27 mayo 2016

Secta que suicidó a 918 personas

JIM  JONES
En un remoto lugar de la Guyana, en América del Sur, el pastor evangélico Jim Jones pronunció las últimas palabras que oyeron cientos de personas: "Acabemos con esto ya. Acabemos con esta agonía".
Ese 18 de noviembre de 1978 perdieron la vida 918 personas en un evento que los periódicos calificaron del mayor suicidio colectivo en la historia, y que protagonizó una secta con antigua sede en California.

Hoy, sigue abierto el misterio sobre el desenlace de una comunidad que había nacido como una utopía socialista y había degenerado en algo aterrador. En 1955, el pastor Jim Jones creó una secta denominada el Templo del Pueblo, cuya mayor parte de seguidores eran de raza negra.
De afiliación comunista, el reverendo Jones adquirió cierta notoriedad por su lucha contra el racismo y la defensa por los derechos de los homosexuales
En la remota Guyana fundó Jonestown (Pueblo Jones), una granja de 140 hectáreas que pretendía sobrevivir a la guerra nuclear y a los peligros de unos EE.UU., decía,  cada vez más desbocados y próximos a su final. Su cóctel doctrinal, que mezclaba pasajes de la Biblia, textos de Marx y el credo evangélico Pentecostal, atrajo a una comunidad de cerca de 1.000 personas a sudamérica.

Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, los miembros de la secta trabajaban sin descanso, niños incluidos, bajo temperatura cercanas a los 38 °C. Según los testimonios de ex integrantes de la secta, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, de inferior calidad a los alimentos que recibía Jones y su familia próxima.
En caso de desobedecer las órdenes, Jones encerraba a los indisciplinados en una caja de madera minúscula. Según los testimonios más crudos, las palizas eran frecuentes, así como el uso de un "hoyo de tortura" donde Jones tiraba a los niños desobedientes en mitad de la noche.
Asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo en el fondo del pozo y, en caso de que fueron ya mayores para creer en cuentos de miedo, los amarraba desnudos para electrocutarles los genitales.
CONGRESISTA RYAN
En 1978, el congresista del Estado de California, Leo Ryan, y una comitiva que incluía a varios periodistas, familiares de miembros de la secta y un desertor de la comunidad, visitaron Jonestown. Originalmente, el líder de la secta les acogió con cordialidad y preparó un recibimiento musical para sus huéspedes. Tras varios días de visita cada vez más tensa, donde el congresista sufrió un atentado con arma blanca, Ryan invitó a todo aquel que quisiera abandonar la comunidad a regresar con él en su avioneta.
Varios miembros del Templo del Pueblo aceptaron aparentemente la invitación y se reunieron con la comitiva del congresista. No obstante, durante la reunión los miembros de la secta sacaron armas de fuego y dispararon contra Ryan y los demás.

Tras el asesinato del congresista, Jones reunió a toda la comunidad y advirtió el final del sueño socialista: "Hemos obtenido todo lo que hemos querido de este mundo. Hemos tenido una buena vida y hemos sido amados".
A continuación, los hombres cercanos al líder repartieron frascos llenos de cianuro, mezclado con zumo de uva, a las más de 900 personas que formaban la comunidad. Mujeres, hombres y niños bebieron el cianuro potásico, cuyos efectos provocan una muerte especialmente dolorosa.
Pero Jones no.
El líder aguantó en pie hasta el final increpando a los miembros de su comunidad por morir "sin dignidad", puesto que pocos pudieron contener los gritos de dolor. Él, por si acaso, se quitó la vida con el disparo de una escopeta.

CADAVERES

8 comentarios:

  1. Durante buena parte de mi vida, tengo presente el como se vigilaba a las llamadas sectas peligrosas. Incluso regularmente salian noticias de gente que había sido digamos abducida por una de estas, salian casos, etc. Incluso se recalcaba la existencia de sectas peligrosas, y de como eran.

    Ahora tenemos el islam, que cumple yo creo, cada una de esas reglas, que hace no tanto, definian a una secta peligrosa. Pero claro, a ver quien le pone el cascabel, no al gato, sino a una hiena monstruosa. Y por si esa labor fuera ya poca, añadan la actual clase politica, subordinada a lo politicamente correcto, y una sociedad debil como la nuestra.

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    1. SEÑOR OGRO.
      Sí, hace 20 o 30 años se vigilaba a esas sectas peligrosas, especialmente las de USA en donce se produjeron episodios variados como los que se relatan en la entrada de hoy. Y ahora la más peligrosa y estúpida creencia es la de los seguidores del ISLAM. Estos han superado todas las barbaridades de origen religioso habidas en la Historia de Occidente.

      Y como detallas, los políticos se bajan los pantalones y no se atreven ni a insinuar su prohibición en Occidente. Como contraprestación la religión cristiana en sus variantes no es posible practicarla en los Emiratos Arabes y menos menos en los países islámicos de cualquier talibanismo acelerado.

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  2. El problema de estos comentarios es que no me puedes ver la cara que se me ha quedado después de leer la historia... no digo más... esto más que un pueblo parecía un campo de concentración. y el congresista.... ¿no se imaginó que algo de eso podría ocurrir? Y que al Opus le llamen secta...

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    1. DON JAVICHU.
      Como bien dices eso era una especie de CAMPO NAZI DE EXTERMINIO.
      Lo llamativo es que haya gentes que, por creencias religiosas, se dejen manipular hasta el punto de ser inducidos al suicidio.

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  3. Los fanáticos son siempre los más peligrosos, porque no les funcionan las neuronas. Ya sean políticos, religiosos o hinchas de fútbol.

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    1. DON CSC.
      Así son, sí, los fanáticos de lo que sea. Y en Cataluña y Vasconia tenemos la prueba de fanatismos irracionales que afectan hasta a personas que parecen racionales.

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    1. DOÑA MARIBELUCA.
      Hay exceso de "chinaos" y además fanatizados. Basta con oir hablar a dos o tres "catalibanes" estilo Colau para imaginar su entrada en una secta de piraos.

      Ten en cuenta que es pobre gente, todos los citados, que nunca han tomado un chocolate con churros.

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