11 enero 2010

Long Chen, La ciudad Fantasma


No hay señales que indiquen el camino ni carteles de bienvenida. Los mapas han omitido la existencia de este rincón del mundo durante décadas y los que aciertan a situarlo en el remoto norte de Laos advierten que se trata de una "zona de acceso prohibido". Ni siquiera cuando se ha llegado -o se cree haberlo hecho-, puede uno estar seguro de haber dado con Long Chen, La Ciudad Fantasma.

Un soldado laosiano afeita a navaja a uno de sus oficiales mientras otros dos montan guardia en un aislado y polvoriento puesto militar, al final de un camino de arena y piedras que parte la jungla en dos.

-¿Cómo se llama este lugar? -pregunta el guía local.

-Long Chen -confirma el soldado-, pero ustedes no deberían estar aquí. Tienen que dar la vuelta.

Lo remoto de su localización y el empeño de americanos primero y laosianos ahora por mantener su existencia oculta han hecho que Long Chen sea conocido como El lugar más secreto del mundo.

Desde aquí, en la clandestinidad más absoluta, la CIA organizó el más intenso bombardeo de una población civil de la Historia. Fue durante la Guerra de Vietnam, en un intento de mantener la neutralidad de la vecina Laos y cerrar el paso a los comunistas.

Poco queda de la que llegó a ser la segunda mayor ciudad del país: apenas unas cuantas cabañas, algunos campesinos y la pista de aterrizaje. Pero algunos de los guerrilleros Hmong que una vez la ocuparon, luchando del lado de EEUU, siguen agazapados en las junglas de los alrededores.

Son los últimos de Vietnam: entrenados y armados por la CIA para luchar de su lado en Indochina, se resisten a dar por finalizada una guerra que para el resto del mundo terminó hace más de 30 años, en 1975, "viven de lo que les da la selva, duermen en los árboles y de vez en cuando nos atacan en emboscadas", explica Kham, uno de los soldados de protección impuestos por el Ejército de Laos para permitir al periodista adentrarse en un territorio con supuesta presencia rebelde.

"Hace poco se nos entregaron 30 de ellos, surgieron del bosque como fantasmas. Algunos habían nacido en la jungla y no habían visto la civilización".

La zona militar especial de Saisombun, donde se encuentra Long Chen, es una región montañosa de carreteras que mueren en ríos o acantilados, aldeas donde la mayoría de la población jamás ha visto un extranjero y bosques impenetrables. Agentes de los servicios de inteligencia estadounidenses recorrieron estos mismos caminos en 1963: buscaban el lugar idóneo para instalar una base militar desde la que dirigir las operaciones militares contra los comunistas laosianos.

Washington construyó su base secreta y una ciudad surgió a su alrededor: primero fueron unas pocas tiendas de provisiones, después barrios enteros y finalmente toda una urbe clandestina formada por 40.000 guerrilleros de la etnia Hmong y sus familias.

En su obsesión por mantener el lugar oculto, la CIA llegó a crear una réplica de la base original al otro lado de las montañas, mostrándosela a los congresistas americanos que venían de visita y manteniendo así la ficción que permitió a Nixon asegurar en 1969 que no había "fuerzas de combate americanas" en el país. En realidad, los americanos llevaban cinco años bombardeando Laos.



BOMBAS POR COMIDA


El pequeño país asiático se había convertido en el campo de entrenamiento de la primera guerra exclusivamente aérea de la Historia, la antesala de operaciones de conflictos futuros en Irak o Afganistán. Las ya de por sí permisibles reglas de combate aéreo impuestas en Vietnam -altura, selección de objetivos, respeto de templos religiosos, etc.- fueron ignoradas en lo que pilotos americanos admiten ahora eran misiones destinadas a "bombardear cualquier cosa que se moviera".

Poblaciones civiles fueron arrasadas en más de 584.000 misiones en las que se disparaba hasta a los perros callejeros. "Aniquilamos a toda una civilización. La borramos del mapa. Incineramos a todo un pueblo", dice Fred Branfman, el estadounidense que denunció por primera vez la Guerra Secreta cuando se encontró con miles de refugiados laosianos huyendo de los bombardeos en 1969.



La pista de aterrizaje desde donde se llevaron a cabo las operaciones fue filmada por primera vez meses atrás por el documentalista alemán Marc Ebele para la película El Lugar Más Secreto de la Tierra.

Muchas de las bombas que no explotaron entonces lo hacen ahora, provocando 300 víctimas civiles al año. Y hoy, al igual que entonces, la mayoría de los muertos son mujeres, campesinos o niños, empeñados en buscar el metal de las bombas para venderlo y poder comprarse material escolar, a veces un simple cuaderno y un lápiz, o comida.

"De los nueve niños que fueron a jugar aquel día, dos murieron en el acto y el resto han quedado mutilados. Yo perdí al mayor de mis hijos. Tenía 12 años", se lamenta Keolamon, una madre de la región de Sepone, al describir uno de los accidentes recientes documentados por el Programa de Desactivación de Explosivos de Laos (UXO Laos).

Desde lo alto, las imágenes de Google Earth muestran las dentelladas de los bombardeos. Campos llenos de cráteres que en la temporada de lluvia se convierten en lagos. Las montañas no han vuelto a ser las mismas: han perdido una media de siete metros de altura por el impacto de las bombas arrojadas por los B-52. Tampoco los campos: sembrados por más de 78 millones bombas de racimo, condenan a la población a la pobreza, impidiendo cosechar en las zonas más fértiles.

Laos, con la mitad de territorio que España, sin costa y atrapado geográficamente entre sus vecinos del sureste asiático, presenta todavía estadísticas de desarrollo de un país recién arrasado por la guerra: poco más de seis millones de habitantes, esperanza de vida de 56 años, apenas 90.000 líneas de teléfono y sólo un 20% de sus carreteras asfaltadas.

EEUU dejó como herencia media tonelada de explosivos por habitante, más de lo que los aliados lanzaron sobre ningún otro país durante la II Guerra Mundial y suficiente para convencer a Kham Inthavong de que debía hacer algo.

Kham era sólo un niño cuando Phonsavan fue bombardeado, pero recuerda con detalle que incluso los bebés dejaban de llorar cuando escuchaban el rugido del motor de un avión. La gente evitaba llevar ropa blanca porque podía identificarse desde el aire. Pasaban el día marchando de un escondite a otro. Se refugiaron en cuevas y EEUU ensayó nuevas bombas capaces de penetrar en ellas. Huyeron a los bosques y los aviones empezaron a regarlos con el agente naranja que eliminaba la vegetación y lo incineraba todo.



EL ENGAÑO


"Las bombas han sido mi vida", dice Kham, vestido con su uniforme de desactivador de los mismos explosivos que vio caer de niño. "Nunca entendí y todavía no entiendo por qué nos bombardearon de aquella manera si nosotros no estábamos en guerra y no les hicimos nada".

Es una de las muchas contradicciones de la Guerra Secreta: la mayoría de las víctimas no supieron nunca que aquellos aviones que arrojaban su carga sobre ellos despegaban desde su propio territorio, desde el otro lado de las montañas, desde una ciudad que supuestamente no existía.

Mientras los ataques americanos arrasaban regiones enteras desde el aire, los guerrilleros Hmong luchaban sobre el terreno enfrentándose cuerpo a cuerpo con las fuerzas comunistas. Los americanos no eligieron a los aliados al azar: conocidos por su valor y su resistencia, los Hmong habían vivido aislados del resto de la población de Laos y fueron fácilmente reclutados. El dinero ayudó a captar a muchos de ellos, pero otros vieron en Estados Unidos la oportunidad de vengar viejas afrentas con la mayoría lao y la posibilidad de crear una patria propia en Indochina.

Long Chen, El lugar más secreto del mundo, fue lo más cerca que estuvieron nunca de lograr su sueño. Lo más parecido a una capital Hmong. Pero EEUU perdió la guerra y abandonó el país.

Los comandantes Hmong de mayor rango, los que tenían contactos en Washington o suficiente dinero huyeron a EEUU tras la caída de Long Chen y todavía viven en el exilio, desde donde han tratado de mantener la lucha viva enviando dinero y armas e incluso organizando golpes de Estado fallidos.

Decenas de miles iniciaron una escapada en la que, sin el apoyo ya de los aviones americanos, fueron cazados como moscas en una de las masacres más desconocidas de la guerra en Indochina.

Los más afortunados alcanzaron la frontera con Tailandia, donde han vivido hasta el pasado mes de diciembre. De noche, y sin la presencia de las cámaras, los últimos 4.000 refugiados Hmong fueron expulsados entre protestas de la ONU, ONG y países occidentales que temen que sean castigados.

El Gobierno de Laos asegura que la "traición" de quienes se unieron a EEUU para luchar contra su país ha sido perdonada. "Esta gente no tiene nada que temer. Son laosianos y regresan a su casa", asegura Khenthong Nuanthasing, un portavoz del Gobierno comunista.



DESERTORES


Un tercer grupo lo formaban quienes en lugar de huir a EEUU o a Tailandia, se adentraron en la selva para salvar la vida o seguir la lucha. ¿Qué fue de ellos?

La primera prueba de que siguen ahí la obtuvieron dos periodistas extranjeros que se toparon con cientos de milicianos durante una expedición en 2003. Al verles, los Hmong se arrodillaron mientras lanzaban alaridos de felicidad, convencidos de que los reporteros eran enviados americanos que llegaban para anunciar el final de una guerra que en realidad había terminado décadas antes.

Nuevos grupos han surgido de la jungla en los dos últimos años, a veces para organizar emboscadas contra los soldados del ejército de Laos y en otras para abandonar una vida en la selva que les condena a condiciones míseras, huyendo siempre durante la noche para ocultarse durante el día.

En los últimos cinco años, casi un millar de guerrilleros y sus familias se han entregado al Gobierno, que trata de fomentar las deserciones ofreciendo comida, ropa y un lugar para vivir a quienes bajan de las montañas.

Nadie sabe cuántos Hmong quedan aún en la selva y es difícil decir quién pertenece a la guerrilla en unas montañas donde prácticamente todos los hombres van armados. "Muchos desearían una vida normal, pero sus mandos les obligan a seguir la lucha", asegura el capitán Song, al frente de un destacamento cercano a Long Chen.

"¿La Guerra de Vietnam?", se pregunta un joven Hmong, que monta guardia con un rifle en las obras de reparación de una de las intransitables carreteras de la región. "Yo no había nacido cuando aquello", dice oteando las junglas cercanas, donde los últimos Chao Fa continúan su guerra por sobrevivir.

Información del diario El Mundo.



Tellagorri

18 comentarios:

  1. Todo esto me viene a confirmar que los Aliados de la Segunda Guerra Mundial llegaron a ser tan crueles o más que los propios alemanes. Estadounidenses y Soviéticos, los segundos a la cabeza, deberían llevarse el dudoso mérito de ser las dos naciones más sanguinarias de la Historia.

    Un saludo.

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  2. PABLO

    Mi impresión, cuando uno se entera de estas cosas y otras, es que los gobiernos y servicios dependientes de los gobiernos yankees son absolutamente NAZIS en todas sus actuaciones.

    Ya desde que invadieron MEXICO y se apoderaron por la fuerza de California, Nuevo Mexico, Texas y Nevada.

    Probablemente, el ciudadano gringo jamás se entera de estas cosas, salvo a través de filtros que no dejan ver la realidad.

    El Congreso y el Senado USA son un modelo, pero tengo la sensación de que el 90% de senadores y congresisitas no tiene ni puta idea de lo que hacen sus EJECUTIVOS presidenciales.

    La CIA es un ente abosolutamente nazi, el FBI lo fue durante muchos años, y un conjunto de organismos que aparentan luchar contra el narcotráfico, como la DEA, son simples sucursales de las SS de Himler.

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  3. Joder Tella, todavía no salgo de mi asombro con la historia.

    Los aliados robaron bastantes patentes nazis (el ejército americano puede dar cuenta de ello) pero me parece que aprendieron más cosas.

    Pero hay un problema, mientras no nos toque de forma directa solemos no justificarlo pero sí ignorarlo porque al fin y al cabo hay cosas que sólo pueden hacerse al margen de la ley para que podamos vivir relativamente tranquilos.

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  4. Uffff..., últimamente nos traes unos temas verdaderamente terribles.
    Yo no conocía este lugar, tampoco sabía de las atrocidades que allí se cometieron.
    Sin duda, en todas las guerras, no hay bandos buenos y bandos malos, todos son capaces de los crímenes más aberrantes.

    De todas formas veo bien que nos traigas al blog estos temas injustamente olvidados y que merecen ser recordados, aunque sólo sea por mero derecho al pataleo, pues no creo haya justicia para ellos.

    Saludos.

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  5. Lo de Vietnam no interesa saber la verdad, y Vietnam engloba mucho más que la conocida guerra ya que arranca con los franceses en lo que antes era Indochina. Todos absolutamente todos cometieron auténticos genocidios, pero como siempre son en nombre de la LIBERTAD pues no pasa nada, que se jodan los negritos o los ojos rayados, que de esos hay un montón.

    No hace mucho se conoció que en la Gran Bretaña se cometían torturas a los prisioneros alemanes para sacarles información. En una guerra no hay seres humanos, solo enemigos a los que derrotar. Alguien algún día debería explicar en se diferenciaban Himmler y Edgar J. Hoover y eso por nombrar a dos muy conocidos por que si rebuscamos un poco mierda no sale, pero sangre y esqueletos cuantos se quieran. Triste miseria humana.

    Lo mejor es que ahora nos acusaran de comunistas o de la extrema izquierda por arremeter contra los estadounidenses.

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  6. !Joer, Tella!...Desconocia toda esta sórdida historia. No la de los gobiernos nazis de los USA. Un pais de contrastes increibles estos americanos. Tuvieron cosas extraordinarias como crear un constitución modélica, respetar los derechos de la ciudadanía y al mismo tiempo, masacrar a dos ciudades niponas, donde solo habian mujeres, ancianos y niños. Mi hija mayor vive allí, casada con un militar americano. Un pais duro, a pesar de todo.

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  7. ISRA
    Sí, los gringos aprendieron de los nazis muchas más cosas que las tecnologías avanzadas de sus científicos.

    Los SERVICIOS ESPECIALES de sus ejércitos vienen realizando bárbaridades que han superado en mucho a los Gulags rusos y campos de exterminio alemanes.

    América Central, ahorita mismo, es un lugar de permanentes asesinatos usando"empresas privadas militarizadas" que contrata el Ejército USA para exterminar a todo lo que huela a castrismo.

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  8. ELENA
    Me gusta desmitificar no sólo lo que es de "los malos" sino también las barbaridades ocultadas de los "buenos".

    Y en esto se diferencian poco los expertos de la KGB de los de CIA.

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  9. JAVIER POL

    En Vietnam hicieron de todo y se sabe muy poquito.

    Siempre he admirado y sigo admirando al pueblo norteamericano por su espiritu democrático y su defensa de las libertades.
    También siempre he admirado y sigo admirando su SISTEMA JUDICIAL en donde no caben chanchullos y componendas al estilo hispano.

    Pero tienen un Ejército, los gringos, con una serie de SEVICIOS ESPECIALES que ya le hubiera gustado tener a Adolf.

    Siguen siendo unos criminales natos los que hoy dirigen los ocultos y tenebrosos manejos de la política periférica a su territorio (Panamás, Mexico, Salvador, Nicaragua, Honduras, etc.)y en donde jamás ningún oficial militar norteamericano aparecerá porque usan compañías privadas contratadas para sus trabajos sucios de exterminación, y pago de costos a base de narcotráfico.

    El yankee medio y en general el 97% de la población no tiene ni puñetera idea de lo que en realidad hacen los presidentes americanos, y en donde el Pentágono y sus generalotes no se diferencian en nada de los Goering y restantes mariscales de Hitler o de Stalin.

    A pesar de ello, prefiero el sistema USA de funcionamiento, pero hay que dejar bien claro cómo son los que dirigen las LEGIONES DEL IMPERIO.

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  10. La crueldad no tiene bandos, ya la barbarie es capaz de anidar en cualquiera de los contendientes en una guerra;en los beatíficos aliados,en los malvados nazis, en los "marines" en Vietnam o los rusos que invadieron y masacraron Afganistán.
    Como decía Jack London en "El corazón de las tinieblas",Javier, "el horror habita en cada uno de nosotros".

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  11. Nunca dejas de sorprenderme con algunas cosas que nos cuentas, el post de hoy es de los que tengo que leérmelo dos veces para poder digerir tanta información.
    Un post curioso, interesante y ameno.
    Saludos

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  12. NATALIA

    Leer a CONRAD es lo único que puede explicar los horrores de los que son capaces los hombres.

    CABALLERO ZP

    Me alegro que te sorprendan algunos de mis post, porque significa que son novedosos ya qu tú eres el experto en sacar las ignominias más ocultas.

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  13. Yo no admiro en absoluto a EEUU. Las libertades que pregonan son falsas. Siempre ha habido mucha mierda y mucha sangre, tanto dentro como fuera.
    Los magnicidios han sido obra suya, desde el primero de la Historia al último.

    Tellagorri, pronto publicaré algo sobre su sistema judicial, algo actual, de ahora mismo, y verás como estás equivocado.
    En cuánto a considerar que el norteamericano medio no se entera de lo que hace su país, piensa que es igual a considerarles bobos ignorantes y si esto supone el 97% de la población... bueno, pues menos mal que no somos los más tontos...

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  14. Pues vaya..., interesantísima la entrada, "Tella"!!!.

    Leer todo ésto me produce angustia y tristeza y sin embargo me aferro a acabar de leer todo tú post.

    Han sido los americanos, después de muchos años, los que nos han vendido a través de sus peliculas, el lado del muro en el que siempre eran ellos los que dicen ser "buenos" en una guerra, el otro lado del muro siempre lo ocupaban los nazis, los alemanes, los que dicen ser los "malos" en una guerra.
    Siempre estuvimos a favor de los americanos.
    En mi opinión, en una guerra no hay bando bueno que valga, en una guerra solo hay malos y, a cada carnicero hay que darle lo suyo.



    Un abrazo.

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  15. LEONA

    Déjame que piense que el gringo de la calle vive ajeno a lo que los talibanes militarizados de sus gobiernos federales deciden.

    La mentalidad gringa de exigir, por encima de todo, la supremacía de los derechos INDIVIDUALES, ha sido y sigue siendo la base de su riqueza y bienestar material.

    Conozco un poco al gringo comerciante y creo que le importa poco lo que su Gobierno Federal hace o deja de hacer.

    Y cada yankee se enorgullece de su bandera y de su patria. Cuando les dicen, a uno de Utah, de Florida o de Mississippi que cojan sus cascos de combate y se vayan a Irán o a Somalia, lo hacen en nombre de su PAÍS, con sentido de comunidad.

    Nuestro sistema judicial, en teoria, debiera de ser mejor, pero NO LO ES. Está corrupto.
    El de ellos funciona en base a elección popular de fiscales y magistrados y eso podría llevar a tener majaderos simpáticos en esos puestos.
    Pero, en general, suelen ser jueces serios, respetados, ecuánimes, muy libres en sus resoluciones, y dificilmente sobornables por la política y el dinero.

    Les importa un bledo, a los jueces, que el denunciado por alcolismo al volante o cualquier otro delito, sea el dueño de un Holding de bancos. Lo enchiqueran exactamente igual que al mendigo de la esquina.

    Nosotros, en comparación y tradicionalmente, sabemos que a un Botín, a unos primos de gabardina o a un tiburón cántabro jamás lo meterán en una comisaría y mucho menos a en una prisión.

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  16. LOLA

    Sí, son igual de malos de la película que los rusos feos y malvados o los chinos cabrones. Pero la propaganda peliculera montada al respecto es casi tan buena como la que utilizan los no socialistas del Partido Socialista Obrero español.

    El gran problema de imperios de este tamaño, y ha solido suceder en todos, es que unos tiburones de escala mundial controlan a militares y miembros del Ejecutivo para que se monten guerras y seguir con los negocios.

    Julio Cesar se inventaba inexistentes ofensas de celtíberos y de galos para declararles la guerra y adquirir PODER en Roma.

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  17. Tremendo el post Tellagorri.

    Siempre he escuchado que el americano de a pie son todos unos tontos y que los alemanes de la época de Hitler hasta el final de la Segunda Guerra Mundial desconocían las barbaridades que éste había cometido en la Europa invadida.

    A mi casa vino un negro, negrísimo de Alabama, tan alto que no cabía por las puertas, militar profesional, hablaba perfectamente español, daba gusto oírlo lo bien que vivían en su País, se sentía orgulloso de ser norteamericano.

    Estas informaciones como la de la entrada posiblemente no lleguen a los hogares por los medios de comunicación, pero déjame que dude y mucho que a ellos les afecten en sus vidas, más que nada por el patriotismo, envidiable.

    Y nosotros los españoles desde hace siglos con la cruz a cuesta de ser los malos, malísimos. Cría fama y échate a dormir. Abrazos

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  18. PASION

    Lo mismo pienso yo de los ciudadanos norteamericanos de la calle : que no tienen ni idea de las barbaridades que el Ejército, la CIA y los generales de alto rango han hecho y hacen por el Mundo.

    Y que se sienten orgullosos de su país y de su bandera, cosa que no sucede en HISPANISTAN.

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