Harry D. Lillie fue un médico que estuvo embarcado en una de las primeras expediciones balleneras británicas a la Antártida después de la Segunda Guerra Mundial. Al regresar en 1946, escribió lo siguiente: "Si pudiéramos imaginarnos a un caballo con dos o tres lanzas con explosivos en su estómago y arrastrando un carro por las calles de Londres mientras riega de sangre el suelo, nos haríamos una idea del método de muerte. Los propios arponeros admiten que, si las ballenas pudieran gritar, la industria se acabaría, porque nadie sería capaz de resistirlo".
La industria ballenera ha insistido en que los animales mueren de forma instantánea. Pero eso no es cierto. A lo largo de la Historia se han empleado muchos sistemas para tratar de liquidar a las ballenas cuanto antes. Ninguno ha funcionado.
Se han empleado arpones eléctricos, arpones envenenados y la Unión Soviética hasta les disparó granadas antitanque. Pero las ballenas son animales que están hechos para aguantar la presión del agua a tres kilómetros de profundidad, para pasarse toda la vida en territorios en los que el termómetro no sube de cero grados centígrados nunca, para estar dos horas sin respirar o para recorrer 300 kilómetros diarios durante tres meses.
Así que matarlas no es fácil. Cuando el arpón -fabricado en Noruega, y que suele tener un peso máximo de 45 kilos impacta el cuerpo del cetáceo, va a una velocidad de unos 400 kilómetros por hora. Unos milisegundos después de entrar en las entrañas de la ballena, se activa la espoleta que hace explotar unos 100 gramos de pentrita, un explosivo plástico que tiene muchos otros usos (por ejemplo, es uno de los componentes del Semtex, que los terroristas islámicos emplean a veces en sus atentados).
Cuando la pentrita explota, el arpón se abre como un paraguas y cuatro garfios se enganchan a la carne del cetáceo.
P. Pardo
asesinato ballenas
Ni sé cómo queda alguna todavía, hace más de cien años ya se hablaba de sobreexplotación, sólo hay que darse una vuelta por los escritos de Verne y otros clásicos de la literatura que cuando escribían sobre aventuras marinas, llamaban la atención sobre el asunto.
ResponderEliminarDON TRECCE
EliminarEs verdad lo que comentas : que hasta es raro que queden aún ballenas.
Lo que es una sinverguenzada, y luego se quejan algunos de las corridas de toros, es el modo de cazarlas. Y los más "aficionados" a ellas son los japos seguidos de los nórdicos.
Es una barbaridad el modo de asesinarlas.
¿Economicamente sigue saliendo viable?. ¿ es necesaria esta caza?..No se si quedará alguna tribu esquimal cuya supervivencia dependa de ... lo dudo.
ResponderEliminarMira que somos expertos en matar.. pero no sabemos como hacerlo eficientemente con una ballena
SEÑOR OGRO
EliminarNo, no son los esquimales quienes necesitan ballenas, sino esos depradadores mundiales todo que dicen ser JAPOS. Nos exterminaron las angulas y otros productos como túnidos, y siempre van tras la ballena. Y aún no han aprendido a cazarlas como lo hacian los vascos hasta el siglo XIX con limpio arpón y cuerpo a cuerpo desde una lancha de remos.
Esos mismos casi terminan con pinguinos y focas, de las que deben de quedar ya pocos. Y si le da por comer vacuno ten la seguridad de que no volveremos a catar un chuletón a la brasa nunca más.
Si es por sadismo por lo que lo hacen yo les presto a mi cuñada.
ResponderEliminarTiene el mismo tamaño y es mucho más molesta que las ballenas.
Por otra parte, el problema es siempre LA PASTA.
Donde haya pasta que ganar nunca faltarán hombres dispuestos a hacer lo que sea.
Fíjate en el asunto del marfil. Oues cuando estuve en Sudafrica no hubo día que fuera al mercadoi que no me ofrecieran alguna cosa, y cuando compré un collar para mi novia, de cuentas de marfíl (debidamente legalizado, con números de serie y cretificado de procedencia de elefantes fallecidos de forma natural. Más caro pero más ético) y lo vieron en la aduana ni me pidieron los papeles. Se limitaron a sonreir como diciendo "Otro que ha pillado". Era el 92 pero no creo qque haya cambiado.
Por cierto que su prima si que es una "Barita Energética" y no el muesli ese.
DON CHAFACHORRAS
EliminarHabrá que avisar a los JAPOS que tienen una estupenda mercancia en ganga en sólo poner el ojo y el arpón en tu CUÑADA. Hasta puedes tener suerte. Y con algo más que a ella le meten también un arponazo con dinamita comunista al tonto que juega a hacer de TROLL.
Sí, claro que todo esto es siempre por razón de pasta. Pero los gobiernos debieran de prohibir y sancionar a los que pescan ballenas y focas y similares especies. Y los únicos especialmente expertos en ello son los amarillos esos. Que se dediquen a comer otras cosas ya que son muy aficionados a las porquerías, y el Mundo está lleno de ellas desde cucarachas a cuñadas internacionales reunidas.
Coincido en gustos contigo en Prima Bar.
Las ballenas deberían organizarse y actuar en grupos, para tragarse a esos arponeros como hicieron con Jonás. Habrá que recordarles que la unión hace la fuerza y diez ballenas al ataque pueden acabar con el arponero y su compañía. .
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarEs una excelente idea y se me ocurre que un gran organizador de cualquier cuestión es el complutense, al que podriamos encargarle la misión de forma flotas de guerra de ballenas contra los arponeros-cañoneros japos.
El hombre es un depredador temible... siempre que tenga esos barriles de TNT, Javier. Si tuvieran que cazar como el capitán Ahab, otro gallo cantaría. Es una pena y una crueldad muy grande, tienes razón.
ResponderEliminarUn saludo.
DON HEREP
EliminarTal como Melville describe la persecución del capitán Ahah a su ballena azul, pescaban los ballneros vascos por todos los mares con simples chalupas y cuerpo a cuerpo con los cetáceos.
Un saludo