12 junio 2016

Entre fábulas y realidades

Creo que muchas fantasías retrospectivas sobre el País Vasco buscan su justificación y hasta su supremacía en lo más remoto ya que no pueden encontrarlas en los datos históricos y científicos.
Menos todavía si se tiene un idioma que carece de literatura. Así, a mediados del siglo XVIII, un abate vasco francés, Diharce de Bidassouet, aseguró que el euskera era la lengua del Creador, y otro abate, Perocheguy, afirmó que es el idioma anterior a la Torre de Babel, mientras que el cura de Sare, Dominique Laherjuzan, dice que el vasco prueba la divinidad del Génesis.
No eran necesarias tantas fantasías. En la Península Ibérica, desde los tiempos más remotos, los pueblos primitivos anteriores a la invasión celta hablaban una lengua con una serie de dialectos que hoy en gran parte pueden ser traducidos a base del vascuence. Eran los iberos, llamados así porque habitaban en Iberia, cuyo nombre procedía del gran río Iber o Ebro.
Así aparece explicado con toda clase de detalles en las obras de los más importantes lingüistas y prehistoriadores.
Los pueblos que ocupaban las Provincias Vascongadas actuales no eran vascos sino celtíberos, los várdulos, del Bidasoa al Deva; los caristios, del Deva al Nervión, y los autrigones, del Nervión al Asón y hacia el sur alavés.
Fueron los romanos los que facilitaron la expansión vascona, desde el Pirineo occidental hacia toda la zona vascongada o vasconizada actual, agrupada entonces en el convento jurídico de Calagurris, o sea, Calahorra.

Lo que es totalmente falso es que existiera en España un Ducado de Vasconia independiente, lo que fue sólo un gobierno provincial del Imperio franco, con jurisdicción únicamente en Francia y dependiente de París. Es un invento de los nacionalistas sabinianos, como el fraile Bernardino de Estella. La verdad es que el ente histórico que hoy se llama Euzkadi, con zeta como lo escribía Sabino, o Euskal Herría, como los que quieren extender el pequeño imperio a Navarra y a Francia, nunca tuvo entidad política independiente, ni como nación ni como Estado.

El cambio de milenio, año 1000, eleva al trono de Navarra a Sancho Garcés III, el gran Sancho el Mayor, que convierte a su reino en el centro político y de poder de toda la España cristiana. Ocupa por conquista o por herencia todo el norte de la Península, rey de las Españas, le llaman los códices medievales, rey en León, en Castilla, en Aragón, en su Navarra, en las provincias vasconizadas, hasta Cataluña, que le rinde tributo. Él es el padre y el creador de los reyes y de los primeros grandes reinos, Castilla y Aragón, que distribuye a sus hijos.
Sancho el Mayor, Hispaniarum Rex, gran rey vascón, protagonista de la Historia de España.

Guipúzcoa -Lipuzcoa en los Códices- se incorpora voluntaria y definitivamente a Castilla el año 1200. Todos los reyes juraron los Fueros y juraron también no enajenar jamás dicha provincia, ni aún con la dispensa del Papa. El nombre de Álava, Araba en vascuence, es de origen árabe y ya en el siglo X figura como su señor el conde de Castilla, Fernán González, siendo gobernada la provincia por las Juntas de la Cofradía de Arriaga.
Vizcaya, Bizcaia, en el siglo IX era un conjunto de unidades tribales, pequeños señoríos, merindades, anteiglesias las Encartaciones. Al margen de leyendas, Arigorriagas, Aitores, Jaun Zuria..., las diversas zonas de Vizcaya se fueron incorporando al naciente condado de Castilla y de modo completo a la Corona en 1379. Bilbao fue fundada el año 1300 por Don Diego López de Haro, reinando Juan I. Desde aquellos tiempos, los vascos en general fueron conocidos en la historia como los "vizcaínos". Y los reyes, primero de Castilla y luego de la España unida por los Reyes Católicos, juraron los fueros bajo el roble de Guernica.

Saltando de siglo en siglo, llegamos al XVIII, en el que los vascos fueron honor de España en el comercio, la navegación y la cultura. No hubo ni una sola gota de antiespañolismo y demostraron su patriotismo nacional, no reñido con su gran amor a su tierra vasca. Recordemos a los Caballeritos de Azcoitia, a la Real Sociedad Guipuzcoana de Caracas, y la Vascongada de Amigos del País. Los vascos lucharon contra la Convención Francesa, como habían combatido al lado de Castilla en favor de Felipe V y más tarde con valor y lealtad a la Corona en la Guerra de la Independencia.

Todos sabemos que la mayor parte del País Vasco estuvo a favor de los carlistas. No contra España sino contra los gobiernos liberales con gotas masónicas de la época, no contra la unidad sino para "llevar al rey Don Carlos a la Corte de Madrid".
De la tergiversación política del carlismo nació el primer nacionalismo mal entendido, sectario, clericoide y excluyente. Y frente a opiniones equivocadas puede asegurarse que el carlismo fue siempre español como lo fueron los liberales vascos y más tarde, ya en el siglo XX, los socialistas.

En plena guerra de 1936 a 1939, el gobierno del Frente Popular de la II República dio al PNV, a cambio de unirse a su bando, un Estatuto, muy inferior en atribuciones al de la actual Constitución.

En aquella guerra, hace ya más de sesenta años, hubo vascos en los dos bandos. Baste recordar los Tercios de Begoña, de la Virgen Blanca, de San Ignacio... aparte de los famosos de Navarra.
Y a los gudaris, en el otro bando, los que fueron a conquistar Villarreal de Álava y a defender el cinturón de hierro de Bilbao.






9 comentarios:

  1. Ay la historia, que estragos sufre de manos de tanto cantamañanas. Tanta internet, tanta posibilidad, democracia,defensor del menor y ...¿para que?, para ver como trepanan las mentes mas jovenes de manos de una historia falsa, para conveniencia del señorito de turno.

    Es tremendo, y pavoroso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. SEÑOR OGRO.
      Es PAVOROSO. La formación académica que están ricibiendo los niños y jóvenes aquí y en Catalibania.
      Me decía en un foro un analfabeto adoctrinado que ¿de dónde saco yo la historia que repito (porque no la he inventado yo)? Y le dije que hasta en los CRONICONES MOROS está tal cual se cuenta en la Historia de España de los cristianos. Demasiada coincidencia, ¿no?

      Eliminar
  2. La desgracia es que todavía hay gente que confunde el carlismo como el nacionalismo, claro ayudados por esos payasos que se hacen llamar partido carlista que no son otra cosa mas que una marca más de los bildutarras. Gran artículo amigo Javier.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON JAVICHU.
      Muchas gracias. Precismanete, tal como dices, los carlistas eran los más españolistas de los partidos habidos, algo que detestan los nazios. Y los calistas son los que hicieron correr, desde Irún a Santoña (Cantabria) a los gudaris, campeones en marchar hacia atrás.

      Como creo que te gusta lo relacionado con el carlismo, te dejo un ENLACE para que entres en mi web de "Historia Vascos" en el tema del carlismo =http://vascon.galeon.com/carlis.html

      Un abrazo

      Eliminar
  3. Lo más cretino que se conoce es que los peneuveros hayan convertido en personajes HISTÓRICOS a los que figuran como pura ficción en las novelas románticas de NAVARRO VILLASLODA, como por ejemplo "Amaya o los vascos en el siglo VIII".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DOÑA SOFIA.
      Si, así es. Y lo mismo hicieron con las fantasias del vate-orate CHAHO el creador de la figura mítica de AITOR.

      Eliminar
  4. Las fundaciones, asociaciones, seminarios, academias y demás conglomerados que se dedican a reescribir, o emborronar, la historia son la punta de lanza de los señoritos del cortijo, a todas horas empeñados en revestir de hechos reales la fantasía del mito con el que pastorean a los siervos. La verdad poco importa, don Javier.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON HEREP.
      Sí, gran definición para estos miserables : LA VERDAD POCO IMPORTA.
      Pero lo triste es la de generaciones que están creando adoctrinadas en la FALSEDAD y que ya van a ser irreversibles. Pobres gentes catalanas y vascas.
      Y mientras los señoritos de los cortijos se han montado los mayores chanchullos económicos habidos en mil años.

      Eliminar
  5. Los nacionalistas han intercalado tanta fantasía con realidad, que a día de hoy la confusión es tan grande que es difícil distinguir alucinaciones nacionalistas de realidad histórica.

    ResponderEliminar