O las que en el hospital de la base recibieron atención médica para salvarlas de los efectos de las mutilaciones o el abandono infligidos por hombres que se comportaban como sus propietarios.
Otros, en cambio, sólo ven en ellos a los invasores a quienes nadie llamó, y a quienes deben hostigar y expulsar. No suelen hacerse visibles, al menos no en las inmediaciones de la base, bien protegida, pero están ahí y los unos y los otros son conscientes de sus presencias a ambos lados de la alambrada.
Los que viven aquí, donde los escorpiones, el animal que no hace mucho infestaba los terrenos donde se alza la base y que campea en su escudo, son sobre todo hombres, pero también hay un buen número de mujeres.
Norteamericanos, italianos, lituanos, ucranianos, moldavos, además de españoles. Entre estos últimos hay sanitarios, controladores aéreos, especialistas en transmisiones, logística, automóviles, bomberos, personal de vigilancia, guardias civiles, intérpretes, empleados civiles de la contrata que presta los servicios de la base. Hombres y mujeres (no muchas) en la cincuentena. Hombres y mujeres (algunas más) de cuarenta y tantos. De treinta y tantos y veintitantos. De veintipocos.
Padres, madres, con los hijos criados o con bebés de apenas un año. En la cola del comedor escuchas a una de las madres contando la conversación que tuvo anoche por Skype con su niño pequeño, que apenas entiende dónde está.
Es su trabajo, lo asumen, sus familias también, de mejor o peor grado, y la base está bien preparada para pasar en ella los dos o cuatro meses, dependiendo de los destinos, que estarán en ella.
La comida es digna, el agua fresca ilimitada, hay tiendas, Internet gratuito, teléfono, aire acondicionado en los contenedores donde se duerme, en cuartos para cuatro donde sólo se alojan dos. Pero no deja de ser Afganistán.
Herat, donde doscientos y pico españoles, lo recuerden o no sus compatriotas, siguen dando la cara.
L. Silva
herat pocos
Que dificil tienen que ser estas misiones, ya no solo el enemigo, incluso el "amigo" tampoco dejará de ser hostil. Me acuerdo de un conocido que se iba de voluntarios a no se que zona africana a ayudar, reparto de alimentos , etc. Bueno, acabó hasta los huevos y jurando no volvería; no solo los locales los trataban con desprecio, sino que además les robaban y había que andar con 1000 ojos. Y de esto hace porrón y medio de años, ahora supongo que la cosa será peor.
ResponderEliminarBravo por esos soldados, aunque la gente no deberia perder el norte, y recordar que son eso, soldados, no las hermanitas de la caridad.
SEÑOR OGRO
EliminarEsos soldados tienen ganado su sueldo y profesionalidad militar a pulso. como bien comentas.
Al parecer también hay civiles que se apuntan voluntariamente a ir allí a ayudar como sanitarios o docentes.
Esos soldados están allí porque sus mandos lo ordenan; no creo que vayan de voluntarios a un sitio semejante. Otra cosa son los civiles que se meten en ese berenjenal para ayudar por un sentimiento de solidaridad admirable.
ResponderEliminarPor cierto, me ha asustado leer que también "hay controladores aéreos"; ¿estará allí nuestra amiga desaparecida?
DON BWANA
EliminarTambién me ha asustado a mí el leer que van como voluntarios algunos o algunas CONTROLLERS, y sospechar que nuestra común amiga LUCRECIA anda entre escorpiones.
Lo de los voluntarios, es harian de otro costal.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarSí, eso de ir voluntario a Afganistán es muy elogiable por cuanto supone el vivir allí, en el culo del Mundo.
Mira tella, yo con eso de los voluntarios estoy muy de acuerdo. Yo mismo lo fui hace mucho en otro sitio y otras circunstancias, también muy especiales aunque no violentas, o no tanto al menos.
ResponderEliminarPero en lo que al ejercito se refiere no tanto.
El ejercito está para lo que está: defender el Estado Español, sus ciudadanos, su constitución y la libertad que ella nos aporta, si es necesario a tiros y si es necesario poniendo en peligro su propia vida. Por eso es una vocación ser militar (y no un trabajo, aunque cobren por ello, ¡Faltaría más!) y por eso cuantan con mi admiración y mi respeto (y deberían contar con el de todos).
Pero el ejército no es una ONG al servicio del gobierno de turno para lavar su carita.
Estas misiones humanitarias donde no pueden, no ya disparar, ni siquiera dar una bofetada a un indígena que se pase con otro y que no suelen servir para absolutamente nada no me gustan.
Otra cosa es que estuvieran para proteger a los voluntarios españoles con los medios necesarios (como hacen con los pescadores en el Mar Rojo). Con eso estoy de acuerdo.
Pero lo otro....
DON CHAFAS
EliminarEsa es una cuestión ajena a mi post, pero que todos los españoles normales estamos completamente de acuerdo en que un Ejército es un medio de defensa y de ataque con las mejores armas disponibles en cada momento. No una ONG. Lo que sucede que con ese ejército que ahora tenemos es algo particualr montado por los SOCIALISTAS en su momento y en función de sus paranoías equinociales.
Puestos a lo que predican de que los soldados no deben de usar armas de matar, habría que decirles que tampoco los curas deben de oficiar en los templos ni los metereólogos predecir el tiempo. Y ya puestos habría que añadir que los políticos que aspiren a un cargo público no deben de COBRAR un céntimo por ocuparlo y ejercerlo.
El uniforme militar y el uso de carros de combate identifican la misión para la que se han creado y por tanto es puro idiotismo exigir que los milicos sean simples "enfermeros".
Como ningún partido político, ni de izquierdas ni de derechas, tienen una ideología con sus propuestas de mejorar a la sociedad, se buscan subterfugios del tipo éste de los militares que no atacan o de los matrimonios de maricones. Así llenan sus papelitos de "programas" y postulados.
Guardo una bandera con el polvo incrustado de Kabul.
ResponderEliminarConozco a varios de estos héroes y me siento orgullosa de su entrega y servicio así como del resto de nuestras FAS.
DOÑA MARIBELUCA
EliminarBonito recuerdo el de esa bandera traída de Kabul.
Sí, estos chicos que se juegan el tipo y la salud en ese rincón del Mundo merecen toda la admiración nacional.
Saludos cordiales
No hay nada más grande que el corazón de un voluntario, Javier.
ResponderEliminarNo sé si una vida sería suficiente para agradecer su labor... y más si son de nuestros ejércitos, tan maltratados, denigrados y odiados.
DON HEREP
EliminarCompletamente de acuerdo desde la primera a la última letra de tu comentario.
Es una lástima que los descerebrados de los zurdosos hayan confundido la existencia de EJÉRCITOS en cada país por MILITARISMO. Conceptos ambos ajenos el uno del otro. Y en la práctica los que mayores ejércitos tienen hoy son los rusos y los chinos.
De donde se deduce que la "teología" decimonónica de sociatas y comunistas españoles está más estancada que la momia de Lenin.