Dice Mikel Buesa que "El pufo vasco alcanza así una cifra de 2.060 millones de euros, que equivale al 3,4% del PIB regional. En términos per cápita, las Administraciones vascas disponen de 964 euros por cada habitante, lo que les concede una notable holgura financiera para dedicar recursos a las políticas nacionalistas o para ocultar las ineficiencias en que incurren, con creciente intensidad, los servicios públicos de ellas dependientes."
En el caso del País Vasco, el origen de esta peculiar forma de financiación se remonta a la abolición del sistema foral, tras la última guerra carlista, y a la búsqueda de una forma transitoria de integración de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya –en aquella época "provincias exentas", y por tanto exceptuadas del sistema tributario– a la hacienda pública del Estado.
El Real Decreto de 28 de febrero de 1878 reguló por primera vez el Concierto Económico, con la finalidad de que las provincias vascongadas contribuyeran a financiar el Estado "por todos los conceptos y en idéntica proporción que las demás de la Monarquía", de manera que en ellas fuera de aplicación el sistema tributario vigente en el resto de las provincias españolas.
El Concierto se concibió como un sistema provisional, de duración limitada a ocho años, durante los cuales las aludidas provincias se irían integrando en el sistema económico español. De la transitoriedad se pasó a la permanencia gracias a las sucesivas renovaciones del sistema, de manera que éste –incluso tras haber sido derogado para Vizcaya y Guipúzcoa, declaradas "provincias traidoras" en 1937 por Franco– ha subsistido hasta nuestros días.
La Constitución, con el reconocimiento de los derechos históricos de los territorios forales, y el estatuto de autonomía del País Vasco lo han consolidado como un derecho inalterable. Se ha llegado incluso a concederle un carácter pactista, de manera que, singularmente tras la Ley 12/2002, con la que el Gobierno de Aznar dio satisfacción a las reivindicaciones nacionalistas, el Concierto ha acabado por ser concebido como un pacto entre iguales.
Así, tanto el Concierto como su especificación en el Cupo, que establece la cuantía de la aportación del País Vasco al sostenimiento del Estado, son el resultado de un genuino proceso de negociación política.
De la Fuente (2005), con datos referidos al promedio del período 1990-1997, ofrece información de la diferencia que arroja el cupo efectivamente pagado y el que resultaría de generalizar el sistema y aplicar una misma metodología para su estimación en todas las comunidades autónomas. Sus cálculos establecen que el cupo vasco es 2,5 veces inferior al que correspondería de acuerdo con un tratamiento homogéneo de todas las regiones.
Ello significa que, de acuerdo con estos cálculos, el País Vasco obtiene del resto de España unos recursos financieros del orden del 4% de su PIB regional.
El cupo vasco no constituye sino la compensación de la Comunidad Autónoma Vasca al Estado por el coste de las competencias no asumidas por aquélla. La metodología seguida para su determinación –que, en su configuración básica, se ha mantenido inalterada desde que fuera definida en la Ley del Concierto Económico de 1981, consiste en una valoración, a partir de los presupuestos del Estado, del coste de las competencias que éste ejerce sin que lo haga el Gobierno vasco.
A partir de esa valoración, en las cargas del Estado se atribuye a la comunidad autónoma un porcentaje de participación en las cargas mediante la aplicación de un índice de imputación que, si bien en el cálculo inicial, correspondiente al año 1981, se fijó implícitamente en el 6,29%, con posterioridad a la Ley del Cupo de 1988 ha quedado establecido en el 6,24.
Pues bien, teniendo en cuenta esta metodología, la Ley del Cupo referida al período 2007-2011 establece el cupo provisional para la primera de esas fechas en 1.565 millones de euros.
Ello es el resultado de una valoración de las competencias estatales que no ejerce la comunidad autónoma equivalente al 45,5% del gasto presupuestado por el Estado en vez de sobre el 100%, lo que da lugar, tras la aplicación de un índice de imputación del 6,24%, a una cifra de 5.351 millones de euros, expresiva del coste de la estatalidad que cabe atribuir al País Vasco, pero se deja en 1.565 millones de euros.
El pufo vasco alcanza así una cifra de 2.060 millones de euros, que equivale al 3,4% del PIB regional.
pufo,vasco
Magnifica lección.
ResponderEliminarMe encantan las cuentas de la escuela "baskonita" (no está mal ¿eh? ya soy como Polikarpo, inventando palabrejas), aunque la "catalufa" tampoco es manca.
Su teoría, por elemental, asusta, yo te debo 1 tú me debes 2, dame 12 y en paz.
Me vas a permitir una pregunta cándida ante la contundencia de las cifras ¿y ahora qué?
La preguntita "cándida" tiene una respuesta perversa, amigo ISRA.
ResponderEliminarYa que el Concierto permite a las Diputaciones recaudar todos los impuestos (en sustitución del Estado) y salvo la cuantía ridícula del "Cupo" que se entrega el Estado,lo que se queda en manos de ellas son los miles de millones de euros de los contribuyentes vascos,jamás en la Historia los políticos vascos han manejado tal cuantía de fondos para uso en lo que les dé la gana.
Eso supone que viven, los políticos, con unos presupuestos increíblemente ricos.
Cada Diputación (en manos todavía del PNV)entrega al Gobierno Vasco alrededor de un TERCIO de lo que recaudan. El resto lo disponen a su antojo y que en el caso del PNV suele ser para dar trabajo a cientos de miles de afiliados en empleos fantasmas.
Ahí le quiero ver yo a ZP decidiendo que se acabó el Concierto y que la Hacienda General del Estado será la que recaude las imposiciones tributarias. No te digo la que iba a armar el PNV movilizando desde Eta a Obispos y pasando por sacristanes y Notarios.
Ese sistema es el que quiso que le pusieran también a PUJOL, y los catalufos de Ezquerra persisten en ello.
Si Madrid también exigiera lo mismo, ESPAÑA se iba a tomar por riau directamente.
A los habitantes "baskonitas" nos resulta igual que cobre el Estado o las Diputaciones vascas, porque pagamos como todos los demás.
En sí, todos los excedentes de dinero, y son muchos, los que recaudan las Diputaciones vascas terminan en manos de PNV y sus asociados batasunos (como cuando la Mafia recaudaba a los comerciantes por "protección", aquí hace ese papelón lo hace Batasuna con el PNV).
Es un placer leer tus post Tellagorri.
ResponderEliminarSiempre están bien argumentados con cifras y datos muy concretos, pero además les das un toque especial con el que un servidor siempre se queda con la boca abierta.
Chapo maestro
GRACIAS Esveritate por el comentario y por expresar que mis modestos escritos te gustan.
ResponderEliminarLo del "toque" que citas puede deberse a que uno lleva ya muchas escamas encima y eso deja un poso de excepticismo ante casi todo, salvo en el caso de los familiares de los asesinados por una estupidez de mentalidad anti-garibaldiana (como sabes,Garibaldi fue el italiano que logró la unión de los ducados italianos y de la liberación de la bota austriaca para forma el estado Italiano en el siglo XIX).
O sea, por pretender convertir en realidad una FANTASIA propia de aldeanos trasvestidos de excuras.
El cupo no es tan ridículo. Y la aportacion es mas de un tercio
ResponderEliminarANÓNIMO
ResponderEliminarCreo que has entendido muy poco del tema.
Primero. Lo de entregar un TERCIO es de cada Diputación Foral (Guipúzcoa, Vizcaya y Alava) al GOBIERNO VASCO de Vitoria, no al ESTADO.
De forma que durante 30 años han estado entregando los del PNV de cada provincia vasca al Gobierno de Vitoria del PNV.
Segundo.
Lo de rídiculo depende comparativamente de cuánto se recauda en el conjunto de las tres Diputaciones y cuánto se paga al Estado.
Si las tres provincias recaudan (y lo hacen) más de CIEN MIL MILLONES de euros, y dan al Estado 1565 millones de Euros, está claro que el chollo es inmenso porque en el resto de España es el propio Estado el que recauda y se lo queda.
Muchacho, no les des ideas a los políticos de otras autonomías, que si les dejamos, acaban con lo poco que que. ¿Y queda algo?
ResponderEliminarY qué que se lo queden las Diputaciones (gran parte de lo que recaudan), si pagan carreteras o la aportación al Gobierno Vasco para pagar Osakidetza (por lo que realmente su gestión propia se queda muy reducida). Antes pasaba de Gobiernos Forales (del PNV y del PP) al Gobierno Vasco (del PNV) y ahora de gobiernos Forales del PNV al Gobierno Vasco (del PSE). Otro asunto es que te moleste que el PNV administre, pero eso no tiene que ver con el modelo de Concierto, sino con tus fobias y filias.
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