Han vendido su alma al diablo, a la droga y, ahora, a sus camellos. Nada les queda en la vida salvo sus "chutes" de caballo en vena y/o en pipa. Malviven día a día castigados por el látigo de sus dosis y entregados de lleno a las misiones que les encomiendan los "narcos" gitanos, su última esperanza para paliar los dolores que les produce la falta de droga en su cuerpo.
Consumidos por la adicción y perdidos por la misma barren las casas de quien parte el bacalao en la zona, les riegan las puertas de entrada para retirar el barro, les hacen la compra en los quioscos ilegales, les limpian las casas, venden "chutes" a otros adictos, se empeñan como "machacas" para atraer a otros compradores y "dar el agua" (avisar de que viene la Policía)...
Todo mientras los traficantes venden la mercancía en el interior o se mantienen a las puertas de los chalés anunciando, solo con el gesto de permanecer sentados, que se trata de un punto de venta.
Una chica camina de arriba abajo por la maldita vía, nerviosa, sin un rumbo definido. Dice tener 37 años. Lleva 17 enganchada. Parece que solo quiere huir. Se ha percatado de que los "rutas" la acechan. Oculta algo en su ropa.
"Trabajo para ellos los traficantes gitanos durante todo el día . Vendo “chutes”. Así me gano 20 euros diarios más las micras que me inviten", revela. Es parca en palabras. "No hablemos más, por favor. Me están mirando. El otro día vino una periodista y estuvo hablando con otra como yo y cuando se fueron los medios de comunicación le pegaron una paliza que todavía está en la UCI ingresada", anuncia temerosa con la mirada perdida.
En ese momento, una gitana llama su atención y la ordena que se dirija hasta ella. La toxicómana acude hasta su ama, que la retira de la escena.
Unas casas más alejadas de ese punto, un mujer calavérica se esmera en retirar toda la grava que inunda la morada de sus camellos. Lo hace con una manguera que escupe el agua enganchada ilegalmente. Un poli indica que hay drogadictos en condiciones peores: "Los más degradados ya no tienen recurso e incluso recogen jeringuillas abandonadas para ganarse unos euros".
Una bella mujer rubia de espectaculares ojos azules camina por la calle con un vaso de plástico en la mano. Es un café que lleva a sus amos de la casa. Trabaja en varias viviendas de este poblado. Su habla denota que procede del este de Europa. Los agentes la requieren.
"Estoy trabajando en varias casas. Tardo una o dos horas en hacerlas, cuido a los niños y hago recados. Me pagan entre 15 y 20 euros por vivienda", responde a la autoridad. No parece adicta a ninguna droga, simplemente se gana la vida de manera ilegal en este terrorífico emplazamiento; al fin y al cabo, otra esclava más de la droga.
Todo ese mundo es aún peor que el sodomizado por los de Bildu. De ahí no pueden salir. Y existe en la mayoría de las capitales de España. Pero a nadie creo que le importa.
Tellagorri
Pues no Tella, esta situación no interesa a nadie, ni siquiera a los políticos a la hora de buscar un voto, son marginales a los que no hay que prestar atención. Y mientras estén en su gueto, sin molestar en los barrios acomodados, no interesan ni para acabar con ellos.
ResponderEliminarEs basura generada por la sociedad y que ésta no sabe dónde almacenar.
A veces me pregunto si la solución no sería legalizar la droga, aunque eso supondría convertir en camello al Estado. No sé.
Se habla mucho de políticas sociales y poco de justicia.
ResponderEliminarExisten medios técnicos y humanos para intentar rehabilitar a estas personas, pero es una labor de titanes porque por uno que sale, diez se quedan por el camino, mueren muy jóvenes. Al que se recupera suelen esperarlo y procuran que recaiga, para que sirva de ejemplo y nadie se haga ilusiones.
Con las mafias no se acaba porque manejan mucho dinero, aunque todos saben quienes son. En eso aquí nos diferenciamos bién poco de Méjico, lo que ocurre es que los mantenemos apartados, los damos por muertos..
Poca gente criticó a Garzón cuando dejó que dos narcos pudieran ser absueltos gracias a sus pésimas instrucciones, esa misma gente tienen hijos y nunca se sabe..Pero como encausó a Pinochet.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarTú lo has dicho : "Basura generada por la sociedad".
No sé cual podría ser la solución pero sí sé que muchos de ellos se inician porque SUS PADRES NO TIENEN TIEMPO DE OCUPARSE DE LOS HIJOS.
En una sociedad menos libre que ahora, más matriarcal o patriarcal en la que las familias tenían una estructura muy doméstica, con un hombre trabajando y una madre educando hijos, esto no se daba. Al menos en la cuantía de ahora.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarSí, una vez enganchados o esclavizados quedan convertidos en títeres de las mafias, poderosas como un Estado.
Pero también sé, porque lo he observado, que niños que se inician a los 12 años sus padres se enteran que son drogatas cuando ya tienen veintimuchos años.
Lo cual deviene en el tipo de sociedad creada en donde ambos padres trabajan para poder pagarse los lujos que exige el consumo o la moda.
Cuando yo era joven pocas mujeres casadas trabajaban y eran las encargadas de educar y vigilar el crecimiento de los hijos.
Un país moderno no puede dar pubilicidad a estos submundos, porque los hay, y en Madrid, que como sabes tenemos de todo, tenemos poblados donde no entra ni la poli.
ResponderEliminarEn cuanto al tema de la droga siempre he pensado en métodos expeditivos para solucionarl, tan sencillo como adulterar con raticida toda la droga encautada y ponerla en la calle a precio de saldo, muerto el perro muerta la rabia.
Y nos sorprendería ver la cantidad de "famosos", "políticos", "jueces", etc que han muerto de un "constipado"
Mira, ISRA, esa solución, sabiendo que coge de lleno a ropones, políticos y famosillos amariconados que tapan las basuras, la suscribo ya.
ResponderEliminarA mí los que me dan pena son los pobres chavales que terminan en esos poblados suburbanos por desidia de unos padres que están en otras labores.
Si todos los que tienen hijos te copiaran en el cuidado de tu princesa, no habría un 5% de drogatas en relación a los que ahora hay.
Por tanto, la culpa la tienen Aznar, Bush, Benedictus XVII y Rouco.
Es realmente una lacra que no sólo corroe a los enganchados, sino a sus familias. Tanta permisividad, tanta tolerancia y falta de autoridad, unidas a unos servicios policiales deficientes o corrompidos por los políticos, producen estas miserias, cada vez más difíciles de controlar.
ResponderEliminarSEÑOR BWANA
ResponderEliminarSí, claro que afecta de lleno a las familias cuando ya no hay remedio, pero esas familias casi nunca se enteran de cuándo el drogata comenzó a iniciarse.
No creo que haya policia suficiente en el Mundo para evitar el poder de las mafias de narcotraficantes. Se demuestra en una novela reciente titulada COBRA, de Forsith, y que ha analizado y estudiado a fondo el tema de esas redes a nivel mundial.
El famoso italiano que escribió y denunció las tramas italianas, SAVIANO, vive oculto por el Mundo con una docena de guardaespaldas y desplazándose continuamente.
No deja de tener su sorna el que en nombre de la "libertad" (yo controlo, yo hago lo que quiero, nadie me controla, soy el puto amo,etc), la gente acaba siendo un esclavo de la peor estirpe, un esclavo que ni puede ni quiere escaparse.
ResponderEliminarSin duda la desestructuración familiar es importante, pero hay algo más. La sociedad actual es un perfecto caldo de cultivo, en el que por un lado a los crios se les dan todos los derechos, pero a los que se exige poco o nada. ¿Quien no ve por su ciudad a la chavalería ponerse ciegos con el botellón? ¿y crios fumando porros?
Tengo amigos profesores que me cuentan como no pocos padres, NO les creen cuando les cuentan que han pillado a sus hijos fumando un porro.
Y peor que la droga, es la actual cultura de permisividad, de aceptación de una cosa tan peligrosa como estas porquerías.
Yo desde luego, miro a mis hijos, y me acojono con estas historias.