03 mayo 2010

Ejecución por fusilamiento en Utah

"Pelotón de fusilamiento, por favor". Lo ha pedido el condenado Gardner. Prefiere las balas a la inyección letal porque, cree, hay menos errores. El periodista, que asistió a la anterior ejecución con disparos en EEUU, le desmiente: a veces hace falta una segunda ráfaga de balas. Una barbarie.

Al preso le ponen una capucha, lo amarran a una silla negra y le colocan una especie de babero blanco con una diana dibujada a la altura del corazón. Los cinco verdugos toman posiciones a siete metros, al otro lado de una falsa pared, y asoman sus rifles del calibre 30 por un ventanuco. Todos disparan a matar tras la orden de rigor. "Apunten, listos... ¡Fuego!".

Así se sigue ejecutando en Estados Unidos en pleno siglo XXI.

El último pelotón de fusilamiento acabó fulminantemente con la vida de John Albert Taylor en 1996. "Dejadme marchar", fueron las últimas palabras del reo, condenado por violar y asesinar a una niña de 11 años. Su cuerpo se convulsionó con el impacto de las balas. La cabeza se le quedó ladeada sobre el hombro derecho. La diana se le desprendió y a la altura del corazón quedó a la vista un boquete abierto. La mancha de sangre se fue extendiendo.

"No hubo agonía", certificó el médico de turno. Para completar el macabro ritual, un capellán entonó una oración por el recién fallecido. Varios funcionarios de prisiones llegaron con sus cubos para limpiar la sangre y rociar la cámara de la muerte con productos químicos.

El escalofrío del fusilamiento pervive aún en la mente y la retina de los que asistimos involuntariamente a aquel crimen ruidoso y premeditado. Taylor consiguió su objetivo: poner al Estado mormón y justiciero de Utah en el disparadero internacional.

Las protestas rompieron a las puertas de la prisión, en las afueras de Salt Lake City. De todas las pancartas, se me quedó grabada una: "Cuando el Estado fusila, todos apretamos el gatillo".

El revuelo mundial contrastaba con la indiferencia y el estupor con los que la gente de Utah recibía a los periodistas extranjeros, como si fuéramos extraterrestres. "¿Por qué tanto interés por un suceso local?", nos preguntaban. "¿Es que sus países no ajustician a los violadores y a los asesinos?"

Y al cabo de 14 años, la secuela. Otro preso, Ronnie Lee Gardner, condenado por matar a bocajarro a un abogado durante una fuga frustrada, ha elegido morir por el viejo método: "Pelotón de fusilamiento, por favor". A diferencia de Taylor, Gardner asegura que su decisión no tiene una intencionalidad política, que lo único que quiere es morir sin contratiempos: "Es mucho más fácil con el pelotón de fusilamiento que con la inyección letal. No suele haber errores...".

Se equivoca Gardner. De las 39 veces que el Estado de Utah ha recurrido al fatídico pelotón, ha hecho falta una segunda ráfaga de disparos en casi la mitad de los fusilamientos. Allá por 1879, el preso Wallace Wilkerson agonizó durante 15 minutos, 15, después de recibir 20 impactos de bala.

Pero la inyección letal causa aún más pavor en muchos presos, sobre todo después de la ejecución fallida de Romell Broom en Ohio, en septiembre del 2009. Dos horas estuvieron su verdugos intentando suministrarle la dosis, pero no atinaron con la vena.

El gobernador Ted Stickland se apiadó de él y le concedió una semana de vida extra. Sus abogados recurrieron alegando el "castigo cruel e inusual" al que fue sometido el reo, que aún espera su segunda cita con la muerte.

La campana de la apelación puede salvar en última instancia a Ronnie Lee Gardner, que lleva 25 años esperando el fatal desenlace y tiene ya la fecha de ejecución marcada en el calendario: 18 de junio. Su abogado, Andre Parnes, ha pedido esta misma semana al juez de distrito Robin Reese que aplace la ejecución. Pero el fiscal general adjunto de Utah, Tom Brunker, ha reiterado la voluntad del Estado de seguir adelante con el mortífero plan, pese a las críticas internacionales y la mala imagen.

El Estado le ha negado además a Gardner su penúltima voluntad: conocer los antecedentes de sus cinco verdugos. La petición, por lo inusual, pilló a las autoridades con la guardia baja. Gardner, que aún se debatía entre la inyección letal y el pelotón de fusilamiento, quería estar "bien informado" antes de tomar su última decisión, un privilegio que aún tienen todos los presos condenados a muerte en Utah antes del 2004.

El fiscal denegó la petición alegando "el estricto anonimato de los ejecutores".

Stephen Gehrke, portavoz del Departamento de Prisiones, nos pone al tanto de la truculenta logística del pelotón de fusilamiento: "Los ejecutores son preseleccionados entre agentes de la ley del Estado de Utah. Serán cinco y su identidad no será revelada. Cuando llegue el momento, estarán estacionados tras una pared de ladrillo en la cámara de la muerte, con portezuelas para poder apuntar. Estarán armados con rifles del calibre 30. Cuatro de ellos estarán cargados con munición real y uno con balas de fogueo".

Lo de las balas de fogueo es para lavar la mala conciencia de los ejecutores. Aún después de disparar, los cinco tendrán la duda de si la suya era la munición de pega. Siempre podrán dormir tranquilos por las noches, pensando que fueron los otros quienes mataron al reo indefenso, atado con correajes a una silla de tortura como las de la Santa Inquisición, soldada a una tarima de metal, fijada sobre un suelo de cemento y protegida con sacos terreros.

Habrá en total no más de 20 testigos, protegidos por un cristal antibalas. La nueva cámara de la muerte construida en 1998, en la prisión estatal de Draper, ha sido escenario hasta ahora de una sola ejecución.

Para acomodarse a los designios de Gardner, habrá que construir la pared desde la que dispararán los ejecutores, que compartirán con su víctima un espacio de apenas 56 metros cuadrados.

Tendrá derecho, eso sí, a una última cena, pero no podrá pedir bebidas alcohólicas. Taylor comió una pizza con champiñones y pimientos y bebió una Coca-Cola.

El último preso fusilado en Utah acometió su cita con la muerte con una tranquilidad aparente que poco a poco fue degenerando en tensión... A las 23:10 de la noche del 26 de enero de 1996 recibió en su celda de aislamiento al reverendo Reyes Rodríguez. Escuchó una cita bíblica y lloró. Se secó las lágrimas y estrechó las manos del cura. Le preguntaron si necesitaba sus gafas y si quería un crucifijo. Dijo que no. Aguardó inmóvil en su camastro y 10 minutos antes de la medianoche le condujeron al cadalso. Le ataron a la silla y le dieron dos minutos para expresar su última voluntad. Le pusieron un capuchón como los de Guantánamo y encajó la lluvia certera de disparos.

Un pasmoso silencio siguió a la detonación. El médico entró sigilosamente en la escena del crimen, le tomó el pulso al preso y certificó: "Ha muerto". Se acabó la función.

Hace 14 años, decenas de periodistas pudimos visitar el día anterior la cámara de la muerte como si fuera un auténtica atracción turística. En esta ocasión el acceso estará mucho más restringido para mitigar en lo posible el impacto.

Incluso en Texas, la tendencia es a la baja: hace 10 años se sentenciaba a 40 presos al año; en el 2009 hubo sólo nueve sentencias. Con los casos de inocentes enviados al corredor de la muerte, los jurados han empezado a ser más cautos y se inclinan mucho más fácilmente por la cadena perpetua.

El 65% de los norteamericanos apoya aún la pena capital y el presidente Obama no se mordió la lengua a la hora de defenderla durante la campaña electoral.Yo creo que en 15 años o así la pena de muerte pasará a la historia en Estados Unidos».

Otro famoso fusilamiento en Utah, el de Gary Gilmore en 1977, dió la vuelta al mundo.

"Let's do it!" (¡Hagámoslo!) fueron las palabras que espetó a sus verdugos. Condenado por dos asesinatos en cadena, Gilmore dio muestras de arrepentimiento en los minutos finales... "Dominus vobiscum" (el Señor esté contigo) le dijo en latín al capellán de la prisión. Donó sus dos córneas y vio cumplida su última voluntad: que sus cenizas fueran lanzadas desde una avioneta en un paraje en Utah conocido como Spanish Fork (el Tenedor Español).

Al cabo de 33 años desde el fusilamiento de Gilmore, la amenaza siniestra del pelotón sigue viva no sólo en Utah, también en el estado de Oklahoma, donde sigue siendo una "opción aceptable" (Idaho ha sido el último en descolgarse hace tan sólo unas semanas). La horca sigue también vigente en los estados de Washington y Delaware. Y la macabra silla eléctrica funciona en media docena de estados como Virgina, el último en achicharrar a un preso, Paul Powell, el pasado 18 de marzo.

Hasta la fecha, el preso ha preferido no revivir el episodio por el que le condenaron: el asesinato del abogado Michael Burdell, a punta de pistola y durante un intento frustrado de fuga. Burdell se había dejado precisamente la piel como abogado de oficio de los presos sin recursos en el corredor de la muerte. Un grupo de letrados y amigos está aprovechando la notoriedad del caso Gardner para recordar cuál habría sido la última voluntad de su víctima: "La pena capital no debe aplicarse en ningún caso".

Tellagorri
Documento publicado por el diario El Mundo.

26 comentarios:

  1. Escalofriante entrada la que nos traes hoy amigo Tellagorri. La pena de muerte es un absoluto horror, aunque hay que reconocer que màs de uno y de dos hemos pensado en ella ante crimenes como el de este senor asesino y violador de una nina, porquè no decirlo, ante ante actos terroristas en Espana u altronde los Pirineos y que nos han dejado con la piel de gallina. Obviamente y quienes se posicionan en contra alegan el hecho de que la justicia tiene la obligaciòn de la reinserciòn del preso en la sociedad, yo sinceramente no estoy de acuerdo con esta màxima, hay casos en los que clarìsimamente se puede reinsertar como son tràficos de armas, de droga, robos,...pero no ha personas que han matado, que han segado una vida; a personas que han violado (sea a ninos o adultos) y que por tanto, han destrozado para siempre una vida; para terroristas que han matdo a civiles inocentes...para ellos el castigo debe ser pagar con su propia vida la vida que han anulado o destrozado, y para ello, y no estando yo de acuerdo con la pena de muerte, ademàs por el mal psicològico que causa al verdugo y por crear el Estado nuevos asesinos (=verdugos), propongo la cadena perpetua sin concesiones, y en Espana tendrìamos para dar y tomar....algunos diràn que las càrceles estàm superpobladas, pero por eso, a los presos que se pueda por delitos menores reinsertar se deberà hacer, sino habrà que crear nuevas instalaciones, y no gastar el dinero en Venezuela, Cuba, y el eje de paìses amigos de Jose Luis I.

    Un saludo.

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  2. CAROLVS

    Completamente de acuerdo. La solución es CADENA PERPETUA de verdad, sin paliativos, para los asesinos terroristas y para los asesinos violadores.

    La reinserción es un cuento chino que se inventó un penalista italiano a finales del XIX y que ha resultado ser un fracaso total.

    Como bien dices, cabe reinsertar a un drogado, pero nunca a un fanatizado en algo y cuyo objetivo de eliminar vidas.

    Por otra parte, soy partidario de que a los políticos que hunden un país y se llevan su pasta sean pasados, exclusivamente a políticos, por la guillotina, tal y como preconiza el gran Charne.

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  3. La pena de muerte debe quedar reservada para crímenes especialmente crueles y siempre y cuando no haya duda alguna de que el reo es culpable sin ningún tipo de duda, por pequeña que sea.
    Hay individuos que deben ser apartados definitivamente de la sociedad por ser un serio peligro para la misma.
    Es muy triste decirlo, pero es así. Cualquier error en su custodia implica nuevas víctimas inocentes, algo inadmisible, por lo que hay que eliminarlos, eso sí, con todas las garantías de su culpabilidad. En caso de duda, cadena perpetua, pero de la de verdad.

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  4. ASPIRANTE

    La pena de muerte, como dices, debe de ser aplicada en casos muy restringidos, aunque personalmente no soy partidario de ella.

    Los ingleses sólo la aplican a quien asesina a un guardia de la porra (van sin armas).

    Los terroristas sí deben de ser quitados de la circulación y de por vida.

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  5. Estimado Javier:

    Un post de los que impactan, sin duda. Además, ignoraba que aún en Virginia y Delaware siguiera utilizándose la horca. Un horror.

    Personalmente estoy en contra de la pena de muerte, en todos los ámbitos y sin importar el crimen cometido. Al fin y al cabo supone arrebatar una vida, y no concibo que ningún ser humano, o las leyes q el ser humano ha redactado, tengan semejante poder para matar como una acción de mera justicia normalizada.

    Respecto a la reinserción o no, soy de tu opinión Javier. En determinados crímenes, asesinatos, atentados, violaciones y demás barbaries, y realizados con un patrón concreto y un perfil concreto del criminal, debería ser penado con la cadena perpetua, sin paliativos. Sin reinserciones. Sin cuentos.

    Y es que, si hablamos de justicia, uno siempre errará el tiro al no tener la misma perspectiva que otro. Pero sí veo justo que si un ser humano arrebata una vida, o la destruye, tenga que ser penado con la pérdida de su libertad total, esa que originalmente terminaba donde empezaba la del otro, y cuya línea moral ha violado. Aún así, incluso en el "gris" que supone la cadena perpetua, deben haber varias tonalidades de grises. Ni debería temblar el pulso a la hora de imponerla a determinado salvaje, ni deberían darse con una alegría desmesurada, llevando al más oscuro de los infiernos a gente que, en según que circunstancias, cometió un error descomunal en su vida. Cada caso debería ser examinado con una precisión quirúrgica. Y si entonces, es merecedor de la cadena perpetua, adelante, sin concesiones.

    Sería hora de que en España se hablara de ello seriamente, más aún teniendo el problema que aquí tenemos. Pero Europa siempre se ha caracterizado, además de otras cosas maravillosas, por ser un saco de complejos en cuanto a tocar ciertos temas. Y este, lamentablemente, no es una excepción.

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  6. Pues me vais a permitir discrepar YO SI ESTOY A FAVOR DE LA PENA DE MUERTE, y no sólo eso, en caso de duda entre un método u otro optaría siempre por el que más sufrimiento provocase en el ajusticiado.

    Asesinos a sangre fría y especialmente crueles no merecen ningún beneficio de una sociedad excesivamente mojigata y una ley excesivamente garantista (estar acojonado con la justicia por si te cargas a uno que va a matarte no es normal).

    Ni ley de la selva ni ley del más fuerte, justicia en su máxima expresión, la haces la pagas, aplicando algo tan sencillo como la reciprocidad.


    Ya saben donde dirigir sus criticas.

    Suyo afectisimo Israel Guzmán.

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  7. Peliagudo tema el que expone hoy en el post; pena de muerte, tema tan antiguo como la humanidad, pues aparte de lo civilizado, o salvaje que pueda parecer, quitarle la vida a otra persona.Yo creo que cuando el hombre, deja de comportarse como un ser humano, para convertirse en un lobo, depredador, es conveniente reaccionar; y ahi esta el dilema, que entraria dentro de lo moral, o metafisico, filosofico.Y la pena de muerte, puede ser un revulsivo, para algunos crimenes a secas que se cometen (terrorismo,ideologicos,violaciones,asesinatos en serie, etc) , saltandose todas las normas de respeto al ser humano; pero quien esta capacitado para matar a los criminales, acaso el estado, la familia de las victimas?, entrariamos en un ojo por ojo indiscriminado, que no tendria fin, por eso, aunque muchas veces, cuando escucho, o leo de algun crimen atroz, me pongo de muy mala leche, y creo que yo mismo seria capaz de apretar el boton que quitara de enmedio a estas bestias, aunque luego sé que me quedaria un poso de amargura, y es entonces cuando me doy cuenta de que no merece la pena, por eso, soy partidario de la cadena perpetua,sin revision, en celdas totalmente aisladas, para que el que la haga, tenga muuuuucho tiempo para recapacitar sobre sus actos. Y por ultimo, como decia Nelson Mandela : soy el dueño de mi vida, y el capitan de mi alma.
    Un saludo

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  8. Hola Tellagorri.
    Ante este impresionante post que deja la carne de gallina, mi opinión sigue siendo la misma: no a la pena de muerte.
    En ningún caso entiendo que un hombre tenga potestad para quitar la vida a otro. Sí estoy de acuerdo con la cadena perpetua y el cumplimiento íntegro de las penas.

    No sé vosotros, pero mi conciencia no me dejaría vivir sabiendo que alguien murió porque yo lo maté.

    Lo que es un cachondeo es lo que está pasando ahora, y sobre todo con los menores.
    Y se debe entender la cárcel como lo que es, un centro donde se cumplen las penas y no uno de reinserción.

    Besos.

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  9. ALASTAROTH

    Este es un país de hipócritas y cobardes que nunca asumirá, por medio de sus representantes políticos, la decisión de implantar la CADENA PERPETUA, por aquello de la REINSERCIÓN.

    Lo de la reinserción es tan falso como la idea de demócratas que tienen los sociatas y peneuveros.

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  10. ELVIS

    Respetable opinión, como cualquier otra. Lo que me llama la atención es que los complutenses seaís tan duros.

    Los gringos están a favor de la pena de muerte en un 65% y algo quiere decir.

    Aquí solemos pasar de quemar vivos a todos los que se mueven a dircursar que hay que dar OPCIONES a los criminales para reinsertar sus vidas.
    Cada día tengo mayor convicción, como dice Cartas Marruecas, de que SOMOS UN PAÍS DE MIERDAS, COBARDES, MALOLIENTES,y CUTRES-CURSIS.

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  11. DON MANUEL

    Estupendo comentario.
    Todo ronda en torno a la duda de si se ajusticia a un inocente y no hay vuelta atrás.

    Personalmente, creo que la cadena perpetua cuando es perpetua como en USA ( si allí le condenan a 50 años, no sale antes de pasar los 50 años vivo o muerto).

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  12. DOÑA ELENA

    Tenemos una sociedad harta de penitenciarias cachondeo, de ropones mierdillas, de injerencias políticas en lo punible, etc. que crea un ambiente mental de que los asesinos terroristas y violadores se rien de la sociedad. Y eso conlleva a desear la aplicación de las más duras penas. Incluída la de muerte.

    Estás absolutamente en la verdad cuando dices que las prisiones no insertan, sino que privan de la libertad a los condenados a ellas.

    Si se aplicaran las condenas impuestas, por ejemplo dos mil años a cada etarra, más o menos, la gente se sentiria satisfecha. Pero es que no cumplen ni 15 años.

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  13. Si yo fuese el gobierno optaría por lo más barato, ya que el que está condenado a muerte no me da ninguna penita, algo habrá hecho a sabiendas de que existía esa pena ¿no?, pues imaginaros lo que harían estos asesinos de no existir.
    Saludos

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  14. "¿Es que sus países no ajustician a los violadores y a los asesinos?"
    No, aquí les damos títulos universitarios y cuando se ha olvidado un poquito el crimen (por la opinión pública, que no por la familia) los ponemos en la calle.

    El ajusticiamiento, ocasional y muy poco frecuente, de inocentes por la pena de muerte es un lamentable accidente, como los de tráfico (eso si es una plaga de cadáveres, mutilados y vidas destrozadas) y nadie habla de prohibir los vehículos a motor.
    Con respecto al comentario de Don Manuel: POR SUPUESTO que se debería dar a las victimas la oportunidad, si así lo desean, de sentirse reparadas y aplicar ellas mismas la pena de muerte.

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  15. También yo estoy en contra de la pena de muerte, pero no negare que en algunas ocasiones me gustaría a más de uno... La cadena perpetua, la de verdad, tipo Charles Manson es para mi la mejor de solución, pero sin chorradas como las que se dan en nuestro país, ¡es que fulanito esta enfermo!, no amigo tu te mueres entre rejas, y solamente saldrás con los pies por delante. ¿Pelotón de fusilamiento? esa es la peor de las soluciones, cinco hombres que pudieran estar toda la vida con remordimientos de conciencia, preguntándose si el tendría el la bala de fogueo o no, y que no fallen como bien dices y tengan que disparar otra vez. ¡Coño! para eso que utilicen al verdugo, una buena hacha y...



    Tellagorri no se a los demás, desde el viernes llevo con problemas para comentarte, a veces puedo, después de varios intentos y otras veces no hay tu tía, me da error del sistema.

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  16. CABALLERO ZP

    Ya soís TRES los partidarios de la última pena.

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  17. DAMS

    Lo que dices es cierto y vergonzoso. A los terroristas en vez de ajusticiarlos se les dan títulos universitario falsos.

    El problema de esta pena capital en USA no radica en el método usado : fusilamiento, inyección, horca o silla eléctrica.

    La verdadera cuestión radica en lo siguiente : Por los sistamas judiciales yankees, en los que hay primero apelación al Tribunal de mayor rango que el sentenciador, y después derecho a apelación al Tribunal Supremo del Estado, y por último al Tribunal Supremo de Estados Unidos, y tras ese último fallo aún queda el derecho de perdón o indulto del Gobernador del Estado en que fue primeramente condenado.

    Los condenados a muerte pasan una media de 20 a 30 años en espera de ejecución.

    Eso produce que un sádico que ha violado y asesinado a tres niñas cuando tenía 25 años, para cuando se le lleva a la cámara de gas o de fusilamiento tiene muchas veces más de 60 años.

    La crueldad, para mí, radica ahí. Y lo contrario tampoco es posible en la legislación Usa porque tratan de conservar el máximo de garantías procesales en favor del ajusticiable.

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  18. JAVIER

    He observado que también a otros les sucede lo mismo : dificultad para dejar comentarios.

    Ignoro cual es la causa pero no me extrañaría que haya entrado en el Listín Rojo de alguien y me estén boicoteando desde Google.

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  19. Lamentablemente había escrito un comentario bastante grande, pero se me ha petado la página, una pena (y veo que no he sido el único hoy).

    Lo que venía a decir en él, es que si alguien me demostrara que al pasar de una política penitenciaria sin pena de muerte a una con pena de muerte se reduce de una manera considerable la criminalidad, podría, al menos considerarla como una solución (que no aceptarla de todas todas). Pero sabemos que no es así. Y lo sabemos, porque si no nos quedamos en el pensamiento básico (más crudo es el castigo-> menos asesinatos), entenderemos que un terrorista va a seguir matando por sus locos "ideales", un desalmado va a seguir abusando de niños, y van a seguir existiendo maridos que llegan a casa borrachos y pegan a la mujer, a veces yéndoseles un poco la mano y matándola. Sea la perdida de libertad el pago, o la muerte.

    Si algo se aprende en la economía, es que no siempre un incentivo positivo o negativo influye de manera directamente proporcional en el resultado. Y matar en vez de encerrar, no hace disminuir el crimen. Y, ya puestos, matar más dolorosamente (o sea, torturar hasta la muerte) no echa más atras a los criminales que un sistema te mate, pero rápidito y sin dolor.

    Podríamos perdernos en otro tipo de cuestiones morales, y siempre erraremos el tiro por ser diferentes las perspectivas, cosa por otra parte enriquecedora (sobre todo en un blog como este, del que me enorgullezco formar parte dada la cultura de muchos de sus participantes). Yo personalmente, no me gustaría vivir en una sociedad que institucionaliza el ojo por ojo. Por muy animales que parezcan, no se engañen, lamentablemente no lo son.

    También opino que no hay mayor tortura que te arrebaten la libertad de por vida, y con ella (si la cadena perpetua es dura y en condiciones) toda la esperanza posible de que algún día saldrás indultado. Y que esa tortura sea mayor que la física es una consecuencia de que seguimos siendo humanos. Dejemos pues a los animales que se maten entre ellos. Ponerse a su altura, significa perder todos.

    Por cierto que comparar un accidente de tráfico con ajusticiar en la silla eléctrica a un hombre inocente me parece, seré respetuoso, muy poco acertado. Una cosa es matarse en la carretera, y otra cosa muy distinta ser asesinado públicamente por estar en el sitio y el lugar equivocados, con el beneplácito de las instituciones que se supone que te amparan (y a las que pagas tus impuestos para ello).

    Por último, una pregunta a todos aquellos que defienden la pena de muerte en caso de terrorismo: ¿Habéis pensado en la de horda mártires por la causa que el propio estado crearía a partir de esos fanáticos ajusticiados? ¿De la creación de un mayor odio, que justificarían por cada muerte de un "heroe" de los suyos?

    Que sea una barbaridad, no significa que no sea posible...

    Un saludo

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  20. ALASTAROTH

    Buen discurso. Argumentado y con fundamento. Pero al respecto es muy dificil aunar opiniones porque el tema lleva décadas discutiéndose sin que nunca se haya llegado a conclusiones que determinen la bondad de usar o no la pena de muerte.

    En Europa se abolió no hace mucho en todos los Estados, salvo Gran Bretaña que la mantiene para los exclusivos casos de asesinato de un bobby.

    Sin embargo, los yankees están a favor de ella en un 65% de población.

    Otro tema parecido de debate, y con empate en partidarios, es el de la libertad de comprar y tener armas de fuego.

    Personalmente, muchísimas veces en mi vida he lamentado no disponer de un Colt-45, pero otras tantas y más me alegro de qu nadie tenga armas a disposición.

    Cuando yo hice las milicias universitarias y saliamos con rango de Alferez de complemento, teniamos el privilegio de adquirir un arma de fuego para uso privado y para los restos, sin necesidad de solicitarlo a las autoridades.

    Jamás quise usar ese privilegio. Una noche en que te tomas dos copas y le tienes ganas a un vecino, te puede arruinar la vida para siempre. Además de al vecino, aunque se llame Josu Ternera.

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  21. Sólo una razón me impide apoyar plenamente la pena de muerte: el error humano, el hecho de que prácticamente nunca tengamos el 100% de seguridad.

    Pero si tuviera el 100% de la seguridad, ¿que me iba a importar a mi si a un tipo que ha violado a mi hija o a un supongamos De Juana Chaos le tienen que meter una ráfaga extra?, me importaría 2 higas.

    Por desgracia, no existe la seguridad total y hay que elegir la opción menos mala, la pena perpetua. Eso sí, yo los tenía con trabajos forzados, porque, ¿saben vds el dineral que cuesta CADA preso?..es indecente.

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  22. Por alusiones contesto la pregunta de Alastaroth.

    En nuestro caso particular no tengo ninguna duda que sería algo disuasorio, y máxime teniendo en cuenta la facilidad con la que cantan (o hacerse sus necesidades encima) cuando son detenidos o interrogados esos hijos de puta.

    El día que colgasen al primer etarra se acababan las tonterías en Las Vasscongadas, similares valientes había en las Brigadas Rojas y la Baader-Meinhoff y no creo que saliesen muchos mártires cuando el estado actuó con la mínima contundencia exigible.

    Ya intentan hacer mártires con cerdos o cerdas que explotan manipulando bombas, pues al menos si lo hacen que sea con el gustazo de haberles dado matarile nosotros por basura.

    Pero claro, me temo que nunca pasaremos de la teoría en este debate, y menos aún cuando ZP ya se está untando de vaselina para volver a meterse en la cama con estos miserables.

    Y no nos olvidemos, no dejan de ser unos drogatas que no valen para otra cosa que delinquir con la excusa de la ideología, no les presupongo ningún acto heróico en defensa de sus compañeros caidos en combate (sic), son sólo eso, delincuentes a la altura de violadores o asesinos de niños.

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  23. Con respecto a un comentario que se refería al mio, seré también respetuoso (aunque en este caso no significa que la opinión contraria no lo es y yo "magnánimamente" le concedo el respeto. Sólo es ironía).
    Toda actividad humana conlleva sus errores y sus accidentes. Ocurre en el trafico, en la medicina, en la industria alimentaria y la restauración (intoxicaciones).... y todas cuestan vidas y hay que tratar de minimizarlo. ¿Porqué la justicia habría de ser diferente?.
    ¿El que los pederastas, violadores y asesinos salgan tras unos pocos años a la calle no causa mayor daño social que un lamentable error cada 20 o 30 años?.
    ¿Quién ha dicho que el objetivo sea sólo la disminución de la delincuencia?. El crimen ha de tener su castigo aunque ello no prevenga el delito. Con la misma argumentación podríamos poner a todos los delincuentes en la calle. Cosa que empieza a ocurrir.

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  24. Dams, has dado en el clavo, con la mierda de lo políticamente correcto ni remotamente se concibe la pena como castigo, sólo como una forma de socializar a alguien que pasa de socializarse y de la sociedad, por tanto lo único que se puede hacer para que deje de ser un problema es la pena de muerte.

    Castigo, que gran palabra, castigo proporcional al delito.

    Y si alguien no está seguro al 100% de lo que hizo de Juana o los asesinos de Miguel Angel Blanco, pues entonces apañaos vamos... tampoco hay seguridad 100% de lo que hicieron los asesinos de Sandra Palo, pues nada, entre otras cosas la policía científica al paro, los presos a la calle y nos ahorramos un dineral (y las futuras pensiones de las posibles víctimas)

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  25. Temía que esto ocurriera, y ocurrió. Leed mi primer comentario además del segundo donde entro un poquito al trapo para darle picante al blog. No me personifiqueis en la tendencia a lo políticamente correcto que impera. No estoy para nada de acuerdo con la política penitenciaria actual, la cual la considero laxa, favorable al salvaje y que perjudica a la víctima.

    De una cadena perpetua pura y dura, sin indulgencias, a una pena de muerte, no hay una diferencia abismal en cuanto al castigo (de hecho, sigo pensando que es peor la cadena perpetua). Pero sí la hay en cuanto a la concepción moral.

    Respecto a que considero peor la cadena perpetua, utilizaré un tipo de razonamiento a lo Charne:

    - ¿Sabes que han matao al de Juana ese por fusilamiento ayer?
    - El terrorista de ETA? ¡Que se joda!
    - ¿Cómo se va a joder, si lo han matado?

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  26. Pues que se joda su familia que tienen que vivir con ello toda la vida, del mismo modo que ellos brindan cuando asesinan y disfrutan pensando en el sufrimiento de sus familiares.

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