Ni tontos ni pícaros, mejor "gato que caza ratones"

Se pregunta Mellado : ¿Hay que seguir creyendo?
Sí. La fe es lo último que se pierde, ¿no?, se contesta a sí mismo.
El problema de la clase política y de la Humanidad en general es que nos movemos por uno de los dos métodos de pensamiento: el de Pero Grullo o el de Don Quijote. Y para que una sociedad marche bien se necesita una combinación de ambos.

Según un estudio reciente, la autoestima de los españoles está por los suelos. El pesimismo ha sido una pauta en la Historia de España, como puede verse desde la Generación del 98 a la Generación del "Sálvame".
Marañón, de la Generación del 14, envió una carta a Unamuno en 1929 rebelándose contra esta visión pesimista de lo español: "Este pueblo es mejor de lo que se cree. A veces parece tonto, como los pardillos de Castilla. Y pícaro. Pero dentro hay una cosa recta y noble que sale cuando es necesario".

Quizá Marañon era otro "pardillo" con esa creencia.

Europa se sigue mirando al ombligo sin darse cuenta de que nos hemos quedado fuera del tablero económico mundial. Mientras asistíamos la pasada semana a memeces (de dormirse) tipo Cañete o Valenciano, EEUU mira hacia Asia y no hacia Europa, y Rusia, también.

Por otra parte, el estancamiento o retroceso educativo es común en los países occidentales comparado con los asiáticos. La revista Newswek dedica su portada al éxito de las escuelas en Shangai. Y nos cuenta la historia de Jinjing Liu, de 15 años. Se levanta a las seis de la mañana, a las 7.30 está en el colegio y sale a las seis de la tarde. Cuando llega a casa, tras cenar, hace los deberes hasta las 11. Sus padres van al colegio cada dos semanas, no a pegar al profesor, que cobra pluses de eficacia, sino para saber si el rendimiento es el adecuado.

Jinjing ríe incrédula al saber que en Occidente si un niño estudia mucho es rechazado por sus compañeros por "pringao". En Shangai lo es el que no hace los deberes.

tontos picaros