28 julio 2018
Cocina navarra
Así son los navarros: precisos y duales. Saben que el Ebro desemboca en el Mediterráneo, pero no olvidan que viene de las montañas cántabras. La dualidad está en todos los aspectos de la sociedad (euskalduna y española, abertzale y tradicionalista, montañera y ribereña, animalista y taurina, beata y juerguista, estudiosa y cantarina), pero su cocina no es dual, sino plural.
A la carne y el pescado, incluida esa prodigiosa momia resucitada que es el bacalao (Vázquez Montalbán dixit) se suman las mejores verduras y hortalizas, muchas veces juntas en esa maravilla de la naturaleza que es la menestra, las setas, las cuidadas conservas, las aves que vuelan y los peces de río, empezando por la trucha con apellido más común, 'a la navarra'.
Si no sabes por dónde empezar, apunta: travesía de Espoz y Mina. Ahí puedes asomarte a la atmósfera tabernaria pamplonesa en un palmo de terreno, con tres nombres propios: Fitero, Guría y el Gaucho. Varias docenas de pinchos como la anguila con espuma de tomate, el huevo trufado con patatas paja o el esturión de Yesa.
A la vuelta de la esquina hay otra barra poderosa, la de Monasterio, y no lejos, un restaurante estupendo, La Cocina, de Alex Múgica, donde podrás confirmar que el pincho en Pamplona es alta cocina en miniatura.
Uno, que como Ud.bien sabe,ya tenemos una edad, recuerda el entrañable "Las Pocholas" de Pamplona...!!! Y con respecto al Zalacain, de Honda raigambre barojiana¿que decir? Ojala siga manteniendo esa cocina tradicional y exquisita vasco-navarra que le ha convertido en auténtico templo del buen comer, más allá de las famosas estrellas.Un recuerdo final para otro excelente templo en Madrid, de la buena masa vasco-navarra, tristemente desaparecido: Príncipe de Viana.
ResponderEliminarDON FRANCISCO JAVIER
EliminarSe ve que eres un exquisito y conoces los templos del buen comer.
Efectivamente en otros tiempos muchos peregrinabamos, bajo cualquier excusa, a Pamplona para comer en LAS POCHOLAS.
Zalacain y Principe de Viana son otros dos lugares que se deben de haber conocido antes de morirse uno.