28 junio 2014

Bombardeo de Gibraltar

 83 aviones Lioré-el Oliver Leo 45,
bombardearon Gibraltar.
En la madrugada del 24 de septiembre de 1940, 83 bombarderos franceses aparecían por sorpresa sobre el cielo de Gibraltar para descargar con furia toda su carga sobre la colonia.

Aquel ataque no era sino la venganza del mariscal Pétain, tras el ataque a traición ordenado por Churchill sobre el puerto argelino de Mers el-Kebir, en junio, donde murieron 1.300 marineros franceses.

Desde España, en Algeciras, la población presenciaba  el espectáculo de haces de fuego formado por las bombas y las baterías antiaéreas situadas a lo largo del Peñón. Allí se encontraba ubicado también un corresponsal que escribía: "A cada momento se presentan aviones, que descargan sus bombas y se marchar dirigiéndose hacia el Marruecos francés. Hay momentos en que los disparos de las baterías forman una nube tan intensa que impiden apreciar el resultado de los bombardeos. La población inglesa permanece en los refugios. Los aviones no cesan de ir y venir".

La primera vez que Francia ordenó bombardear Gibraltar fue el 18 de julio de 1940, con una escuadrilla de 74 aviones que provocaron algunos incendios y daños menores. Pensaron que así Inglaterra se daría por enterada y decidiría volver a la vía diplomática como se había prometido en el Armisticio. Durante el verano no se realizaron más ataques, pero, en septiembre, una flota inglesa volvió a atacar a una flota francesa en Dakar. Ante esta nueva agresión, Pétain solicitó a la fuerza aérea efectuar el bombardeo a gran escala sobre Gibraltar empleando una gran cantidad de aviones.

La acción contundente de castigo sobre la colonia inglesa, que se había convertido en uno de los enclaves más importantes de la Segunda Guerra Mundial, fue aprobada por los mandos franceses y vista con buenos ojos por Alemania e Italia.

A finales de 1939, se había finalizado en el Peñón la construcción de una base aérea y una pista de aterrizaje en el istmo, que hasta entonces era un hipódromo. En mayo de 1940, un total de 16.700 gibraltareños fueron evacuados a Casablanca, en el protectorado francés de Marruecos, y de ahí fueron dispersados a otros destinos como Londres, donde fueron 12.000; Madeira y Jamaica, 3.000, y el resto a Tánger o España. Tan solo unos pocos gibraltareños decidieron quedarse en el Peñón.

Gibraltar iluminado ante la presencia de los bombarderos franceses

8 comentarios:

  1. La Historia tiene la manía de repetirse de vez en cuando.

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    1. Es curioso que los gabachos que tanto presumen de haber luchado con De Gaulle contra los nazis, tenián entonces y tras la derrota inicial tanto la ARMADA (una de las mejores de Europa) al mando del almirante Darlan, y su AVIACIÓN casi intacta, al servicio del Gobierno de PETAIN, gobierno títere de Hitler, y ubicadas en sus colonias de Africa.

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  2. Poca puntería tenían esos aviones si ni siquiera acertaron alguno de esos monos. Triste destino el de Philipe Petain.

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    1. AMIGO BWANA
      Tiene razón : no dieron ni a un solo mono. Quizá se cargaron algún cargamento de GIN porque de eso les abunda siempre, aunque sean llanitos.
      El probe Philipe metió la pata con su pacto con Adolf, pacto que hasta Franquito evitó a toda costa.

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  3. Picaduras de mosquito que en nada compensaron la destrucción de la flota francesa, bien amarradita en puerto, esperando no se sabe bien qué.

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    1. DON HEREP
      Cierto lo que dices. Hace muchos años leí las Memorias de De Gaulle y cuenta que pidió al almirante Darlan que pusiera la flota francesa al servicio de los aliados o franceses de la Resistencia, a lo que se negó. Ante lo cual Churchill, con permiso de De Gaulle, destruyó a la dicha flota tricolor.

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  4. No deseo la muerte de nadie, ni de los llanitos; pero si ese bombardeo dejara Gibraltar inhabitable, al menos nos quitabamos un grando del culo de una puñetera vez; lo único que hace es incumplir la ley y tocarnos las narices.
    Salud

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    1. DON JAIME
      No es mala idea. Evacuar a Escocia a todos esos llanitos para que aprendan lo que es ser british con falditas, y dejar la roca pelada como Isla Santa Clara. Con conejos o monos como mucho. Y dejar que los gitanos acampen con sus burros para sus trapicheos.

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