Es la primera vez que un familiar directo del rey se ve obligado a declarar como imputado en un juzgado y lo hará en un caso donde la corona tal vez no tenga responsabilidad penal, pero sí tiene responsabilidad política.
Es una rareza también que para esta citación el juez se vea obligado a justificar sus razones con un extenso auto de 18 folios. Y es también una de esas extrañas ocasiones en las que la fiscalía se opone a una simple declaración, más cuando existen motivos más que sobrados para justificar una citación, que ya tardaba.
Entre las muchas cosas que los ciudadanos debemos agradecer al juez José Castro hay una virtud más: que es de los pocos jueces cuyos autos no están escritos en abogadés y son comprensibles para los simples mortales.
Merece mucho la pena invertir un rato en leer esos folios, especialmente de la página 9 a la 15, donde Castro detalla los catorce indicios por los que ahora imputa a la infanta. En sus propias palabras, "No imputar a la infanta sería una clara contradicción con la práctica cotidiana de los juzgados".
La infanta era la única persona de la junta directiva del Instituto Nóos que aún no estaba imputada.
En los 14 indicios hay de todo. Pequeñas miserias, como que la infanta contrate para limpiar el palacete a "personas en situación irregular" a las que pagaba con dinero negro y que después acabaron contratadas por Aizoon SL, la empresa que los duques tenían a medias y con la que sacaban la pasta de Nóos hacia paraísos fiscales.
Evidencias palmarias, como la sucesión de correos electrónicos, fechas y registros mercantiles que dejan claro que el instituto sinónimo de lucro se montó a conciencia, con premeditación y alevosía; que el duque creó el negociete porque su sueldo de 35 millones de pesetas al año le parecía poca cosa; que contó con la complicidad de su señora desde el primer día.
Y también andanadas terribles contra la Casa Real y el propio rey de España, cuyas coartadas políticas quedan tocadas y hundidas. "No se acaba de entender que S. M. El Rey no comentara con su hija las críticas o recomendaciones que había hecho llegar o proyectaba hacer a su marido", dice el auto de Castro.
Tampoco entiende el juez que algunos negocios de Nóos se cerraran en el Palacio de Marivent o incluso en el Palacio de la Zarzuela.
Y no hay quien entienda esa coartada imposible que presenta a la primera mujer de la historia de la familia real española con título universitario como un ignorante florero que no se enteró de nada. Pase, y es mucho pasar, que Ana Mato no viese el Jaguar de su marido en el garaje.
¿Pero de verdad hay quien se crea que la infanta no sabía cómo se pagaba el palacete?
Escolar
infanta borbonica
Lo del palacete no cuela ni con calzador.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarDificil de colar tal compra aún en un país de bobos completos.
Es lógico que en un país, donde la corrupción está generalizada,no se escapen ni las más altas instancias. Aquí el que no corre, vuela.
ResponderEliminarPor cierto, ¡vaya "bocatto di cardinale" la Antoñita!
DON BWANA
EliminarLa probe plebe seguimos siendo los cenizos que pagamos las mangancias de los señoritos dedicados a lo público, ya sean de estirpe real como de raza gitana. Tenemos mucho gitano por el país.
Es como dice usted nuestra Prima Antoñita : "bocato di cardenale".
"Virgencita: que mi marido no me engañe; si me engaña que no me entere, pero si me entero que no me.....cite el señor juez como imputada"
ResponderEliminarEsta sería la versión borbónica de la famosa oración de la "cornutta".
DON F.J.EUGENIO
EliminarSí, sería la VERSIÓN BORBÓNICA de la damisela, pero ya no estamos en el siglo XVI para que la plebe crea que a los reyes y sus familias los nombra Díos y por tanto son todos unos virtuosos.
Lo de ésta es de mentalidad catalana : "força al canut" que traducido significa "pequeña bolsa, "el canut", de cuero que los payeses (campesinos) catalanes llevaban atada al cinto, bolsa en la que solían guardar las monedas más valiosas de oro y plata.
Pero nada de "bolsa pequeña".
Puede ser Don Tella, que la inflauta no se haya enterado, es que las hay muy tontas; algunas parientas solo por un par de pelos rubios en el asiento del coche, saben que pertenecen a una mujer joven y de dudosa conducta y por ello nos ponen a caldo y esta no sabe de donde salió el casoplón. Yo cuando sea mayor quiero una igual para mi, poder hacer mis farras, sin que se entere de nada.
ResponderEliminarDecir que la prima Antoñita tiene un bocato di cardinale, es quedarse corto, tiene cienes de bocatos, que podrían llegar hasta a los monaguillos.
En cuanto al señor Horrach, tildarle de nefasto lo comparto, pero haberle llamado político, no se si te lo perdonara en esta vida.
Salud
DON JAIME
EliminarMuy bueno todo el comentario. Voy a defenderme un poco.
Estoy de acuerdo en que el 99% de las féminas detectan un pelo rubio en el suelo del coche, y la "Inflauta" vive en Palacio nuevo y usa un superyate nuevo y variados automoviles de lujo, y mira por dónde le parece que su balonmanero los recibe del arcangel San Gabriel.
Lo del fiscal es de chiste de Gila, pues en vez de acusar (que es su profesión) se dedica a DEFENDER a quien el ropón considera delicuente. Para hacer eso hay que ser o tontodelculo o político cumpliendo órdenes.
Me satisface que a los entendidos en arte, como Don Bwana y tú, os haya gustado la visión de Prima Antoñita. Todo Arte ella.