12 mayo 2016

Los heroícos de GELVES

Los Gelves, es la isla más grande del Norte de África y un escenario clave en los choques entre Occidente y Oriente. Djerba o Las Gelves vio sucederse a normandos de Sicilia, aragoneses, españoles y otomanos enfrentados durante cuatro siglos por 514 km de terreno. A principios de la Edad Moderna, el Imperio Otomano ayudó a los corsarios berberiscos a establecer una base en la isla para lanzar desde allí sus ataques.
Sin embargo, España no estaba dispuesta a ceder una isla con tanto valor estratégico. Se convirtieron los Gelves en una especie de obsesión de los españoles desde que en 1510 se hiciera la primera expe­dición seria para dominar el territorio, la cual acabó desas­trosamente por morir de sed muchos soldados y el propio general don García de Toledo. Esto provocó un profundo dolor en la Corte y el poeta Garcilaso de la Vega compuso unos versos alusivos:
¡Oh patria lagrimosa, y como vuelves los ojos a los Xelves, suspirando!

En 1559, muerto ya Carlos V, el rey Felipe II quiso emu­lar en cierto modo la gesta de su padre, para conseguir un efecto propagandístico, al comienzo de su reinado, semejan­te al de 1535. Se designó capitán general de la empresa al duque de Me­dinaceli, virrey de Nápoles, don Juan de la Cerda; y se confió el mando de la armada del mar al príncipe Andrea Doria.
Llegó la expedición al norte de Africa a mediados de fe­brero de 1560, después de detenerse primero en Sicilia y lue­go en Malta. El 7 de marzo desembarcaron las tropas en los Gelves sin oposición alguna y, tras un par de escaramuzas con los moros de allí, el jeque de los isleños y el rey de Cai­rovan se reconocieron vasallos del soberano de las Españas.
Iniciaron los ejércitos obra de reconstrucción y defensa en el castillo, lo rodearon de un amplio foso y construyeron un fuerte. Pero el turco había sido ya avisado y se armaba en Cons­tantinopla para venir a dar batalla.
En medio del desorden y de la división de opiniones acerca de lo que debía hacerse, llegó la flota turca y empezó el comba­te. Muchas naves de la flota cristiana fueron apresadas y un buen número de ellas destruidas. Cundió el pánico.
Consi­guió escapar el duque de Medinaceli y prometió venir con refuerzos. Los que se quedaron para defender el castillo su­frieron todo tipo de penalidades; calor, sed, hambre, enfer­medades y deserciones. Finalmente resolvió Sande salir a la desesperada y fracasó, perdiendo el fuerte y cayendo lo que quedaba del ejército en poder de los turcos.

Algunos de aquellos cautivos fueron llevados a Constantinopla (entre ellos el propio don Álvaro de Sande, don Berenguer de Requesens y don Sancho de Leiva).

LA TORRE DE CALAVERAS DE GELVES
Los vencedores degollaron a la mayoría de los soldados nada más tomarse la fortaleza. Mandó Piali Bajá construir una TORRE con los cadáveres a modo de trofeo, recubierta de cal y tierra. Este macabro mo­numento estuvo en pie hasta finales del siglo XIX, siendo co­nocido como borj er-Russ, la "fortaleza de los Cráneos" o la "pirámide de los Cráneos".

Hablan de esto algunos viajeros que la vieron, describiéndola, y hasta se conservan grabados de la época que la representaban en las proximidades de la fortaleza. 


Después de más de tres siglos, en 1870, a instancias del cónsul de Inglaterra, el bey (gobernador) de Túnez ordenó que se demoliera la torre y los restos fueran sepultados. Des­pués de la ocupación francesa, se honró la memoria de aque­llos héroes y se levantó un obelisco con las fechas de la expe­dición y de la inhumación de los huesos.

En España, aquella campaña quedaría ya nombrada tris­temente como el "Desastre de los Gelves". Fue una impor­tante derrota de la armada de Felipe II que la "propaganda"oficial se encargó de disimular.
Trataron de buscarse respon­sabilidades y de hallar culpables de la desorganización y la derrota final. Prueba de ello son la Relación que don Alvaro de Sande dio a su Majestad de la jornada y las Anotaciones he­chas por el Duque de Medinaceli al relato de don Alvaro de Sande, dos amplios testimonios en los que ambos militares dan las explicaciones oportunas acerca de los hechos. 

Posiblemente, la causa de que este gran desastre quedase olvidado y apenas sea conocido, se encuentre en la gran vic­toria posterior de la armada en la batalla de LEPANTO, cuya importancia y renombre fue tan grande en adelante que "se­pultó" muchos de los fracasos anteriores contra el turco.


2 comentarios:

  1. Para mi un episodio desconocido, totalmente. Un peñasco en el que tantos españoles encontraron la muerte, rodeados ya no solo de moros, sino de lideres inutiles, incompetentes y validos.

    No se cuales serían los motivos reales del fracaso, pero me apostaria caña y pincho a que no faltarian culpas sobre alguno de los enterrados en ese pilon de cadáveres, y que mas de un valido se escaqueo usando puesto e influencia. A fin de cuentas, eran españoles, para lo bueno, y lo malo.

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    1. SEÑOR OGRO.
      Es una isla próxima a Túnez y cerca de Malta que marcaba una especie de frontera occidental contra los turcos. Y la causa del desastre debió de ser la que apuntas : los mandos era unos nobles inútiles puestos por Felipe II por precipitación y favoritismos. El jefe (Duque de Medinaceli) salió por pies para salvar el pellejo.

      Un precedente de los muchos que luego ha habido como lo de Annual e incluso lo de la pérdida de Cuba.

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