20 julio 2018
Pancho Villa y Emiliano Zapata
Desde hacía años, Villa vivía apartado de la vida pública junto a su familia en una hacienda de Canutillo, localidad perteneciente al estado de Durango. Desde allí partió a principios de julio rumbo a Hidalgo de Parral, ciudad ubicada en el sur de Chihuahua, donde pretendía reunirse con algunos camaradas.
A bordo de su mítico automóvil Dodge Brothers, atravesó Parral para dirigirse a Río Florido con la intención de bautizar al hijo de un amigo. Tras el punto ciego de la curva les aguardaba una nube de balas que destrozó los cristales del vehículo; 150 para ser exactos, de las cuales 13 atravesaron el cuerpo robusto de la revolución mexicana causando, al instante, su muerte.
El cadáver de Pancho Villa no encontró reposo en el cementerio de Parral, profanado por mercenarios a sueldo del rey de la prensa sensacionalista, William Randolph Hearst, en busca de su calavera.
En México todo sigue ahora como en tiempos de Villa y Zapata : corrupción a tope.Se sabe que los gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, entre otros, habían saqueado sus estados (en total, 8 gobernadores fueron detenidos y 2 están prófugos) y que al menos 11 dependencias del Gobierno federal habrían desviado fondos públicos por un valor de 170 millones de dólares a través de 186 empresas, la gran mayoría fantasmas, por medio de contratos irregulares.
ResponderEliminarLa verdad es que un país plagado de contrasentidos, no sé si formará parte de la herencia que dejamos o nos han mejorado.
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