30 junio 2013

Carteladas habituales

CALLE NARRICA DE SAN SEBASTIÁN
Los carteles a favor del "reagrupamiento"de los presos de ETA imperan con toda libertad en las calles de donde gobiernan los bildutarras. Aparece también un mapa de "Euskal Herria" (territorio deseado que comprende Navarra y algunas zonas de Francia) pintado en negro, con varias flechas rojas partiendo del exterior blanco al interior negro.

El regreso de los "hijos pródigos" a la tierra vasca es una vieja aspiración de los abertzales y, en muchos casos, lo han conseguido por la tontez congénita de los que gobiernan en MadriZ.

Ahora un juez ordena retirar cuatro carteles a favor de los presos de las fachadas de cuatro Ayuntamientos de Guipúzcoa. Se trata de los municipios de Alegría, Astigarraga, Oyarzun y Urrechu, todos ellos dominados por Euskal Herria Bildu (literalmente, Reunir Euskal Herria).

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de San Sebastián considera que la colocación de pancartas "compromete la neutralidad política" y asevera que una entidad local no puede actuar "al servicio" de grupos de un determinado signo político o ideológico.

Pero da igual. En este país los bildutarras saben de sobra que "naide" cumple las leyes si no le da la gana de cumplirlas.


29 junio 2013

Guardias civiles como jefes de gudaris

Sin su tricornio y sus galas, en aquellos momentos decisivos previos al asalto franquista al Cinturón de Hierro que defendía Bilbao, pocos habrían dado en adivinar el pedigrí benemérito de aquel tipo duro y cuarentón que había comandado a los aguerridos gudaris del batallón Amaiur. Hace ahora 76 años,la rendición de la capital vizcaína a los ejércitos nacionales puso sobre el tapete de la guerra todos los rostros despiadados y paradójicos de la contienda fratricida.

De un lado de la línea de fuego, como jefe del Estado Mayor de la 2º División del Ejército de Euskadi, el comandante Germán Ollero, guardia civil, veterano africanista, inclinado sobre un plano de la capital vizcaína. Al otro lado del frente, sus dos hijos militares, alistados en el otro bando.

¿Un comandante de la Guardia Civil al frente de Amaiur? Podría ser un arriesgado argumento de política-ficción o la obra maestra del espionaje. Pero fue una realidad hace más de 70 años, durante la Guerra Civil, cuando el Amaiur, un batallón de gudaris, recibía órdenes de un mando de la Benemérita, Germán Ollero Morente, llegado de Madrid para reforzar la oficialidad de las fuerzas vascas. Y como Ollero, fueron muchos los mandos de la Guardia Civil que dirigieron en el campo de batalla a miles de gudaris contra el avance de las tropas franquistas.

Esta es la historia, hasta ahora nunca contada ni reconocida, de los guardias civiles que sirvieron en el Euzko Gudarostea, el ejército vasco, a las órdenes del lehendakari José Antonio Aguirre. Sí, la misma Guardia Civil a la que algunos en Euskadi consideran como la eterna enemiga de lo vasco tuvo al mando de sus oficiales a tres cuartas partes del ejército de los auténticos gudaris (los que combatieron contra Franco en las trincheras; no los asesinos del tiro en la nuca y el coche bomba).

Lo hicieron para cumplir su juramento de lealtad a España y al régimen constituido, la misma razón por la que la Benemérita ha sido durante casi medio siglo diana del terrorismo de ETA.  El mismísimo José Antonio Aguirre, primer lehendakari de la historia y máxima autoridad militar en el territorio vasco, firmó el 4 de febrero de 1937 la orden de ascenso de estos guardias civiles por su heroico comportamiento en el Ejército de Euzkadi (con "z", según la ortografía vasca de la época) en la lucha contra las fuerzas franquistas. También Aguirre terminó designando a un miembro de la Guardia Civil como jefe de la primera Policía autónoma vasca, la entonces llamada Ertzaña. Y puso a otro benemérito como jefe de la única unidad vasca de carros blindados de la historia.

Historias heroicas, la de todos estos hombres leales, y apenas reconocida más allá de sus propias familias.

El investigador José Luis Cervero habla de estos uniformados, como de muchos otros guardias civiles leales a la República, en su brillante ensayo "Los rojos de la Guardia Civil" (La Esfera de los Libros). Pero quedaba por descubrir el verdadero papel en los frentes de batalla del País Vasco de estos hombres nacidos en otros lugares de España y forjados en los valores de la Benemérita, dispuestos a verter hasta la última gota de su sangre por defender la tierra vasca. Nunca tuvieron un homenaje. Todo lo contrario. Quienes décadas después vestían sus mismos uniformes, y hacían gala de su mismo sentido del deber y de la lealtad, terminaron en el punto de mira de los gudaris terroristas.

Hasta 206 guardias civiles han sido asesinados por ETA desde 1968, año en que comenzó la macabra cuenta con la muerte del guardia José Pardines en Villabona (Guipúzcoa).

¿Memoria histórica? Septiembre de 1936. Primeros meses de la Guerra. Varios aviones republicanos despegan de Madrid rumbo norte. Antes de alcanzar su destino, inicialmente Santander, tendrán que sobrevolar la zona nacional. Son vuelos de alto riesgo. Irún y San Sebastián ya han sido tomadas por las tropas franquistas. Asturias, Santander y el País Vasco han quedado aislados del resto de la zona republicana. Los hombres, tipos recios, de benemérito uniforme y con grandes batallas a sus espaldas, emprenden sin saberlo un camino sin retorno. En tan singular puente aéreo embarcan el extremeño García Gunilla y el toledano Sánchez Montero con sus respectivos hijos, también guardias civiles;  José Bolaño, capitán, y Carlos Tenorio Cabanillas, teniente… Todos terminan en el País Vasco.

Ya el 1 de noviembre del primer otoño de la Guerra, cinco de los nueve sectores en que se divide la defensa del territorio vasco están bajo las órdenes de estos oficiales. Todos hombres de tricornio. A ellos se suma otro guardia civil que pronto se hará célebre como uno de los mejores jefes militares de la República: el capitán Juan Ibarrola Orueta, de 36 años, natural de Llodio (Álava), destinado en el cuartel bilbaíno de La Salve, que tuvo el mando del sector de Ochandiano, con 1.917 efectivos, con los que intervino en la ofensiva sobre Villarreal de diciembre de 1936.

Hombres decididos a cumplir su juramento de honor y lealtad, aunque ello pudiera acarrearles caer prisioneros de los franquistas y ser fusilados. Oficiales de la Guardia Civil que, bastón en mano, txapela calada sobre las cejas, cazadora de cuero, cinto con pistola cruzado al pecho, dirigieron con bravura en las escarpadas laderas de los montes vascos las acometidas de los batallones de gudaris, en el enésimo intento por recuperar un pedazo de la tierra tomada por las fuerzas franquistas. Hombres de la Benemérita que vieron desfilar a sus tropas bajo el ondear de la ikurriña y que compartieron las misas de campaña oficiadas por los capellanes de gudaris antes de la batalla. Incluso en algunos casos sus propios hijos, también guardias civiles, decidieron acompañarles y correr la misma suerte.

Doble honor, doble lealtad, doble mortal. Fueron los casos del capitán Eugenio García y su hijo, el cabo Víctor García Pipaón, y del teniente Matías Sánchez y su hijo, el número Jesús Sánchez Orquín. Eugenio García, natural de Zarza de Granadilla (Cáceres), y Matías Sánchez Montero, nacido en Tembleque (Toledo), pertenecían a la Comandancia de Madrid cuando estalló el conflicto. Ambos tenían 49 años y eran, respectivamente, los jefes de los destacamentos de la Guardia Civil en el Ministerio de Gobernación y en el Palacio de Comunicaciones.

Ni cuatro meses habían transcurrido de contienda cuando, el 1 de noviembre de 1936, cinco de los nueve sectores de la defensa del territorio vasco quedaban al mando de oficiales de la Guardia Civil: el capitán Eugenio García Gunilla dirige el sector de Lequeitio, con 1.262 hombres; el capitán José Bolaño López, el de Elorrio (4.031 efectivos); el teniente Matías Sánchez Montero, el de Éibar, (1.278); el teniente Carlos Tenorio Cabanillas, el de Marquina, (1.712); y el capitán Juan Ibarrola, el de Ochandiano (1.917).

En definitiva, las tropas de gudaris, milicianos y soldados regulares bajo dirección de estos antiguos guardias civiles sumaban tres cuartas partes de las fuerzas que el Ejército de Euzkadi mantenía entonces en primera línea. Alejados de sus familias, que han dejado atrás en Madrid, los mandos de la antigua Benemérita deberán enfrentarse a la guerra en un territorio aislado del resto de la España republicana. Su deber es defender la República y, a partir de octubre de 1936, cuando es aprobado el Estatuto de Autonomía vasco, defender también al Gobierno del lehendakari Aguirre, a pesar de que éste decide disolver el 16 de noviembre la Guardia Nacional Republicana en el País Vasco para formar el nuevo Cuerpo de Orden Público de Euzkadi.
BATALLON AMAIUR

El ejemplar comportamiento de los antiguos guardias no pasará desapercibido para Aguirre. El lehendakari firmará una orden el 4 de febrero de 1937 con el ascenso de 13 mandos de la disuelta Benemérita.  Del grupo de oficiales llegados de Madrid en septiembre son recompensados entre otros los capitanes Germán Ollero y Eugenio García, ascendidos a comandantes, así como los tenientes Matías Sánchez y Carlos Tenorio, promovidos a capitanes.

Después de un periodo de calma en los frentes vascos, el general Mola desencadena a finales de marzo de 1937 su ofensiva final para dominar todo el País Vasco. La superioridad aérea enemiga, junto a la descoordinación de las fuerzas republicanas, provocan las primeras derrotas del Ejército de Euzkadi frente a las fuerzas regulares, unidades italianas y tercios de requetés vascos y navarros del general Emilio Mola. El 26 de abril, el mismo día del bombardeo de Guernica por las aviaciones alemana e italiana, el lehendakari Aguirre decreta la organización definitiva de su Ejército con cuatro divisiones y 16 brigadas, consecuencia también de la militarización de las milicias y la llamada a filas de soldados de reemplazo. En el nuevo Euzko Gudarostea, Aguirre mantiene su confianza en los mandos de la antigua Guardia Civil que han dirigido hasta el momento a una buena parte de sus tropas.

Al ya comandante Juan Ibarrola le entrega el mando de la 3ª División Vasca, con 8.000 hombres. A su vez, el lehendakari concede la jefatura de las tres primeras brigadas del nuevo Ejército de Euzkadi, con 2.400 efectivos cada una, a sendos comandantes beneméritos. A Germán Ollero le nombra jefe de la 1ª Brigada Vasca, con los batallones Amaiur y Mungia, originarios del PNV, el Eusko Indarra, de Acción Nacionalista Vasca, y el Cultura y Deporte, de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). A Eugenio García Gunilla, Aguirre le concede la jefatura de la 2ª Brigada, con los batallones Otxandiano, del PNV, el Castilla de las JSU, el San Andrés del sindicato nacionalista ELA-STV, y el CNT 2. Finalmente, a Matías Sánchez Montero, ascendido a comandante, se le nombra jefe de la 3.ª Brigada, con los batallones Padura, del PNV, Isaac Puente, de la CNT.

A comienzos de junio de 1937, antes del asalto al Cinturón de Hierro que defendía Bilbao, Germán Ollero es nombrado jefe de Estado Mayor de la 2ª División del Ejército vasco. Lo que desconocía es que dos de sus hijos se encontraban alistados entre las fuerzas franquistas preparadas para asaltar el Cinturón. El drama de la Guerra Civil, una vez más, mostraba su rostro más descarnado. Los franquistas entraron en Bilbao el 19 de junio sin disparar un solo tiro tras negociar la rendición con los batallones nacionalistas que guarnecían la ciudad.

El comandante Ibarrola protagonizó con su división la última resistencia en tierras vascas, en Sodupe, que finalmente cae el 28 de junio ante las tropas navarras. El comandante Ollero salió hacia Francia se incorporó a la zona republicana por Cataluña.  Sometido a consejo de guerra, fue expulsado de la Guardia Civil y condenado a 30 años y un día de cárcel, pena que se le conmutó por seis años, si bien salió antes en libertad provisional. Los vencedores nunca le reconocieron el ascenso que le había concedido el lehendakari Aguirre. Ollero trabajó como gerente de una fábrica de aceites y murió en 1967. Ese mismo año nacía su nieto Carlos Baró Ollero, que en 2003, con 36 años, siendo comandante de Infantería, murió junto con otros seis compañeros del CNI en una emboscada en Irak.

El frente de Cantabria queda liquidado en agosto, después de la rendición de los batallones vascos a las fuerzas italianas. La caída de Santander añade más nombres a la cuenta de mandos beneméritos que pagan con su vida haber militado en la República. El capitán José Bolaño es hecho prisionero y fusilado. Este fue el costoso tributo que pagaron por defender el régimen republicano en el País Vasco. Un capítulo poco conocido de la historia de la Benemérita que se alza como una prueba más de la trayectoria de lealtad del Cuerpo.

Los gudaris de la Benemérita serán siempre personajes inexistentes por inaceptables para el discurso jeltzale (del PNV). Y mucho más para el abertzale, los batasunos hoy representados por Amaiur, el nombre del batallón del capitán Ollero, quien todo lo dio por ser fiel a la misión que había jurado: incluso luchar contra sus propios vástagos.  Ninguna calle, ningún monumento, recuerda a estos guardias civiles en el País Vasco, pese a la fiebre de la memoria histórica de los últimos años.

Fermín Saleta

Muchos años después, JUAN IBARROLA a la izquierda

28 junio 2013

Chicas más sexis de la tele

Como el suscribiente no mira ( no es lo mismo mirar que ver) las series televisivas, pues no tiene ni idea del tema, pero El Mundo ha seleccionado a las que han sido más votadas como actrices sexis de pelis de la Caja Plana. La verdad es que no debe de haber mucho en donde elegir.

AMANDA

BILLIE

COBY

ELISHA

ERIKA

JENNIFER

KATHERINE

OLIVIA

RACHEL

STANA

27 junio 2013

Submarinos que se van a pique en vez de programa científico

El escándalo ha sido tan grande que ha ocupado los titulares de la prensa mundial; sin embargo, muy pocas protestas han surgido en España. No ocurre todos los días que un arma militar, en este caso un submarino, se anuncia ante el mundo como una obra maestra de innovación científica, y después se va a pique.

¿España produciendo submarinos? Uno se pregunta ¿por qué? España es uno de los Estados menos bélicos del mundo: no tomó parte ni en la Primera ni en la Segunda Guerra Mundial, y no ha desempeñado ningún papel militar en ningún conflicto internacional en los últimos 80 años. Sin embargo, tiene una de los mayores presupuestos militares de Europa, como demuestran claramente las cifras oficiales. Es verdad que el ministro Morenés afirmó a principios de este mes: "Nosotros somos, con Luxemburgo, el país que menos gasta en Defensa en relación con su PIB". La realidad es distinta. Sólo otros cuatro países (entre ellos Alemania y el Reino Unido) gastan proporcionalmente más de sus ingresos en armamento.

Según algunas estimaciones, el presupuesto total de Defensa, incluyendo compras de armamento, partidas de investigación y subvenciones a la industria, asciende a 15.000 millones de euros. Los dos últimos Gobiernos, el socialista y el popular, han endeudado a España hasta el año 2025 con unos créditos destinados a los llamados programas especiales de armamento, cuyo coste final previsto será de unos 35.000 millones de euros.

Con este presupuesto se ha comprometido la compra (entre muchas otras armas) de 87 aviones Eurofighter (a 80 millones de euros cada uno), 239 carros de combate Leopard y 80 torpedos. Todos, si seguimos la explicación oficial, completamente necesarios para nuestra defensa.

¿Defensa?
¿Contra quién?
¿Por qué, cuando el país se encuentra al borde de la quiebra, se invierte dinero en material de guerra que nunca se va a usar y no contribuye en ningún aspecto esencial a la salud económica de España? ¿Por qué, cuando el país necesita más alfabetización y más tecnología, se tira el dinero en armas de guerra inútiles?

La intención parece ser simple: el propósito de este gasto es el de convertir a España en una potencia militar mundial. Sabemos que España es uno de los mayores proveedores de armas en el planeta. Tal vez por eso España esta construyendo submarinos, ¡con el fin venderlos a alguien! Pero, por supuesto, nadie va a comprar un submarino que no puede flotar correctamente.

El evento del submarino no sólo desató en internet una avalancha de comentarios satíricos sobre la experiencia tecnológica de España y el destino de sus fuerzas navales a través de la historia, sino que recuerda también la desafortunada historia de la persona cuyo nombre lleva, Isaac Peral.

Peral (1851-1895) es considerado a menudo como el "inventor del submarino", pero eso es un error. Tanto la teoría como la práctica de una nave submarina existían siglos antes de Peral. El diseño mejor documentado para un submarino precoz fue el de Leonardo da Vinci, pero la idea no se puso en práctica hasta mucho más tarde. El primer prototipo "submarino" fue diseñado por el holandés Cornelio Drebble en 1623, y probado en Londres. Hubo numerosos submarinos factibles que precedieron a Peral. Uno de ellos, de hecho el primero en atacar a un buque enemigo con éxito, fue el "submarino" inventado por el estadounidense Bushnell en 1776. En los años 1860, el alemán Wilhelm Bauer estaba desarrollando submarinos. Por último, en 1870, todo el mundo occidental sabía sobre submarinos gracias a la novela de Julio Verne, en la que al famoso barco del Capitán Nemo se le dio el nombre de Nautilus.

Fue una década memorable para las naves submarinas, con los inventos del americano de origen irlandés Holland y el sueco Nordenfeldt, y el Gobierno de Estados Unidos incluso ofreció dinero para cualquier persona que pudiera inventar un submarino militar que fuera operativo.

Peral (y su predecesor catalán Monturiol) no fueron pioneros, pero ocupan un lugar digno en la larga historia del desarrollo del submarino occidental. La mala suerte del submarino de Peral (1888), una invención honesta que podría haber tenido éxito si el inventor hubiese vivido más tiempo, fue que no atrajo ninguna inversión y pronto fue olvidado.

Habrá quien  afirme que España ha hecho una contribución brillante, y citarán como prueba el nombre de Severo Ochoa. Lo que no dicen es que Ochoa decidió convertirse en estadounidense, y que toda su investigación fue financiada por Estados Unidos, no por España. Nadie, de hecho, fue más crítico de la ciencia española que el propio Ochoa.

Unos cuantos años antes que Ochoa, Ortega sentenciaba: "En España no hay ciencia". ¿Es eso todavía cierto? A riesgo de exagerar, podemos decir que es probablemente cierto. El Gobierno está reduciendo la inversión en I+D, y está asesorando a los jóvenes expertos para ir a Alemania o Estados Unidos o a cualquier otro país que los acepte.

Mientras tanto, a través del Premio Príncipe de Asturias, el mismo Gobierno regala cientos de miles de euros a científicos y artistas extranjeros y deja a los investigadores españoles sin recursos.

¿Cómo acabará esta búsqueda desesperada por el reconocimiento internacional? La financiación de armas de guerra sigue devorando los recursos de los contribuyentes españoles.

KAMEN
(Henry Kamen es historiador británico y su último libro publicado se titula La Inquisición española.)


Los mexicas y Cortés

Muerto Moctezuma, los conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas intentaron huir de Tenochtitlán, con el oro a cuestas

La noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, los conquistadores españoles al mando de Hernán Cortés huyeron de la ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio azteca.
Muchos de ellos sólo lo intentaron, porque se quedaron encerrados en la isla-matadero o porque los guerreros indígenas alcanzaron a tiempo su sangre para ofrendarla a sus dioses. Bernal Díaz del Castillo, soldado presente en aquel episodio, calcula que fueron como 600 sus compañeros muertos. Aquella batalla ha pasado a la Historia como la Noche Triste, pero no fue triste sólo para los españoles, también lo fue para sus aliados tlaxcaltecas, que sufrieron miles de muertos.

Para los enemigos aztecas (o mexicas) tampoco fue una Noche Alegre, sino una Noche de Venganza, en la que ajustaron una larga lista de cuentas con los invasores. Se podría decir que se las devolvieron todas juntas: la entrada sin permiso, el secuestro de Moctezuma, las recientes matanzas, las afrentas a los dioses, el robo del oro… Etcétera.

Los españoles habían entrado en la capital del imperio el 8 de noviembre de 1519, es decir, que se disponían a pasar su primer verano en Tenochtitlán. Pero la situación se complicó. En ausencia de Hernán Cortés, que fue a combatir la expedición de su compatriota y sin embargo perseguidor Pánfilo de Narváez, el capitán Pedro de Alvarado quedó con mando en plaza en la capital azteca. Este Adelantado decidió lanzar un ataque preventivo a los ocupados para evitar sublevaciones. El ataque de Alvarado se conoce como la matanza del Templo Mayor.  Era una fiesta religiosa para los aztecas, para la que el propio Alvarado había concedido permiso. El templo congregaba a la flor y nata de la sociedad azteca: sacerdotes, capitanes, caciques, intérpretes de códices y jóvenes guerreros, que cantaban y bailaban en honor a sus dioses. Iban desarmados.

En un momento dado, Alvarado ordenó cerrar todas las salidas del patio sagrado, y la fiesta trocó en masacre. "Dieron un tajo al que estaba tañendo el tambor, le cortaron ambos brazos y luego lo decapitaron, lejos fue a caer su cabeza cercenada, otros comenzaron a matar con lanzas y espadas; corría la sangre como el agua cuando llueve, y todo el patio estaba sembrado de cabezas, brazos, tripas y cuerpos de hombres muertos", narra Fray Bernardino de Sahagún.

En el Templo Mayor padecieron y murieron entre trescientos y seiscientos hombres, mujeres y niños.  Esta brutal matanza rompió el statu quo y fue un antecedente de la Noche Triste. Hasta entonces, la colaboración de Moctezuma II, huey tlatoani (gran orador) de los nativos y prisionero de los españoles, había aplacado los ánimos de la población azteca. Pero la matanza del Templo Mayor desbordó el vaso de la paciencia de los mexicas, y una muchedumbre enfurecida cercó el palacio de Axayácatl, donde vivían Moctezuma y sus guardianes.

Así lo cuenta Bernal Díaz del Castillo: "Y desde que amaneció, vienen muchos más escuadrones de guerreros, y vienen muy de hecho y nos cercan por todas partes los aposentos, y si mucha piedra y flecha tiraban antes, muchas más espesas y con mayores alaridos y silbos vinieron este día". "Y viendo todo esto, acordó Cortés que el gran Montezuma les hablase desde una azotea y les dijese que cesasen las guerras, y que nos queríamos ir de su ciudad. Y cuando al gran Montezuma se lo fueron a decir de parte de Cortés, dicen que dijo con gran dolor: “¿Qué quiere ya de mí Malinche? Que yo no deseo vivir ni oírle, pues en tal estado por su causa mi ventura me ha traído”. Y no quiso venir, y aun dicen que dijo que ya no le quería ver ni oír a él ni a sus falsas palabras ni promesas y mentiras. Y fue el padre de la Merced y Cristóbal de Olí y le hablaron con mucho acato y palabras muy amorosas. Y dijo el Montezuma: “Yo tengo creído que no aprovecharé cosa ninguna para que cese la guerra, porque ya tienen alzado otro señor y se han propuesto no dejaros salir de aquí con vida, y, así, creo que todos vosotros habéis de morir”.

 El caso es que Moctezuma se asomó al balcón y pidió calma a los mexicas. Muchos principales y capitanes le obedecieron y ordenaron a sus subordinados que se callaran y que dejaran de tirar varas, piedras y flechas. Al mismo tiempo le informaban de que ya habían elegido a un pariente suyo, Cuitlahuac, por gobernante, y expresaban sus mejores deseos para el líder secuestrado y sus peores para los españoles. Sin embargo, la lluvia de varas y piedras no cesó, hasta el punto que tres pedradas alcanzaron a Moctezuma (una en la cabeza, otra en un brazo y otra en una pierna-, causándole heridas por las que murió tres días después.)

La muerte de Moctezuma dejó a los españoles en una situación insostenible, cercados por miles de guerreros mexicas sedientos de venganza, y sin apenas víveres en el palacio Axayácatl. Para mayor adversidad, los nativos habían desmontado los puentes de acceso a la isla.  La huida era improrrogable y la organizó Cortés. Éste ordenó cargar todo el oro que fuera posible, separando el quinto del Rey (una quinta parte del tesoro que debía entregarse a Carlos I de España y V de Alemania) y encomendó el transporte de esta parte a los oficiales del monarca Alonso de Ávila y Gonzalo Mejía.

Para lo restante del botín, que en total superaba los 700.000 pesos de oro, Cortés dispuso: "Los soldados que quisiesen sacar de ello, desde aquí se lo doy, como ha de quedar perdido entre estos perros". Muchos soldados se lastraron de oro hasta las cejas.

En total huyeron entre mil y dos mil españoles junto a 10.00 tlaxcaltecas La expedición se organizó del siguiente modo: a la vanguardia iban Gonzalo de Sandoval, Diego de Ordás, Francisco de Acevedo, Francisco de Lugo, Antonio de Quiñones y Andrés de Tapia, con cien soldados, mancebos sueltos, veinte jinetes y 400 tlaxcaltecas; en medio, con el tesoro, iban Cortés, Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid, junto con la artillería, Malintzin (la querida de Cortés)  y otras mujeres indígenas, los prisioneros mexicas y el grueso de las fuerzas españolas y aliadas; y en la retaguardia marchaban Pedro de Alvarado, Juan Velázquez de León, la caballería y la mayor parte de los soldados arrebatados a Pánfilo de Narváez. En total, entre mil y dos mil españoles junto a más de 10.000 tlaxcaltecas .

A la señal de Cortés los fugitivos partieron bajo la consigna de silencio, cuidando el relincho de los caballos. El plan era construir un puente con vigas del palacio de Axayácatl, salir de la isla y marchar hacia Tacuba, para luego reagruparse con sus aliados en Tlaxcala. No obstante los esfuerzos de sigilo, fueron detectados y en seguida el lago de Texcoco se atiborró de canoas cargadas de feroces guerreros, que acudían a la llamada de los tambores. Cortés y los hombres que alcanzaron la otra orilla, tuvieron que abrirse paso a cuchilladas y estocadas ante el gran número de enemigos que aguardaban al otro lado del puente, armados con largas lanzas.

La Noche Triste fue una noche de perros en la que llovía y la sangre se mezclaba con el agua, que a cada instante se tornaba más y más roja. En un momento dado, algunos capitanes sugirieron a Cortés, herido en una mano, retornar para amparar a los rezagados, y él contestó que los que habían salido era de milagro. No obstante, intentaron el regreso por la calzada, pero enseguida toparon con Pedro de Alvarado, herido, uno de los últimos en escapar del infierno azteca.
En la laguna quedaron sepultados cientos de españoles y txalcaltecas, junto con decenas de caballos y yeguas y el noventa por ciento del tesoro de Axayácatl.

Después de la Noche Triste los supervivientes emprendieron un largo e incómodo viaje hacia Tlaxcala, con el aliento de los envalentonados mexicas en la nuca. El 7 de julio de 1520 se produjo la decisiva batalla de Otumba, en la que decenas o incluso cientos de miles de combatientes mexicas y aliados asediaron ferozmente a los supervivientes españoles y tlaxcaltecas. La infantería española mantuvo una posición cerrada, protegiéndose con sus corazas, rodelas (escudos), picas y espadas de las durísimas embestidas aztecas. Gracias a los tlaxcaltecas supo Cortés que matar al cihuacóatl, el jefe de los ejércitos, y arrebatarle su estandarte real decidía batallas entre los amerindios, así que al grito de ¡¡Santiago y cierra España!! ordenó una carga de caballería para romper el cerco y lograr este objetivo.

El propio Cortés derribó a Matlatzincatzin y Salamanca lo mató con su lanza. Descabezado, el ejército enemigo se dispersó y ya no volvieron a perseguir a los españoles, que pudieron replegarse a Tlaxcala. Allí se reorganizaron y reforzaron para preparar el asalto definitivo a Tenochtitlán, que caería el 13 de agosto de 1521.

Delgado


26 junio 2013

Peperos colorados

Marx (Groucho) lo dijo a su manera: "Estos son mis principios, pero, si no le gustan, en el cajón tengo otros distintos".
Bertrand Russell, más sutil, también aportó su análisis filosófico del alma humana: "De hecho, nosotros tenemos dos tipos de moralidad, uno cuando predicamos y otro cuando practicamos".

Miras el panorama nacional y se ve que somos marxistas, russellianos, incluso manchegos. Ahí están los sindicatos. Cuando toca manifestación, sus líderes se encasquetan sus gorras rojas, y a la calle.

El rojo empezó siendo un color represor, el de la bandera que daba la orden para masacrar a los revolucionarios franceses por las tropas de Luis XVI, y ha acabado en la corbata de Botín y en el estandarte sindical. Rojos, no, colorados.

Según la juez Alaya, los sindicatos UGT y CCOO se han financiado durante años a través de los ERE patrocinados por la Junta de Andalucía. A más despedidos, más dinero. Esto sí es revolucionario. Alaya merece un monumento y que la saquen de procesión por Sevilla.

Llevaba meses pensando en a quién me recordaba esta mujer hierática y valiente. Leyendo caí: es clavada a la María Magdalena que sea pasea en la colorida Semana Santa de Campo de Criptana. La Magdalena lleva ungüento en la copa para los pies del Nazareno. Alaya, grilletes en el carrito para los sinvergüenzas.

También son marxistas y russellianos los del PP, aunque su color oficial sea el azul, no el rojo. Su divisa en los Gobiernos de Aznar y en la oposición a ZP era la honradez. Ahora se sabe que todos estos años dirigentes del PP cobraron dos sueldos públicos: como ministros o diputados, uno, y otro en gastos de representación del partido, cuyos ingresos, al 90%, se obtienen de subvenciones. Algo así como si mi compañía me pagara dos veces: una por ir a trabajar y otra por trabajar.

Los gastos de representación del PP no eran un modustirandi, sino un modusvivendi. Robandi en versión del tesorero Luis Bárcenas.

Mellado.



25 junio 2013

Crisis "espontánea"

Como dice un ciudadano anónimo, que firma "Mógica", "O sea que la crisis nació de forma espontánea. Tal y como lo plantea la Audiencia Provincial de Madrid da la impresión de que ello ha sido como consecuencia de que alguien pulsó la tecla equivocada y como consecuencia de este error se ha armado todo este desastre cuando todos esperábamos que recayera alguna responsabilidad sobre los banqueros que hayan podido tener algo que ver con la actual situación de crisis, resulta que la Sala 30 de la Audiencia Provincial de Madrid (APM) ha usurpado, en mi opinión, las funciones y atribuciones de los legisladores y ha dictado algo muy parecido a una Ley de Punto Final en la que viene a proclamar que nadie es culpable de la crisis que nos tiene a todos inmersos en una situación tan calamitosa como ruinosa".

Ahora bien la Audiencia de Madrid no ha dicho nada sobre aquellos a los que desde un principio se les ha imputado el nacimiento de esta crisis y que según los políticos son los ciudadanos que hemos gastado más de lo que teníamos.

Como es sabido la Sala 30 de la Audiencia ha anulado la causa contra Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, y ya en la calle, por considerar que el juez Elpidio José Silva, ha convertido las actuaciones que siguió en este caso en "causa general en busca de los responsables de la crisis económica general que atravesamos y su castigo".

Tal y como lo plantean esos ropones da la impresión de que ello ha sido como consecuencia de que alguien pulsó la tecla equivocada y como consecuencia de este error se ha armado todo este desastre.

Probablemente sería el chapucero del botones del banco o el peón de albañil que amasó cemento de más y para no tener que desecharlo lo empleó construyendo más y más viviendas.

BANQUEROS

23 junio 2013

Un café en Complutum

Debo explicar,  previo a las imágenes, que lo más destacado de este Cuasi-Congreso amable de internautas ha sido la presencia de la reina de los blogs : Doña MARIBELUCA, y de caballeros eburneos y elegantes . Sin excepciones. Y todos excelentes blogueros independientes que jamás se dejan llevar por "chuminadas" de fantasiosos amantes de lo estelar.
UN RINCÓN DEL LUGAR

CLAUSTRO-SALÓN DE LA REUNIÓN

DON BWANA, DOÑA MARIBEL y DON EUGENIO



BWANA, MARIBEL, ISRA y TELLAGORRI





20 junio 2013

Loreta, mujer brava

LORETA  MUJER y DISFRAZADA
Esta inmigrante cubana de Nueva Orleans fue una mujer adelantada a su tiempo que transgredió todas y cada una de las normas de su época. ¿Cómo? Cometiendo la osadía hacerse pasar por un hombre y alistarse como soldado del Ejército confederado para combatir junto a su marido en la Guerra Civil americana.

Aunque Loreta nació en La Habana en 1842, en el seno de una adinerada familia aristocrática, pronto emigró a Estados Unidos. Allí recibió una educación tradicional centrada en formarla como una mujer refinada que supiera coser y tocar el piano. Sin embargo, su fuerte carácter afloró y pronto se distanció del papel que le habían reservado.

Desobedeciendo a sus padres, Loreta se fugó y se casó con John Williams, un oficial de Texas con el que tuvo tres hijos y que fue el detonante de que esta rebelde llevara a cabo su mayor transgresión.  Poco después de morir sus tres hijos, su marido decidió alistarse en el Ejército confederado. Loreta, que tenía 19 años, intentó convencerle de que no lo hiciera y, en caso contrario, para que le dejara acompañarle. Pero William no aceptó ninguna de las dos cosas.

Loreta no estaba dispuesta a dejar marchar a su marido y quedarse sola en casa, soportando la idea de no volver a verlo jamás, así que se puso en acción: utilizando su riqueza, consiguió reclutar y equipar a un batallón de infantería de 236 soldados, en apenas cuatro días, e ir a Pensacola en busca de William creyendo que aquello agradaría a su marido y les daría la posibilidad de permanecer juntos durante la guerra.

Siendo mujer, sin embargo, aquello no era tan fácil. Se cortó el pelo, se compró un bigote y una perilla falsos, se mancho el rostro, el cuello y las manos para endurecer su aspecto, le encargó a un sastre un uniforme de oficial confederado y, finalmente, se cambió el nombre por el del teniente Henry T. Buford. En un tiempo record, Loreto pasó de ser una refinada ama de casa a un duro soldado.

Cuando Loreta llegó a Pensacola, en el estado de Florida, y presentó las tropas a su marido, el cabreo de éste fue monumental porque había desobedecido sus instrucciones. De cualquier forma, el disgusto no le duró mucho al bueno de William, porque falleció poco después a causa de un accidente con su arma de fuego durante un entrenamiento.

Loreta decidió no revelar su verdadera identidad y continuar luchando al frente de su regimiento como si ya nada tuviera que perder, en medio de una guerra en la que perdieron la vida más de 600.000 personas. Intervino en las batallas de Blackburn Ford, Bull Run, Ball’s Bluff, Fort Donelson y, por último, en Shiloh, donde resultó herida de gravedad.

Fue durante su cura cuando el médico descubrió que Henry T. Buford era en realidad una mujer llamada Alice William, nombre que solía utilizar Loreta Velázquez.

Después de aquello, Loreta se volvió a casar y sufrir la muerte de su segundo esposo, el capitán Thomas DeCaulp, lo que le hizo regresar al ejército para participar de manera más activa. Tal fue la intensidad con la que vivía que se vio preparada para asumir otro giro en su destino. En Richmond, Virginia, aceptó convertirse en espía de la Confederación, y lo hizo tan bien que fue trasladada a Washington, donde llegó a reunirse con Simon Cameron, secretario de la Guerra del presidente Abraham Lincoln.

En 1876 publicó su polémica autobiografía, considerada una farsa durante años Y antes de acabar la guerra, llegó a participar también en la organización de revueltas en Ohio para liberar a los prisioneros de guerra confederados. No había barreras para ella. La guerra por fin acabó y Loreto se dedicó a viajar por Europa, después vivió en Venezuela y finalmente regreso a Estados Unidos, en un periplo en el que le dio tiempo a casarse otras dos veces y tener un hijo.

Muchos historiadores han descubierto recientemente documentos en los Archivos de la Nación que demuestran que la historia de esta rebelde, cuya muerte se produjo alrededor de 1897, y cuya tumba aún no ha sido encontrada, es cierta… y ocurrió 150 años antes de que el Ejército de los Estados Unidos permitiera legalmente a las mujeres participar en los combates.



19 junio 2013

Y sigue el fraude peneuvero

ETARRA MUERTO
El periodista Val dice que "Debe resultar bastante duro acostarse un día creyendo que eres un valiente gudari y levantarse constatando que eres un bárbaro criminal, que se ha dedicado a asesinar hombres, mujeres y niños, o informando a otros para que cometieran la bestialidad".

Tiene que ser como el mono de la cocaina el pasar de héroe a villano y, sobre todo, observar cómo el árbol sacudido a base de pegar tiros en la nuca y pulsar botones para reventar a seres humanos o dejarlos mutilados, ya no tiene ninguna nuez en el suelo, porque se las han llevado los que les hicieron creer que serían gloriosos paladines de la independencia.

De ahí que los recogedores de nueces, los aprovechados del currículo criminal de los asesinos, no se atrevan a condenar lo que hicieron aquellos por dos razones: porque sería demasiado cinismo y porque, en el fondo, les tienen miedo debido a que se han quedado sin leyenda gloriosa, pero todavía tienen las pistolas.

Ahora que los Kurkullus o Korkorekas pretenden cicatrizar el ambiente vasco con falacias y crear un relato de la historia recientísima lleno de patrañas, a los que ya estábamos a punto de olvidar que ELLOS , los peneuveros, son los causantes de otra guerra carlista que han perdido, el cabreo nos pide combate, y deseo de que unos barbudos legionarios vuelvan a darles una somanta.

Lo que creíamos dormido nos llena de cólera, es decir, que ese intento de fraude sea tan insultante, equiparar a víctimas de pistoleros con los pistoleros muertos por la policia, y en lugar de cicatrizar los daños de 40 años reabre la herida de una sociedad harta de tanto cuentista sopla-vidrios que colgó un día la sotana para vivir mejor. Más a lo jeque moro. Al puro estilo peneuvista.


18 junio 2013

Tippi Degré

Según I. Munera, Tippi creció en compañía de un elefante, al que consideraba su hermano, y de un leopardo, que se convirtió muy pronto en su inseparable compañero de aventuras.



Durante 10 años, Tippi Degré vivió rodeada de animales salvajes en plena selva africana como Mowgli, el protagonista de "El libro de la selva", del escritor británico Rudyard Kipling.

Nació en Windhoek, la capital de Namibia, y no tardó en acostumbrarse a la vida en libertad en la selva africana. Disfrutaba corriendo entre las dunas del desierto, jugando con elefantes, leones, leopardos, serpientes, monos o avestruces y cazando con los bosquimanos sin más ropa que un diminuto taparrabos.













La vuelta a la civilización no fue nada fácil para Tippi, acostumbrada a la vida salvaje. Además, sus padres se separaron y el pequeño universo en el que se había sentido protegida se desvaneció.

"Cuando me fui a vivir a Francia, traté de hablar con los gorriones, los perros, las palomas, los gatos, las vacas y los caballos. Pero no pude. No sé por qué. Creo que es porque mi verdadero país es África, y no Francia."

Tippi Degré tiene en la actualidad 23 años y es conocida por ser la encargada de la supervisión de los tigres en Fort Boyard, frente a las costas de Francia.

17 junio 2013

Quema de Cátaros

La llamada herejía cátara que se desarrolló en la Francia meridional y alta Cataluña durante los siglos XII y XIII, se llamó también "albigense" por la ciudad de Albi, donde la secta tuvo su principal sede. En el "Midi" francés se les conocía como "albigenses", cuyo nombre se convirtió en sinónimo de hereje.

Rechazaban el bautismo por no reconocer santidad ni virtud alguna al agua bendita. Los templos, las imágenes, la cruz, también eran condenados por los cátaros, pues Dios, según ellos, no moría en los templos sino en el corazón de sus fieles devotos.

Los inquisidores llegaban en los furgones del ejército de ocupación, y rápidamente se dirigían a registrar el terreno, hasta el punto, que hacía de cada habitante un sospechoso en potencia y de la Iglesia de los Buenos Cristianos, una iglesia del desierto. El objetivo de sus investigaciones era muy simple: identificar todos los "perfectos" y las "perfectas" clandestinos ( los ministros y pastores o equivalente a curas de Roma) de la religión disidente, sacando conclusiones a partir de los testimonios y las declaraciones de los testigos. Cada "perfecto" o "perfecta" identificado y arrestado, era sistemáticamente entregado al brazo secular, es decir, condenado a la hoguera si rehusaba abjurar. Si abjuraba, incurría en penas menores: la condena a las cuatro paredes, la prisión, perpetua o no, estricta o no (la prisión estricta equivalía a una condena a muerte disimulada).

Sin ninguna duda la inmensa mayoría de perfectos no abjuraron, y fue de esta manera como la continuada represión selectiva, el terror generalizado y la delación erigida en sistema debido al miedo y la codicia, llevadas a cabo por la Inquisición desde 1234 a 1325, logró la total desaparición de la Iglesia cátara en Occitania.

Algunos de sus miembros se refugiaron en Lombardía y Cataluña ( ya he hablado en otro post de que los Agotes de Bozate en Baztán es muy probable que sean descendientes de aquellos huídos), y el resto, uno tras otro, fueron siendo eliminados por medio del fuego. De entre las muchas leyendas que han rodeado a los cátaros, está la de que escondían un tesoro en los bosques. Conociendo el desprecio que tenían por lo material, son muchos quienes suponen que tal tesoro tuviera un valor místico y espiritual.

El catarismo fue una filosofía que recogió los conceptos mas humanos del cristianismo, Los Perfectos y las Perfectas (que así eran denominados) y que enseñaban esta nueva doctrina, se consideraban herederos de los apóstoles de un Jesús espiritual, nunca material, tenían como libro máximo al "Evangelio de San Juan"

La doctrina que enseñaban era la visión dualista del universo. Con sus dos principios antagónicos: el bien y el mal, la luz y la tiniebla. Para ellos el mal poseía la misma fuerza real que el bien. Por lo que jamás debía ser ignorado y menospreciado. La creación del mundo la atribuían a un ángel malvado o Satán. Y esto suponía que todo lo material simbolizaba lo negativo y pecaminoso. Por lo que la única solución para el ser humano de salvarse, radicaba en seguir las enseñanzas de Jesucristo, quien mostrara al mundo el camino de la redención.

Los Cataros NO consideraban pecado lo que la Iglesia romana consideraba pecado. Para ellos estaban prohibidas las guerras y la muerte de los animales. Tampoco reconocían la autoridad de los Reyes, los Obispos y el Papa. Con sus actos lograron anular a los curas del Languedoc y por lo tanto se convirtieron en enemigos de la Iglesia Romana. El merito de los cataros se basaba esencialmente en que no mentían.

En contra de la herejía de los cátaros, se forma un gran ejército cruzado a orillas del río Roine, entre Lyón y Velence, si hacemos estricto caso de las cifras de sus componentes diremos que según Guillén de Tudela, la cruzada contra los cátaros, se componía de 20.000 caballeros bien armados, mas de 200.000 soldados entre villanos, campesinos, a parte de los burgueses y personajes eclesiásticos.

Toda esta máquinaria de cruzados anti cátaros, se pone en marcha el día de San Juan del año 1209, descendiendo por el Roine, hasta Montpelier, el 14 de julio del mismo año, forzándose conversaciones para la rendición de los cátaros, entre el legado papal Arnau Amalric y el vizconde Ramón Roger Trencavell, sin éxito.
CARCASONA
Otro ejército cruzado contra los cátaros, va penetrando por Carcí, ante Casseneuil, cerca de Agen, dirigido por el belicoso arzobispo de Burdeos. Las tropas cruzadas se detienen frente a la ciudad cátara de Beziers, el día 22 de julio de 1209, donde el obispo católico  Renaud de Montreyroux intenta parlamentar con Arnau Amalric, proponiéndole la entrega de 222 cátaros de la ciudad, pero los habitantes de ésta ciudad, se niegan en redondo.
Simón de Montfort asola todo el Languedoc , castillos cátaros como, Bram, Minerva, Termes, Cabaret, Lavaur, Puillorenç, Les Cassés, Montferrand, Motgey, incendia Altarriba, pasa a degüello a Pamis,  Foix en 1212, y conquistan a sangre y fuego Agen, Castelsarrasin, Moissac, Montalbán.

Todas estas victorias de los cruzados van seguidas de otras tantas hogueras, que son encendidas para quemar vivos a los cátaros y sus simpatizantes. Todos ellos mezclados con los Buenos Hombres fueron llevados a una gran hondonada rellenada de piedras y leña, a la que prendieron fuego y donde todos fueron consumidos por las llamas, convirtiéndose en humo, en el "Prado de los Quemados"

En el año 1244, cae el castillo cátaro de Montsègur ultimo reducto de los cátaros, y en 1255 el castillo de Queribús, terminando de esta manera la persecución de los cátaros por Cruzada, y la diáspora de los pocos que han podido salvarse de estas terribles persecuciones.

Como dijo Don Pío Baroja : "Sólo un fanatismo religioso puede ser tan violento"

Tellagorri


MONTSEGUR

16 junio 2013

Federalistas y fueristas

En "Míster Witt en el cantón", la novela histórica de Ramón J. Sender sobre la insurrección de Cartagena en 1873, hay un personaje, un maquinista naval, que se suma a la insurrección cantonalista porque, aunque ni sabe de qué va el federalismo, los alzados le prometen que con la Federal acabarán los Fueros.

El odio republicano al carlismo, durante el Sexenio Democrático, se fue decantando hacia un clamor contra los fueros vascongados, cuya abolición incluyeron en su programa los fusionistas de Sagasta desde comienzos de la Restauración. Pero fue el primer gobierno de Cánovas del Castillo, un admirador confeso del sistema foral, el que, presionado desde la oposición, decretó la extinción de los privilegios de las provincias exentas, el 21 de julio de 1876.

Sin embargo, Cánovas y sus seguidores vascos instalados en las diputaciones provinciales pactaron dos años después la recuperación subrepticia de los fueros en forma de Conciertos Económicos. De hecho, la abolición de 1876 fue el requisito previo para una modificación de los fueros vascongados similar a la que habían experimentado los fueros navarros en 1841. Que ambas modificaciones fueran efecto de sendas derrotas del carlismo no quita que sean en sí mismas un producto del liberalismo político.
(Nota del bloguero : Falso, porque fue como siempre una "rendición de Madrid" a los exaltados fueristas de entonces, exactamente igual que ahora con la derrota de Eta).

El federalismo, una ideología recurrente y estúpida que ha seducido en distintos períodos a la izquierda española desde mediados del siglo XIX, nunca ha tenido en cuenta el hecho de que los conciertos vascongados y el convenio navarro supusieron la concesión necesaria de la revolución liberal a la constitución histórica de la nación española. Porque el federalismo considera que la nación es como un mecano que puede montarse y desmontarse a capricho del nene.
Pla, al que no leen ni los nacionalistas catalanes ni los federalistas del PSC, vio con claridad que el fracaso de la primera revolución democrática española, la del Sexenio, no se debió tanto a los bakuninistas en acción que montaron los pollos de Cartagena o Alcoy, sino a los venerables santones federalistas que gobernaron (es un decir) la I República desde Madrid, gentes como Estanislao Figueras y Francisco Pi y Margall, procedentes de la Cataluña profunda, región sumida en un caos y una anarquía endémica.

Y de Cataluña, como si se tratara de una maldición bíblica, han seguido brotando los despropósitos federalistas tanto en el siglo pasado (con Bosch Gimpera, por ejemplo) como en el presente, con esa luminaria que responde al nombre de Pere Navarro.

Suprimir los conciertos económicos (y no todos) es lo que hizo Franco en un largo paréntesis dictatorial, pero lo compensó convirtiendo a las provincias castigadas (Vizcaya y Guipúzcoa) en el destino principal de la inversión del ahorro español, gracias a lo cual alcanzaron la renta per cápita más alta de España.
(Nota del bloguero : por la simple y básica razón de que la mano de obra vasca era industrializada y no así la de Castilla o Andalucia. Mejor dar dinero para fabricar tornos mecánicos a los torneros que a los pastores).

Ni siquiera Franco, un militar autoritario, ignoraba que el pacto tácito sobre el que se sustenta la nación española prescribe privilegiar a la región vasconavarra. Al menor conato de ponerlo en cuestión, los vascos y navarros de todos los colores políticos cierran filas.

Juaristi

NOTA DEL BLOG
El bloguero no está en absoluto de acuerdo en lo referente a lo foral con Juaristi respecto a que debe ""provilegiarse" a vascos y navarros, porque eso supone estar inmerso en el sistema legalista feudal y contraviene todo principio de toda Constitución basada en la igualdad de los ciudadanos de un Estado. Que se lo pregunte Juaristi a los vascos de la Gascuña (Aquitania francesa) : desde la Convención Revolucionaria jamás han osado hablar de sus "fueros" ni de sus "privilegios".
Lo que es un contrasentido total es que los impuestos que pagamos los navarros y vascos unicamente sean para uso de los gobernantes autonómicos de ambas regiones. Sin que el Estado perciba otra cosa que una limosna denominada "Cupo".