30 septiembre 2011

Neopeseta, ¿qué pasaría?

Qué placer cuando pagábamos las deudas con la máquina de imprimir billetes. Y, si nos metíamos en líos, siempre podíamos devaluar la moneda para hincharnos a exportar, a crecer, a crear empleo...

Tras cuatro años de recesión, la idea de recuperar la añorada rubia empieza a sonar tentadora. Esta semana, sin ir más lejos, saltó el rumor de que el gobierno griego prepara un referéndum para abandonar la eurozona. Sin embargo, ni un economista (al menos, de los sensatos) defiende este remedio mágico para los males españoles.

¿Tan catastrófico sería que nos saliéramos de la moneda única?

El banco suizo UBS acaba de hacer las cuentas de este escenario. Y sus conclusiones son pavorosas: las empresas quebrarían, la inflación se dispararía, los cajeros dejarían de funcionar, un millón de personas perderían su trabajo... El resultado sería un corralito a la española que, sólo en el primer año, nos costaría entre 9.500 y 11.500 euros por persona.

¿Qué pasaría si España se saliera de la moneda unica? Viajamos a ese escenario de pesadilla.

Lo ideal sería anunciarlo un viernes por la tarde, con los mercados ya cerrados y un fin de semana por delante para digerir el inesperado decretazo:

"Como consecuencia de la crisis económica, el reino de España ha decidido sustituir el euro por una nueva divisa con efecto inmediato. A partir de ahora, todos sus compromisos financieros (pensiones, deudas, sueldos de funcionarios...) se saldarán en la nueva moneda: la neopeseta. La medida también afectará al resto de intercambios financieros: hipotecas, acciones, préstamos, salarios del sector privado...".

Serían los mercados quienes marcasen su valor efectivo. La neopeseta se hundiría en cuanto comenzase a circular, igual que un neomarco alemán se dispararía. ¿Cuánto? Según los distintos estudios, entre el 25 y el 70%, con el 50% como cifra de consenso. En cuestión de días, España viviría una devaluación sin precedentes.

El primer desafío sería puramente logístico: cómo poner en circulación la nueva moneda. Habría que imprimir los billetes, acuñar las monedas, adaptar los cajeros, actualizar los sistemas informáticos... Una tarea que, en el caso del euro, requirió tres años de minucioso trabajo, pero que ahora tendríamos que completar en semanas o, mejor, en días. Cuanto más se dilatase esta fase, más crecería el riesgo de un colapso bancario, de tumultos callejeros... Por eso, la prioridad sería acuñar una tanda inicial de monedas y billetes que pusiera en marcha el sistema.

Si la llegada de la neopeseta se anuncia por anticipado, los ahorradores sacarían sus euros del banco antes de que se produjese el cambio de moneda. Y si la operación se hace por sorpresa, los inversores retirarían sus fondos para protegerse de posibles devaluaciones en el futuro.

Muchas sucursales no podrían soportar esta avalancha de peticiones. En la zona euro, el coeficiente de caja (el porcentaje del dinero de un banco que debe mantener en reservas líquidas) ronda el 2%. Es decir, no habría billetes para tantas retiradas de depósitos. Y, en cuanto los cajeros de un banco dejaran de funcionar por falta de fondos, el pánico estaría garantizado.

Para evitar una fuga de depósitos, habría que imponer límites a la retirada de efectivo de los bancos. Así, se establecería un máximo de neopesetas por persona y semana: lo imprescindible para la vida diaria. Además, se restringiría la salida de capitales a terceros países y, en casos extremos, se limitarían los viajes al extranjero. Es decir, una versión europea del corralito argentino . La contrapartida sería que nadie se atrevería a meter un euro en el país por miedo a que se quedara atrapado.

Un país tan entrampado con el exterior como España (debemos alrededor de 1,7 billones de euros) se toparía con un dilema inmediato. El Gobierno, las empresas y las familias seguirían teniendo sus créditos en euros, pero ingresarían todo su dinero en devaluadísimas neopesetas. Si la nueva moneda cayese un 50%, las deudas con el exterior se duplicarían en términos reales. A medio plazo, un impago resultaría inevitable.

La otra opción sería pesetizar las deudas al tipo de cambio oficial: es decir, un euro por cada rubia, quieran o no los acreedores. A partir de entonces, los préstamos se devolverían en la nueva moneda. En la práctica, este cambiazo supondría una quita equivalente a la devaluación de la neopeseta: el 50%.

Una cosa está clara: no devolver los préstamos está muy mal visto. El impago de la deuda sería un golpe letal a la credibilidad de un país en plena catarsis. De inmediato, nos quedaríamos aislados de los mercados internacionales de crédito.

Nadie querría prestar dinero a una nación que incumple sus promesas y que, además, bloquea la salida de capitales con un corralito bancario. En el mejor de los casos, los inversores exigirían unos intereses tan prohibitivos que no merecería la pena aceptar su dinero. Las actuales primas de riesgo nos parecerían una ganga.

En estas circunstancias, los bancos no tendrían dinero que prestar a los particulares. Se desencadenaría un tsunami de quiebras que ahogaría miles de empresas, bancos y cajas de ahorro. Así, el Gobierno se enfrentaría a un dilema poco envidiable: cómo rescatar a los bancos sin disparar el déficit público.

Nadie sabría cuánto vale su dinero, cuál será la inflación, cómo evolucionarán los tipos de interés... Y el dinero, miedoso él, se escondería a la espera de noticias.

El efecto directo sería una caída inmediata del consumo interno, del comercio con el exterior, de la inversión en nuevos negocios... De golpe, nos sumiríamos en la recesión más profunda que se recuerda. Según un estudio del banco ING, la caída del Producto Interior Bruto (PIB) alcanzaría el 13%.

Al cabo de unas semanas, el desplome se notaría en las colas del Inem. En un año, el desempleo superaría el 25%. Es decir, rozaríamos los seis millones de parados.

Si nuestra moneda se devaluara a la mitad, los precios de las importaciones se duplicarían de golpe. Un ejemplo: tendríamos que pagar el petróleo (1,5 millones de barriles al día) con la debilísima peseta, lo que dispararía el precio de la gasolina. No sería descartable, incluso, que tuviera que racionarse el consumo de combustible durante varias semanas.

La era del dinero barato se acabaría, con tipos de interés cercanos al 15%. Los inversores exigirían más rentabilidad para protegerse de posibles devaluaciones. Y eso sin contar con el repunte de la morosidad, que rebasaría el 10%, lo que causaría nuevas quiebras bancarias y nuevos rescates a cargo del contribuyente.
De un zarpazo, los sufridos ahorradores perderían el 50% de su botín. Con el cambio de moneda, sus rollizos euros se convertirían en escuálidas pesetas, sometidas al bamboleo de los mercados. Además, su dinero perdería valor mes a mes, por culpa de la inflación. En definitiva, la salida del euro dañaría más a las cigarras que a las hormigas.

En cuestión de meses, diríamos adiós a los Audis, los BMWs y los Mercedes. Nos olvidaríamos de la ropa de marca y los bolsos de lujo. Y ni siquiera nos plantearíamos ir de shopping a Londres, París o Nueva York. Todos los bienes de importación costarían el doble, por culpa de la devaluada neopeseta. De nuevo, volveríamos a quejarnos de lo carísimo que está todo en el extranjero.


Así, la única alternativa sería abandonar por completo la Unión Europea. Eso sí que está contemplado en el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que cede la iniciativa a todos los Estados miembros. Pero salir de la UE también supondría la renuncia al mercado único, la supresión de los acuerdos comerciales con otros países... Habría que renegociarlo todo de cero.

Al resto de países europeos les irritaría comerciar con un país con la moneda devaluada, que inundaría sus mercados de productos artificialmente baratos. No sería descartable que aprobaran tasas contra la nación traidora para compensar su pérdida de competitividad.

Sería el ambiente ideal para que un líder autoritario se hiciera con el control del Gobierno.

En este ambiente, podría aparecer un líder populista que defendiera las ventajas de abandonar el euro. Con la neopeseta, argumentaría, España recuperaría su independencia monetaria. Ya no tendríamos que obedecer las consignas de austeridad de Bruselas. Y, sobre todo, podríamos recuperar la competitividad perdida por la vía menos dolorosa: la devaluación.

A corto plazo, resulta difícil encontrar una sola persona que se beneficiara de la salida de España del euro. En la incertidumbre inicial, todos sufriríamos un batacazo. Si acaso, se alegrarían los traficantes de divisas extranjeras, que se forrarían mientras durase el corralito.

Sólo a medio plazo, un sector de la economía empezaría a disfrutar de los beneficios de la devaluada neopeseta. Así, las empresas exportadoras verían cómo aumentan los pedidos desde el extranjero. Mientras, los turistas llenarían nuestros hoteles, atraídos por los bajísimos precios de la neopeseta. Eso sí, nuestra competencia ya no sería Francia, sino Túnez, Croacia o, por supuesto, Grecia.

Tras años de pesadilla, quizá España volvería a crecer. Sin embargo, comenzaríamos la remontada desde un punto bajísimo. Tanto que sería casi imposible recuperar el terreno perdido en una generación.


Reportaje elaborado con el análisis de Álvaro Anchuelo (Universidad Rey Juan Carlos), Santiago Carbó (Universidad de Granada), Mark Cliffe (ING), Stephane Deo (UBS), José Carlos Díez (Intermoney), Paul Donovan (UBS), Juan Antonio Maroto (Universidad Complutense), Santiago Niño Becerra (Universidad Ramón Llull), Alfonso Novales (Universidad Complutense) y Rafael Pampillón (IE Business School).



COMENTARIO : Las actuales generaciones nacidas entre los años 1960 y 70 tendrían la oportunidad de saber cómo eran de verdad los falangistas como Girón de Velasco, los ministros de Comercio como Arburua, los gobernadores civiles provinciales, el estraperlo de harina y pan, el sabor del café hecho con achicoria y los autobuses propulsados con gasógeno.

29 septiembre 2011

Para qué necesitarán tanto teléfono

Las Cortes de Aragón sufragan 200 líneas de teléfono para los 67 diputados que ocupan sus escaños. El gasto incluye móviles, conexiones para ordenadores portátiles y líneas ADSL instaladas en domicilios particulares.

El contrato adjudicado por la Cámara autonómica para sus servicios de telefonía fija, móvil y datos (internet) supondrá, esta legislatura, un coste de 861.335 euros. Se ha adjudicado este verano y la licitación fue tramitada antes del fin de la legislatura pasada, siendo presidente de la Cámara el socialista Francisco Pina.

En el pliego de prescripciones técnicas figuraban, entre otras condiciones, que debían suministrarse 100 terminales "de gama alta" de telefonía móvil, y dar aparatos a estrenar cada dos años. También, duplicados de tarjeta de cada uno de esos móviles, para la conexión a internet del centenar de ordenadores portátiles al servicio de los grupos políticos.

Con otro proveedor se acaban de adquirir 95 nuevos portátiles, con un coste de 152.574 euros para esta nueva legislatura.

En suma, entre ordenadores portátiles y telefonía, las Cortes de Aragón gastarán un millón de euros durante los cuatro años de este mandato.

El contrato de telecomunicaciones incluye igualmente 95 líneas ADSL a instalar en domicilios particulares, para que los parlamentarios tengan conexión a internet en sus casas, además de la que disfrutan con su ordenador portátil y en la propia sede de las Cortes de Aragón.

En total, entre ADSL instaladas en domicilios particulares y teléfonos móviles, este Parlamento regional paga por 200 líneas de telefonía para 67 diputados. A tres por escaño. Y eso sin contar las 282 extensiones de telefonía fija que hay en la sede de las Cortes regionales, tanto para los grupos parlamentarios como para los servicios administrativos de la Cámara.

El hecho de que salgan tres líneas por diputado respondería a dos motivos. De una parte, porque cada uno disfruta de un número de teléfono móvil y otra línea de ADSL en su domicilio. Y, de otra, porque además de los parlamentarios, también disfrutarían de parte de esas líneas otras personas que no son diputados, como pueden ser asesores de grupos parlamentarios o ciertos cargos de plantilla de las Cortes.

Lo próximo que se les ocurrirá, porque todo les resulta sin consecuencias, contratar peruanas para el servicio doméstico de cada miembro de ese parlamentito, cuya utilidad para los aragoneses no se le ve por ninguna parte.

Tellagorri


28 septiembre 2011

Pelotazos del duque y otros

¿"De dónde saca pa tanto como destaca"?, se preguntaban muchos hispanos cuando el 10 de octubre de 2004 se publicó una noticia que trajo cola: "Urdangarín y la infanta se compran un palacete en Barcelona de 1.200 metros cuadrados y valorado en seis millones de euros".

El segundo domingo de octubre de 2004 se relató con todo lujo de detalles cómo el duque de Palma y su mujer, la infanta Cristina, se iban a mudar de su piso de 500.000 euros a un palacete de más de seis millones con frontón y todo. Apenas un año después, saltó la liebre.

El Govern balear decidió pagar 1,2 millones de euros al Instituto Nóos (propiedad de Urdangarín) por la celebración de un etéreo congreso para analizar la no menos etérea relación entre el turismo y el deporte. Las jornadas, que duraron 60 horas, salieron a 400.000 euros por día.

Doce meses después repitió la jugada en Mallorca a cambio de 1,1 millones de euros y de manera paralela trasladó la iniciativa a Valencia para analizar, de nuevo en forma de conferencias, el impacto económico de los grandes eventos. Esta vez, a cambio de 2,4 millones de euros públicos. En total, entre el Gobierno de Matas y el valenciano de Camps, casi 5 millones de euros en tres años, del 2004 al 2006.

Y ¿qué es el Instituto Nóos? Algo que se dedicaría a la puesta en marcha de "investigaciones de interés general". Por eso se fijó en los presidentes autonómicos como sus grandes clientes potenciales para desarrollar su nueva actividad profesional.

Ofrecía congresos exprés con los que auguraba que las regiones que los acogieran adquirirían una dimensión internacional sin parangón. Los políticos accedían a la oferta tentados por la proximidad a la Casa Real, que les reportaría su inversión y el escaparate mediático que llevaría aparejada la presencia del esposo de la infanta. Abordaban en las conversaciones la instauración de premios de prestigio vinculados al deporte, al estilo de los mismísimos Príncipes de Asturias, y se planeaban proyectos futuros aprovechando los contactos del exjugador de balonmano.

Seis años más tarde, Urdangarín se encuentra completamente alejado de aquella entidad que prometía convertir sus conferencias en iconos mundiales. Abandonó Nóos tras el escándalo suscitado al conocerse las cantidades que percibió. El Instituto cayó en desgracia. Uséase, lo calaron. Que aquello era el timo de la estampita.

Sin embargo, los pagos librados por Nóos con los fondos públicos que percibía adquieren ahora plena vigencia. Vertebran un voluminoso sumario judicial por malversación de caudales públicos que se cierne peligrosamente sobre la figura del yerno del rey y amenaza su futuro. Y es que las pesquisas judiciales acaban de deparar una última e inquietante sorpresa.

El Instituto Nóos, que se presentaba públicamente como una "asociación científica sin ánimo de lucro" con el objetivo de crear un lugar de encuentro y reflexión de personas destacadas del mundo de la empresa, la investigación y las administraciones públicas se destapa ahora en el sombrío Juzgado de Instrucción número 3 de Palma como un lucrativo negocio encabezado por el marido de la infanta Cristina y su entorno profesional y personal más cercano.

Ante la enjuta figura del que está considerado el juez más combativo de Baleares, que comenzó desbrozando el desfase presupuestario del velódromo Palma Arena construido por Matas y ha terminado por escudriñar cada gran proyecto de su mandato, se apila una montaña de pagos a sociedades tras las que ha sorprendido a los altos cargos de Nóos, con el yerno del rey al frente.

La operativa consistía en que el instituto cobraba el dinero público bajo el compromiso de que iba a emplearlo íntegramente en desarrollar el proyecto.

Acto seguido, los máximos responsables de la entidad empezaban a cobrar de ella adoptando la forma de proveedores de los servicios más dispares. O lo que es lo mismo, contratándose directamente a sí mismos.

La lista la lidera el propio Urdangarín, que cargó una "primera factura" por importe de 116.000 euros al instituto que él mismo dirigía a través de una promotora de su propiedad, Aizoon. El concepto, "la gestión de la logística" de dos días de conferencias durante el ejercicio de 2005.

La estela de Urdangarín la siguieron inmediatamente sus hombres de confianza en la dirección de Nóos. Montaron una sociedad limitada que bautizaron con un nombre casi calcado al del instituto, Nóos Consultoría Estratégica, y con ella se atribuyeron a las primeras de cambio la idea de las conferencias al precio de 145.000 euros públicos. Al mismo tiempo, eso sí, Nóos subcontrataba el "diseño" a una empresa especializada, por 34.000 euros.

En el amasijo de justificantes aparecen a continuación facturas presentadas por los asesores fiscales particulares del matrimonio Urdangarín, los miembros del bufete Medina Tejeiro, en cuyo despacho, situado en la barcelonesa calle Balmes, tiene radicada el duque de Palma su promotora Aizoon, que ha convertido en su brazo inversor. Estos profesionales, encabezados por el entonces secretario de Nóos, Miguel Tejeiro, se limitan por su parte a facturar por nuevos "servicios prestados" sin identificar que se elevan a 10.000 euros.

Así, al menos 400.000 euros públicos están ya acreditados que se repartieron Urdangarín y su círculo más próximo. Mientras, prosigue una búsqueda que impulsa la Fiscalía Anticorrupción. A la vista de estas pruebas acaba de solicitar los documentos de todos los ejercicios en los que Nóos pudo contratar con la Administración balear, para determinar el montante exacto que se llevó esta entidad.

Los socios del duque de Palma, algunos de los cuales conoció durante su paso por ESADE, como estudiante, se convencieron de que al tratarse de convenios no hacía falta presentar justificantes de los trabajos realizados. No en vano, la investigación se ha encontrado con que en el expediente administrativo no figura una sola factura.

Que tiraban y no precisamente con la pólvora del rey lo demuestra el hecho de que en el frenesí de gastos llegaran a realizar pagos que rondaron los 30.000 euros, encabezados por extravagantes conceptos tales como "comisiones futuras" o "comisiones en especie". O que se alquilara durante tres días un par de ordenadores Apple por un importe cercano a lo que cuesta adquirir uno en una tienda de informática. Pero es que el derroche, lejos de cesar en la primera edición de las jornadas, la de 2005, prosiguió el año siguiente.

Las facturas con truco se siguieron elaborando para justificar el enorme gasto realizado. Entre los nuevos beneficiarios figura un particular que percibió del Govern de Matas, Nóos mediante, 30.300 euros por el tan recurrente como normalmente revelador concepto de "asesoramiento", y que ha resultado ser ni más ni menos que el director de la tesis doctoral de uno de los mandamases del Instituto de Urdangarín en aquella época.

Nóos, que en los acuerdos firmados volvía a insistir por escrito en que no tenía ánimo de lucro, desvió a sus responsables 92.800 euros públicos más, de nuevo utilizando para ello la citada Nóos Consultoría Estratégica que crearon de forma paralela. En este caso, la entidad del duque de Palma abonó esta factura para poner en marcha un "observatorio permanente sobre turismo y deporte" del que nunca se supo.

El urdangariniano instituto endosó al Govern 200.000 pesetas por un vuelo ida y vuelta Barcelona-México. ¿Y qué tenía que ver un congreso celebrado en Mallorca en noviembre de 2006 con un viaje a México el abril anterior? Chi lo sa. El billete se sacó, como no podía ser de otra forma, no en turista sino en business club.

En la política española existe la costumbre de justificar pagos raros con la coartada de la elaboración de "estudios". Cajón de sastre que también se utilizó en este caso al adquirir con fondos públicos informes en internet. El Instituto Nóos se gastó 1.200 euros del Govern en comprar estudios sobre patrocinio deportivo en una web inglesa.

Y, para que nada ni nadie falte, en todo este entramado aparece como perceptor de cantidades sustanciales Nimbus. Al ciudadano en general no les dirá nada, pero al mallorquín en particular, mucho. Nimbus es la sociedad que, según la Fiscalía Anticorrupción, empleaba el PP para adjudicarle contratos inflados y así pagar con fondos públicos sus campañas electorales.

Esta compañía, cuyo presidente, Miguel Romero, fue detenido en agosto de 2009 por el caso Palma Arena, se llevó 19.500 euros del Govern por "echar una mano" al Instituto Nóos de Urdangarín en la edición 2006 del Congreso de Turismo y Deporte extendiendo todavía más la sombra de la sospecha.

Iñaki Urdangarín se mudó con toda la familia a Washington hace ya más de dos años, coincidiendo con el impulso de la investigación judicial del Palma Arena, en la que el juez Castro también sigue la pista de la presunta intervención del duque en la compra de algunos elementos del velódromo.

Pero también ha sido imputado el exdirector del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) Raimundo Alabern, que fue quien firmó los contratos con Nóos. Y, lo que resulta más preocupante para el marido de la infanta Cristina, su número dos en Nóos, que está defendiendo y cuadrando en solitario ante la Justicia las enrevesadas cuentas de aquellos años.

Urdangarín se comprometió a conseguir que una etapa del Tour de Francia pasara por Baleares. Como quiera que no se le podía pagar por esa gestión, apuntan que se le remuneró a través de las jornadas. El pelotón, sin embargo, nunca pasó por las Islas.

La gran pregunta ahora ya no es "¿de dónde saca pa tanto como destaca?", sino más bien una muy distinta: ¿le llamará el juez Castro a declarar bien por la fastuosa construcción del velódromo, bien por las cuentas del Illes Balears Forum, bien por las dos cosas? El tiempo lo dirá.


(Con información de El Mundo)

NOTA
Obsérvese que los métodos de este "peneuvero de origen" son idénticos a los de los cuatreros de la Junta de Andalucia. Y se hace llamar "Iñaki", diminutivo de Ignacio y que es el equivalente en castellano a "Don Ignacito".

Tellagorri


27 septiembre 2011

Negocio de patas de pollo

Mikel, en un viaje a Shanghai, descubrió la pasión de los chinos por un extraño manjar: las patas de pollo. A su vuelta montó un negocio que cada año crecía. Facturaba más de un millón de euros anual con esta casquería. Ahora, su proveedor gallego se ha quedado con todo

Mikel Obieta Echaburu caminaba por Shanghai con su hermana cuando vio los cucuruchos más raros del orbe. A primera vista le parecieron patatas fritas, unas bravas por el color de la salsa. Después se dio cuenta de que los consumidores escupían algo tras roer la capa exterior. No pudo resistirse a la tentación de acercarse y saber qué diantres comían. Para su estupor, descubrió que eran patitas de pollo, un producto que en España, cotidianamente, se desecha. O se da de alimento a perros. O se utiliza, muy poco, para piensos. O para nada, sólo basura.

Tardó un año en desarrollar un proyecto inédito en el país, donde anualmente se arrojaban a los contenedores de desperdicios más de mil millones de unidades de este manjar oriental. Como no podía aprovechar todo ello, decidió ir a la mayor granja de la Península: los gallegos de Coren, una multinacional que factura unos 500 millones de euros al año. Se documentó y supo que con este producto no sólo no ganaban dinero, sino que además tenían que pagar por esos residuos.

Les ofreció pagarles dinero por sus despojos. Aceptaron pronto, no parecía haber trampa. Mikel gestionó un préstamo de 250.000 euros para comprar la maquinaria que permitía limpiarles la primera capa de piel y las garras y los comenzó a comercializar en China a través de distintos intermediarios. Podía volverse millonario o arruinarse. O las dos cosas.

El primer año, 2006, facturó unos 400.000 euros. El siguiente, 700.000, así sucesivamente. No porque el volumen aumentase, sino porque el valor de las patitas crecía a un ritmo vertiginoso.

Su facturación crecía al 75% anual. En plena crisis económica, este producto pasó de costar 0,45 céntimos por kilo a duplicar su valor.

En la nueva vida de los chinos, con 875.000 millonarios y más de 50 millones de personas con salarios que alcanzan niveles europeos, los caprichos se pagan. El consumo de patas de pollo data de tiempos inmemoriales, sobre todo en la zona de Cantón, donde se consumen 400.000 toneladas al año, el 80% del total nacional.

Para los chinos es un snack, un aperitivo, que acompaña el consumo de bebidas espirituosas como el baijiu o el huangjiu, dos tipos de licor hechos en base a cereales fermentados. Las patitas de mayor tamaño se distribuyen en los mejores supermercados y a los restaurantes de lujo de las principales ciudades, envasados al vacío incluso. El resto va a la masa. Su mayor volumen de consumo es en la temporada estival.

Una de las recetas más suculentas son las garras doradas de fénix. Se prepara medio kilo de patas que se macera durante un día en una salsa semidulce (previamente hervida) de jengibre, anís y perejil. Se suelen servir raciones de tres extremidades.

Sabino Arana, padre del PNV, comía en 1895 chicharrón de patas de pollo (según la recreación hecha por Ferran Adrià en el libro recientemente publicado). Y hasta los 70 era normal su uso para preparar caldos. Con el boom económico su uso fue desapareciendo. Su condena fue la gripe aviar de 2004.

Sin embargo, a diferencia de China, aquí no le veían cualidades místicas. En Oriente, denominados fenghuang, muchos consideran que tiene propiedades afrodisíacas y que, incluso, ingerirlas permite bregar contra la arterioesclerosis. En lo que coinciden los nutricionistas asiáticos es en su alta concentración de calcio y en que ayuda a la circulación de la sangre.

En 2011, preveía ingresar dos millones de euros. Todo eso hasta que Coren le dijo basta.

El litigio, que trascendió esta semana, se encuentra en el juzgado número 4 de Orense, donde tienen su sede los proveedores de Mikel. Él les acusa de apropiarse de la idea, de su maquinaria y sus compradores.

Con la negativa de Coren a venderle las patas, su negocio habría llegado a su fin.

Información de MARTÍN MUCHA



26 septiembre 2011

Una historia de violencia

Año 1547. La España del emperador Carlos V tiene al mundo agarrado por las pelotas. Los príncipes protestantes se han puesto flamencos, y les caen encima, entre otros, los tercios de infantería española.

La cosa se dilucida en Mühlberg, con el río Elba entre los ejércitos del elector de Sajonia y el del emperador. Se acomete la gente, se retiran los luteranos, y en mitad del pifostio hay un momento delicado.

Huyendo ante el empuje de la vanguardia mandada por el duque de Alba, que siega como una guadaña, los alemanes –marcando el paso de la oca, o lo que marcaran entonces– pasan el río por un puente de barcas, lo recogen en la otra orilla, y para defender el único vado y cubrir su retirada acumulan allí enorme cantidad de artillería y arcabuceros. De manera que al llegar los españoles granizan balas sobre los arneses.

El de Alba, cabreadísimo, va de un lado a otro sin saber cómo hincarle el diente al asunto, pues los tudescos van a enrocarse tras las murallas de la plaza fuerte, y de allí no los sacarán ni con Tres en Uno. El emperador está a punto de llegar con el grueso del ejército, encontrando el paso bloqueado; y además, los enemigos empiezan a incendiar las barcas. Como para ingerir cianuro.

Entonces ocurre una de esas cosas que a veces nos pierden a los españoles y otras nos salvan. Algo muy nuestro. Muy de aquí.

Porque de pronto, en mitad del carajal, a un soldado del Tercio Viejo se le va la pinza y empieza a ciscarse en los alemanes y en todos sus muertos; y jurando en arameo se pone la espada entre los dientes, echa a nadar por el vado bajo una lluvia de arcabuzazos, llega a la orilla con dos cojones, arremete contra los alemanes echando espumarajos, y mata a cinco.

Tras él, por vergüenza torera y porque está feo dejarlo ir solo, se han echado al agua su capitán y nueve soldados, que salen chapoteando y gritando "España, cierra, cierra", como animales.

Imagínense el cuadro y las pintas de mis primos, aullando mojados de barro y con ojos de locos, de mucho matar, con sus barbas, espadas, escapularios y demás parafernalia. De ese modo los colegas llegan a tiempo de ayudar al que pelea a la desesperada, acuchillando a mansalva. Así, entre los diez, hacen un escabeche de toma pan y moja.

Y mientras los alemanes deciden que es momento de salir por pies a buscar unas cervezas, los españoles, chorreando agua y sangre ajena, apagan el incendio, reconstruyen el puente, y cuando llega el emperador, su ejército lo pasa tranquilamente, alcanza al enemigo, y al elector de Sajonia y a su puta madre les da las suyas y las de un bombero.

Después, Carlos V pregunta quién fue el majara que cruzó el río. Y le presentan a un oscuro soldado de padres vascos aunque nacido en Medina del Campo, llamado Cristóbal Mondragón.

Y allí mismo, sobre el campo de batalla, el emperador lo llama "el mejor soldado del mejor tercio de la infantería española" y lo nombra alférez. Al capitán que lo siguió lo asciende a maestre de campo, y a los nueve soldados les da tanto dinero que Lope de Vega, en su comedia El valiente Céspedes, dirá más tarde que los ha cubierto de oro.

¿Colorín colorado? Casi. Y no como habría debido ser. Con el tiempo, Mondragón se convirtió en uno de los más destacados militares españoles en las guerras de Flandes. Amado por sus hombres, eso le granjeó –no podía ser de otra manera–, odios y envidias en España.

Y Felipe II, al que sirvió con tanta devoción y valor como al padre, se portó con él como un miserable. Cuando ya veterano volvió a su patria y solicitó expediente de nobleza, los jueces se las arreglaron para inventarle antepasados judíos. Humillado, lleno de amargura y vergüenza, Mondragón regresó a Flandes, de donde no había de volver nunca.

Acabó con noventa años, digno hasta el fin, ordenando que lo pusieran en la ventana para que sus soldados, que lo adoraban, lo viesen morir. En su testamento pedía, en pago a sus servicios, la castellanía de Amberes para su hijo y una capitanía de lanzas para su nieto.
El rey, naturalmente, no concedió ni la una ni la otra.

ARTURO PEREZ REVERTE



25 septiembre 2011

Modos distintivos de jiliprogres



Cuando a uno no le gustan las armas:
Si es demócrata y tolerante, no las compra.
Si es de izquierdas o pijiprogre, quiere prohibirlas.

Cuando a uno no le gustan los toros:
Si es demoócrata y tolerante, no asiste a la plaza.
Si es de izquierdas y pijiprogre, intenta prohibirlos.

Cuando a uno no le gusta el tabaco:
Si es demócrata y tolerante, no fuma.
Si es de izquierdas y pijiprogre, no descansa hasta vetarlo.

Cuando uno es vegetariano:
Si es demócrata y tolerante, simplemente no come carne.
Si es de izquierdas y pijiprogre, hace campaña contra los productos cárnicos.

Cuando uno es homosexual:
Si es democrata y tolerante, vive tranquilamente su vida como tal.
Si es de izquierdas y pijiprogre, hace escándalo para que todos lo respeten.

Cuando uno es perjudicado en el trabajo:
Si es demócrata y tolerante, reflexiona sobre cómo salir de dicha situación y actúa.
Si es de izquierdas y pijiprogre, formula una queja y hace huelga contra la discriminación de que fue objeto.

Cuando a uno no le agrada un programa de televisión:
Si es demócrata y tolerante, cambia de canal o la apaga.
Si es de izquierdas y pijiprogre, demanda judicialmente a la cadena que lo emite.

Cuando uno es ateo:
Si es demócrata y tolerante, no va a la iglesia, ni a la sinagoga, ni a la mezquita y convive pacíficamente con los creyentes.
Si es de izquierdas y pijiprogre, no quiere ver ni oír alusión alguna a Dios en ninguna parte pública y protesta contra las religiones (salvo contra el Islam).

Cuando uno tiene problemas económicos:
Si es demócrata y tolerante, trabaja más, ahorra e intenta pagar lo antes posible sus deudas.
Si es de izquierdas y pijiprogre, le echa la culpa a los empresarios, al capitalismo, a la burguesía, a la globalización, al gobierno (salvo que sea socialista), a su padre, a su raza, al gato y al bombero.


(Cortesía de la bloguera Elena de Córdoba.)



24 septiembre 2011

De fontanero a carroñero

Ángel de Cabo, hijo de emigrantes a Suiza, se ha quedado con la Nueva Rumasa de Ruiz-Mateos. Antes lo hizo con Marsans. Alérgico a los periodistas, su lema es: "La crisis es una bendición, trae progresos"

Los enemigos de Ángel de Cabo, alias El Fontanero, suelen tacharle de burdo e iletrado.
Mientras sus rivales quiebran, él no para de expandir su bisnes. Se ha convertido en el líder de un sector en auge: comprar empresas que nadie quiere y exprimirlas hasta el final. Para unos, De Cabo es un audaz reciclador de proyectos fracasados; para otros, un buitre que se nutre de la desgracia ajena.

Primero, compró constructoras en quiebra como Teconsa. Luego, se hizo con los Viajes Marsans del malhadado Gerardo Díaz Ferrán. Y estos días, a sus 44 años, está inmerso en su mayor desafío: el asalto a Nueva Rumasa, el grupo de los Ruiz-Mateos.

Pese a esta hiperactividad, De Cabo ha sabido mantenerse en la penumbra mediática. Como buen cazador, conoce las ventajas de la discreción. Jamás concede entrevistas. Esquiva los saraos económicos. Y, hasta la pasada semana, ni siquiera facilitaba a los medios un retrato oficial.

Reside en su chalet de El Bosque, una exclusiva urbanización a 20 kilómetros de Valencia. Allí, protegido por muros encalados y palmeras kilométricas, vive desde hace una década junto a su esposa, María Consuelo Garrido, de 43 años.

Amigos, empleados e incluso rivales cumplen la omertà que dicta Don Ángel. Los pocos que la rompen trazan el retrato de un hombre ambicioso, ultracompetitivo y algo faltón.
Al liquidador no le agrada el alcohol, ni el juego, ni el ligoteo. Vive con su mujer de siempre. Bebe agua y cocacola. Se pasa el día enganchado a su ordenador. Cuentan que sólo tiene dos vicios: los habanos y los coches. Conduce un Porsche, un Mercedes...".

Ángel de Cabo Sanz (22-V-1967) nació en Suiza de una familia de emigrantes valencianos. Heredó de su padre el oficio de fontanero, pero no tardó en rebelarse contra sus humildes orígenes. Con veintipocos, ya gestionaba una próspera empresa de reformas en Valencia. Grandes edificios, chalets de lujo, urbanizaciones... Cañería a cañería, sentó los pilares de su fortuna.

Pero al inquieto Ángel se le quedó pequeña la fontanería. Exploró otros negocios: la construcción, la hostelería... Hasta que, hace una década, descubrió otra fontanería más lucrativa: desatascar las tuberías de empresas en quiebra.

El epicentro de su actividad es el bufete Aszendia, con sedes en Castellón, Valencia y la calle Serrano de Madrid. A sus órdenes trabajan 200 profesionales, que ya han cerrado 600 operaciones, con volúmenes de facturación de hasta 3.000 millones.

Un puñado de elegidos forma su círculo de confianza: Gabriel Segura, Iván Losada, Pedro Sánchez... De Cabo escucha sus consejos, pero se reserva la última palabra.

El liquidador pasó como un espectro por la empresa turística. Al principio, los empleados le conocían como el señor del puro.
El empresario delega esta función en su mano derecha, Iván Losada. A sus 36 años, este abogado astuto, de verbo centelleante y gusto por los trajes caros, es el nuevo director general de Nueva Rumasa.

Porque, no nos engañemos, en eso consiste el oficio de liquidador. En aplicar terapia de choque a negocios que se hunden. El señor del puro husmea empresarios acogotados por las deudas y les ofrece una salida fácil: quedarse con su marrón a cambio de una cantidad simbólica.
Una vez dentro, los liquidadores actúan como el personaje de Richard Gere en Pretty Woman. Recortan plantilla, renegocian deudas, venden activos, cierran unidades no rentables... Es decir: asumen el trabajo sucio que un empresario normal no puede afrontar.

Pero el oficio no está exento de riesgos. Hay que blandir el bisturí en plantillas crispadas por la penuria. Y eso requiere piel gruesa y mucha templanza.

Si el negocio sobrevive al shock, De Cabo lo vende con plusvalía. Si no, lo liquida sin miramientos. Y, mientras se decide, saca todos los beneficios que puede. En Viajes Marsans, por ejemplo, el administrador concursal denunció los sueldos "extremadamente altos" de los ejecutivos nombrados por De Cabo. El mejor pagado, Iván Losada, se llevaba 500.000 euros al año.

El asalto a Nueva Rumasa se gestó hace cinco meses, en largas entrevistas con los Ruiz-Mateos.
El secretismo sobre los términos de la venta es absoluto. Los acreedores han pedido acceder al contrato de compraventa. En Rumasa insisten en que se han deshecho de "todas las empresas", algunas en concurso de acreedores: Dhul, Clesa, Trapa, Garvey, Elgorriaga... A cambio, Ángel de Cabo asume las deudas de las empresas: unos 1.500 millones de euros.

Para adquirir Nueva Rumasa, De Cabo ha recurrido a una sociedad prefabricada: Back in Business. En el registro, consta como una empresa de seis meses de vida y sólo 3.000 euros de capital social.

Su nombre también aparece vinculado a una estrambótica operación con Muamar Gadafi. Un hombre de su órbita, Ángel Olmos, anunció en 2010 la construcción en Libia de 4.000 viviendas y cinco hoteles, además de mezquitas, salas de congresos, centros comerciales... De aquel proyecto, valorado en 800 millones, nada más se supo.

Con estos precedentes, la Justicia se ha puesto en marcha para controlar la compraventa. Así, la Fiscalía Anticorrupción ha alertado de que la venta de activos de Nueva Rumasa podría suponer un delito de alzamiento de bienes. Mientras, un juzgado abulense ha apartado a la empresa de la gestión de Chocolates Elgorriaga.

Con información de Sergio Moreno


23 septiembre 2011

Onu, circo cada septiembre

Todos los años en septiembre asistimos a algún espectáculo excéntrico con motivo de la apertura de la Asamblea General. Una vez era un líder soviético preocupado por las reservas de los indios norteamericanos, otras Gadafi dando lecciones de humanismo, un Mugabe devoto de los derechos humanos o un Bokassa, el antropófago (que come carne humana),  en demanda del reparto equitativo de la riqueza. O a Castro de adalid de la libertad.

Este año, el espectáculo será menos gracioso, pero no menos inútil y probablemente más perjudicial para todos. El líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ve como su tiempo se acaba y la situación en los territorios ocupados está estancada.

Su debilidad, no sólo en Gaza frente a los terroristas de Hamás, y la falta de voluntad del Gobierno de Israel han hecho pasar los años sin avances. Ahora, con rápidos cambios en el mundo árabe y la pérdida de aliados por parte de Israel, se ve tentado de buscar una salida.

Y así se ha empeñado en acudir a pedir el reconocimiento oficial del Estado Palestino como miembro 193 de la Organización. Sin negociación previa con Israel. A ello le han animado todos esos países árabes que siempre han demostrado ser muy entusiastas amigos de los palestinos cuando se trata de hostigar a Israel, pero única y exclusivamente para eso.

De inmediato se han adherido a la iniciativa todos los que desde el radicalismo islamista, izquierdista o el nuevo/viejo antiimperialismo desean fervientemente acabar con el Estado de Israel y convertirlo en un paréntesis en la historia.
Después se han unido otros por diversos motivos.

Alemania dijo ya, con EE.UU., que votaría en contra porque la medida no ayuda a los palestinos en nada y tensa la situación en la región.

España, con el habitual estilo progresista faldicorto del Gobierno Zapatero, dice que votará a favor del disparate. Ganará sin duda la votación en la Asamblea. Abrumadoramente. E irá al Consejo de Seguridad.

Y se topará con el veto americano anunciado. Y eso fue todo. La democracia inútil, tóxica y necia en su peor expresión quedará en nada. Peor que en nada. Se vuelve a ver que dañar a Israel no es ayudar a los palestinos. Que Israel estará más aislado, sí. Pero los palestinos siguen como están.

En Israel habrá voces que pidan represalias. Y la tensión en los territorios está asegurada. Con suerte para algunos, habrá muertos.

Sólo las negociaciones pueden llevar a la creación real del Estado palestino. Y esas no pueden basarse en la premisa tan simple y falaz de que Israel es culpable.

Tellagorri


22 septiembre 2011

Independizarse más barato que beber

¿Por qué un representante de la Administración del Estado se permite un desafío que no se comprendería en ningún otro lugar del mundo jurídica y políticamente civilizado?
Sencillamente porque puede. Puede cualquier dirigente desde cualquier autonomía. Y porque la realidad que nadie menciona es que el sistema democrático de la España constitucional no dispone de los instrumentos legales de defensa efectiva necesarios para impedir que la desobediencia a los tribunales le salga baratísima, casi gratis, al funcionario que la cometa.

El castigo que el Código Penal reformado en 1995, el llamado "Código Penal de la democracia", reserva a las autoridades o funcionarios públicos que se nieguen a dar cumplimiento a una resolución judicial es el de una simple multa y una inhabilitación para empleo o cargo público que duraría de seis meses a dos años.

¿Quién, con una política de inmersión lingüística que tiene como estrategia consolidada la exclusión del castellano como lengua vehicular en la enseñanza, se echaría para atrás ante semejante sanción coactiva?

¿Quién no estaría dispuesto a pagar gustosísimo ese ridículo precio, que quedaría por otra parte compensado por el rédito político que una posición de rebelde por la patria reportaría al sancionado?

Es evidente que el señor Mas lo tiene muy fácil.

De lo que se trata ahora mismo es de que no es admisible que en un país homologado con las democracias occidentales los altos representantes de la Administración se puedan pasar por debajo de la pierna las sentencias de los tribunales.

Por eso, porque la cruda verdad es que el sistema constitucional español no dispone de ninguna respuesta auténticamente firme y eficaz de defensa y aseguramiento del principio de división de poderes, es por lo que, cuando se pregunta una y otra vez qué pasará si finalmente la Generalitat no obedece al Supremo, se hace el silencio.

Nunca nadie ha dicho con qué medidas se podrá responder cuando lleguemos a ese punto crítico de desobediencia abierta, punto que el TSJC ha decidido aplazar, pero que llegará a plantearse inexorablemente dentro de unos meses. Y nadie lo ha dicho porque no las hay. O, para no exagerar, lo que hay es eso: la multa y la brevísima inhabilitación.

Mucho mayor castigo está reservado para el particular que desobedece gravemente a una autoridad: hasta un año de prisión. Ésta es la realidad que resulta no sólo demoledora para el normal funcionamiento en un Estado de Derecho, sino directamente incitadora de los comportamientos retadores a lo que estamos asistiendo en los últimos años.

Pero es que la España constitucional tampoco tiene respuesta ni mecanismos de defensa para un supuesto del asunto de la independencia, formulado públicamente por el propio Artur Mas como un deseo que, de momento, sólo ha traducido acudiendo a votar a favor de la independencia catalana en una de las urnas montadas al efecto con el beneplácito de la propia Generalitat.

Es decir, que si un día los diputados del Parlament de Cataluña, o del País Vasco, o de cualquier comunidad autónoma aprueban por mayoría suficiente la secesión de España, no pasará nada porque, a menos que medie violencia, no hay prevista para eso ninguna sanción penal.

Ni tampoco la hay para quien convoque un referéndum para ratificar esa secesión. La hubo en 2003, pero se derogó en 2005.

Comparar no es ofender, así que comparemos lo que le supondría a un diputado autonómico votar en su Parlamento la secesión de España y lo que le costaría el que, por haberlo celebrado con varias copas de más, fuera detenido por superar con mucho los límites de alcoholemia y, encima, por exceso de velocidad. Pena de cárcel, desde luego. Pero por delito contra la seguridad vial.

Por atentar contra la seguridad constitucional, nada
.

Esto es lo que hay.

Tellagorri

NOTA DEL BLOGUERO : Qué tipo de novelas de ficción leen los peperos para vivir en esa nube de ignorancias sobre el Estado español?




21 septiembre 2011

Sucio y corto

Rubalcaba forma parte del paisaje desde hace tres décadas. Al calor de sus cargos de fuste se ha asentado el cliché de que posee un gran cerebro. La leyenda de su inteligencia, que pertenece a la variante de lo que el vulgo llama "listo" (o hasta "listillo"), no se basa en servicios tangibles a la Nación, sino en su habilidad para el juego subterráneo.

Convertido en candidato, Rubalcaba ha salido de las bambalinas de la cocina, donde labró su aureola. Y salta la sorpresa: el mito se desinfla de hora en hora.

¿Por qué desertan los votantes socialistas?
Pues porque el experimento zapaterista los ha hastiado, por cuatro motivos: la incompetencia culposa en el manejo de la economía, la improvisación chapucera, la falta de respeto a nuestras propias normas y el pisoteo de la idea de España, rifada en el zoco nacionalista.

Detectados los pecados, ¿cuál es el tratamiento de Rubalcaba para recuperar el voto? En lo económico, más experimentos con gaseosa, con un impuesto-indignado de Patrimonio que agrede a las clases medias y será un vasito de agua en el océano del déficit.

En lo institucional, desbarres que parecen sacados de un panfletillo antisistema, llegando a proponer que se degrade el Tribunal Constitucional.

En lo autonómico, más compadreo con los partidos secesionistas, haciendo piña contra el castellano.

En resumen: el "candidato inteligente" propina cada día una patada en la espinilla al español tipo, al votante templado, que quiere seguridad jurídica y respeto a las instituciones, que cree en España y que no le gusta que lo crujan con supuestos "impuestos para ricos" por el pecado de comprar un piso con el esfuerzo de una vida.

Rubalcaba es muy listo, reza su eslogan. Puede. Pero hay tanta publicidad engañosa…


20 septiembre 2011

Barco chatarra

El presidente del PSOE, Manuel Chaves, ha comparado las deserciones de las listas de Rubalcaba con ratas que abandonan un barco que hace aguas. La observación iba dirigida principalmente a José Bono y puede aplicarse a otros compañeros. Sin embargo los motivos de unos y otros responden a causas diversas.

Los hay que utilizan su negativa como una táctica para conseguir un puesto más alto, conscientes de que el 20-N limitará el numero de candidatos con posibilidades. Quizá sea el caso de Moratinos o de Fernández Bermejo. Hay también quienes se anticipan a la decisión del candidato de prescindir de ellos, gente con los que este no comparte química alguna, como Sebastián o Calvo.
Prefieren marcharse antes de que les echen.

En algunos casos, como el de esta última, se combina la razón aludida con enemistades a muerte. La exministra había jurado que jamás iría en una lista en la que apareciera Rosa Aguilar. Son muchos los dirigentes andaluces que no la perdonan que cuando era alcaldesa de Córdoba por IU dijera que no daría la mano a Felipe González porque la tenía manchada de sangre.

La renuncia de Bono responde al resentimiento. Rubalcaba, que había sido su jefe de estado mayor cuando disputó a Zapatero el sillón de mando, se pasó, en su opinión, demasiado pronto al triunfador sin explicaciones previas.

Finalmente, hay quien, como Gabilondo, ha tomado la decisión, muy a pesar del candidato, que ha intentado convencerle hasta el último momento. Con Elena Salgado, Rubalcaba mantiene una larga amistad y su consejo fue decisivo para que Zapatero la elevara a la vicepresidencia económica, pero, al parecer, ambos han coincidido en que su presencia sería contraproducente por su fuerte implicación en la gestión de la crisis.

El candidato desea incluir a un espectro muy variado, recuperando a gente que Zapatero había mandado a las catacumbas o al balneario. Es muy posible que, aunque no aparezcan en las listas, cuente en el futuro, si tras las elecciones consigue la dirección del partido, con gente que apostó en su día por el leonés y que mantuvieron después actitudes críticas como Solchaga, Peces Barba, Eguiagaray, Solana y hasta Leguina.

Guerra, adversario declarado de Rubalcaba, será el número uno por Sevilla. También cuenta con el guerrista Txiki Benegas que aparece en Vizcaya tras el zapaterista Eduardo Madina.

Las listas estarán trufadas de ministros, pese a que en el cuartel electoral había reticencias por la necesidad de distanciarse del gobierno ZP y por la duda de que sean los más adecuados para nutrir el grupo parlamentario en tiempos de oposición.

Chaves será el primero de la lista gaditana. Ramón Jáuregui lo será por Álava. El vasco fue ministro a petición de Rubalcaba contra la opinión del presidente, que no puede verle ni en pintura. Previsiblemente conseguirán escaño el titular de Trabajo, Valeriano Gómez; el responsable de Justicia,  Caamaño; la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, y la de Sanidad, Leire Pajín.

Su empeño en situar a quien le sucedió al frente de Interior, Antonio Camacho, en Zamora en sustitución de Jesús Cuadrado para blindarle del caso Faisán ha provocado un fuerte revuelo.

Las navajas vuelan con inusitado furor. El PSOE no se rompe fácilmente pero aparece dividido, empezando por la cisura entre el candidato y el presidente, que seguirá siendo secretario general hasta el próximo congreso.

Rubalcaba tuvo que tragar la reforma constitucional y se las vio negras para convencer al grupo parlamentario de su conveniencia. La reunión de la víspera de su aprobación duró desde las 19.30 hasta pasada la medianoche, con intervenciones muy críticas. Tras ser aprobada, los populares aplaudieron rabiosamente mientras la mayoría de los socialistas cruzaba los brazos.

Los socialistas estiman que GALFREDO es el más idóneo. Le critican, sin embargo, que haya escondido las históricas siglas del PSOE tras su persona. De ahí el lema acuñado en los videos de campaña: "Con Rubalcaba, sí", una frase de doble filo que encierra la constatación de que "Con Zapatero, no". Su principal argumento es: "Ojo, que yo no soy Zapatero".

Que el cántabro sea la mejor posibilidad muestra el fracaso del relevo generacional, la imagen de marca de Zapatero. En el socialismo español, como en la Cuba de los Castro, los viejos dirigentes no han encontrado jóvenes en condiciones de sucederles. El cántabro es, quizás, el último recurso socialista antes de abrirse las venas. Si el leonés actuó como si fuera el mesías prometido, el de Solares asume el menester del buen samaritano: curar heridas y animar al enfermo.

Si no se produce el milagro  de que  la magnitud del descalabro no es tan grande como se teme, Rubalcaba podría hacerse con las riendas del partido más allá del 20-N. Se dará con un canto en los dientes si Rajoy no consigue la mayoría absoluta, superando la derrota de Almunia en el año 2000, que sólo pudo sentar a 125 diputados.

En todo caso no hay que restarle méritos al cántabro, que se ha tragado los peores marrones de los últimos tiempos de González, del trienio de Almunia y del annus horribilis de Zapatero.

El mejor favor que el Psoe podría hacer a España es que el Partido desaparezca para siempre y le sustituya uno que se parezca a los socialistas daneses.


19 septiembre 2011

Tirachinas para el nene

Hoy vamos a jugar, si les parece, al bonito juego de imaginar absurdos. Imaginemos, por ejemplo, que usted lleva a sus niños a las fiestas del cole, o al recinto infantil de las de su pueblo; y allí, presidiendo el despliegue de globos, chuches, cuentacuentos, columpios y colchonetas de gomaespuma, ve un cartelón enorme en el que, junto a la imagen de un muchacho con rostro oculto por pasamontañas, que tensa en las manos un tirachinas con tornillo gordo o bola de acero dentro, figuran las palabras "Prepárate para luchar".

Sé que suena a barbaridad, en efecto. La estúpida posibilidad. En el sentido, además, literal de la palabra bárbaro. Pero, en fin. Una vez imaginado eso, imagine también cuál sería su reacción. O permítamelo a mí, si le da pereza. Como cualquier padre normal, se llevaría (nos llevaríamos) de allí a las criaturas con una rapidez que pulverizaría varios récords olímpicos.

Y acto seguido, tras poner a los niños a buen recaudo, y en unión de otros padres a los que supongo tan indignados como usted o yo, montaría un pifostio de aquí te espero. Exigiendo, como mínimo, la cabeza del director del colegio o del alcalde responsables de tolerar semejante atrocidad.

Parece lógico, ¿verdad? Pues se equivoca usted y me equivoco yo. Valga como prueba una foto que, hecho curioso, apenas ha merecido comentarios en este país delirante donde cualquier disparate se considera lo más natural del mundo.

Se tomó durante las fiestas del pueblo navarro de Leiza, y sobre ella podrían escribirse varias tesis doctorales. Muestra una carpa municipal, la del recinto infantil, presidida por un cartelón enorme cuyo centro está ocupado por la imagen amenazadora (estéticamente muy lograda, estilo Banksy) de un joven con gorro de lana y rostro cubierto por un pañuelo, que tensa su tirachinas junto a una estrella roja y solitaria que también decora el pañuelo.

Y la imagen, situada dentro de un círculo negro, está flanqueada por dos frases en letra mayúscula y con signos de exclamación: "Independetzia eta sozialismoa", que no necesita traducción, y "Borrokatu Antolatu"; que, si mi limitadísimo euskera no me engaña, significa prepárate para luchar, asume la lucha o algo parecido.

Pero oigan. Lo estremecedor no es el cartel, que a fin de cuentas puede verse pintado en cualquier pared del País Vasco o la Navarra irredenta, sino las mamás.

Porque la escena, tirachinas y borrokatu aparte, está llena de niños y mamás. Los enanos, de ambos sexos y sexas, tienen entre tres y siete años, y andan por allí con globos y chupando caramelos pringosos. Las madres atienden a sus retoños en compañía de monitoras (deliciosa estética Nekane) con absoluta naturalidad, inflándole el globito a uno, limpiándole los mocos a otra y cosas así. Incluso hay una mamá, a la izquierda, que sostiene lo que a primera vista parece una pistolita amarilla monísima, perteneciente a su criatura de tres años, pero que tras una observación detenida resulta ser una bolsa de patatas fritas apretada en la mano.

Y todas esas mamás, como digo, están ahí con sus tiernos infantes, dejándolos impregnarse bien del espíritu festivo del pueblo leizatarra, o como se diga.

Esperanzadas y orgullosas, supongo (ante ese cartelón descomunal, indiferentes o distraídas sería imposible), de que sus vástagos tomen buena nota de cuáles son las urgencias del pueblo y de la patria. Y así, el día de mañana, cada vez que esos niños, para entonces hombres y mujeres hechos y derechos y hechas y derechas, vean un tirachinas y un pasamontañas, les pasará lo que a los trianeros les ocurre en Semana Santa cuando pasa el Cachorro; que lloran como magdalenas, y a quienes los miran asombrados les comentan: "Es que para entender esto, que por la gloria de mi madre es lo más grande del mundo, hay que haber nacido en Sevilla".

Y es que ciertas cosas hay que verlas en su contexto. En Leiza (tres asesinados por ETA en su limpio historial), las madres, los niños y el resto de la sociedad, privados por la cara de independencia y socialismo, gimen bajo la bota de España, cuyos txakurras y cipayos encarcelan a heroicos gudaris mientras el Estado fascista construye carreteras y trenes de alta velocidad que destruirán el paisaje de una Euskadi utópica y feliz, parecida a la Irlanda postiza de El hombre tranquilo: vacas pastando, humo de caseríos entre la foresta y fornidos aizkolaris socios del Atlético de Bilbao.

De ahí la necesidad de formar, desde la cuna, a pequeños gudaritos que el día de mañana, cada vez que vean un pasamontañas y un tirachinas, lloren emocionados recordando los festejos entrañables de su tierna infancia. Diciendo, como en Sevilla, que para entender eso (por la gloria de sus madres) hay que tener el orgullo de haber nacido en Leiza.

ARTURO PEREZ REVERTE

NOTA DEL BLOG : Lo que P. Reverte no cita es que en todos los pueblos de Guipuzcoa en verano han aparecido cartelones mucho más "llamativos" que esos y a cargo de encapuchados o del propio Ayuntamiento.




17 septiembre 2011

Los empleos de los vagos

Esa sublime horterada, explicada muy bien por el bloguero Capitán Trueno, de que ahora ZP quiera sentarse a la bartola a inspeccionar nubes, cuando la verdad es que el hombre nunca se ha dedicado a otra cosa.

El preclaro analfabeto que declaró que la tierra no pertenece a nadie salvo al viento (versículo que algún asesor despistado habrá sacado de una película de indios) ha encontrado el lugar perfecto donde tumbarse al sol y medir las nubes una a una.

El aeropuerto de Ciudad Real es una asombrosa ruina recién inaugurada que ha costado más de 500 millones y gestiona exactamente tres vuelos semanales. Un monumento a la idiotez, una pirámide de despilfarro con una pista de despegue de cuatro kilómetros, lo bastante larga para que el presidente pueda disfrutar de su jubilación junto a toda su cohorte de asesores y lameculos.

En efecto, se trata de una alucinación manchega: Don Quijote veía gigantes en lugar de molinos de viento y Bono vio aviones donde sólo había gallinas.

Tal vez un país gobernado por inspectores de nubes no pueda ser mucho peor que un país gestionado por socialistas y gallináceos.

Contar nubes y volar cometas son los empleos del futuro en España para los sociatas.



16 septiembre 2011

Nos han derrotado

Toda contienda (término que incluye pero no queda limitado a las guerras y conflictos bélicos), acaba con la victoria de una parte y la derrota de otra.

Decía el británico Disraeli que hay tres tipos de mentiras: "Las pequeñas, las grandes y las estadísticas", y a nosotros nos han contado una mucho más grande que la de las "estadísticas". Por parte de Rubal y sus secuaces.

En España hace ya muchos meses que los responsables de mantener la contienda que enfrenta a ETA por un lado (con sus pistoleros, sus gestores, sus informadores, sus chivatos, sus votantes hijos del resentimiento y demás tropa voluntaria) y a nuestro sistema político (marco de nuestras libertades) por otro, decidieron desistir sin haber cumplido los objetivos.

Se acordó permitir a los etarras el poder en las instituciones concurriendo a las elecciones municipales, sin que se haya obtenido la pacificación ni la normalización, porque las armas siguen en manos de los pistoleros y la presión sigue en las calles.

Ya no matan” se nos dice. “Ya no hace falta” podemos responder. “Ya no extorsionan” se aduce. “Ya manejan muchos más millones de los que son capaces de arrancar a punta de pistola” cabe replicar.

En las últimas semanas observamos al último delegado de la banda etarra lucir la medalla de Diputado General de Guipúzcoa junto con la evocación de un preso que va a ser juzgado nuevamente por coordinar el entramado criminal. Y en los balcones del público pudimos observar la cara de satisfacción de todos aquellos que, por su evidente vinculación con ETA, dieron lugar en su día a la ilegalización de Batasuna. Y lo que es más grave, detrás de esas sonrisas de los verdaderos responsables de Bildu a este lado de la frontera, podemos imaginar otras más siniestras, detrás de esas máscaras blancas que recuerdan al Ku Klux Klan y que luce la cúpula etarra bajo las boinas cuando nos intoxican con uno de sus vídeos caseros.

Y en Cataluña sucede exactamente lo mismo, con la diferencia de que en vez de curas Santa Cruz hay Savalls y sus barretinas.

Hemos perdido, y esa derrota nos la tragamos aunque haya sido con la colaboración del Gobierno de España. Pero es peor intentar engañarnos a nosotros mismos. Hemos sido derrotados, no porque nos hayan vencido, sino porque el gobierno ha decidido traicionarnos y abandonarnos a nuestra suerte en la playa. A merced de los carlistones del cura Santa Cruz y del Savalls catalán.

Así que, amigo Carolvs, el requeté barretinado que se te ha metido en el Blog es la avanzadilla de lo que se nos viene encima. Vuelta al absolutismo del XVII.


15 septiembre 2011

Saludando no es gerundio

No sé si se habrán fijado, aunque supongo que sí. Que se fijan. Cada vez resulta más inusual que alguien, al interpelar a otro en busca de un servicio o una información, recurra a la correctísima y tradicional fórmula "por favor", y mucho menos que anteponga un cortés "buenos días".

Por lo común, la peña suele abordarse sin prolegómenos, a bocajarro, en plan compadres que frecuenten el mismo puticlub, sustituyendo el saludo de toda la vida por una frase absurda que en los últimos tiempos ha hecho fortuna en España, y que permite identificar de lejos a un compatriota, o lo que seamos ahora, en cualquier latitud y longitud: ese bajuno "oye, perdona", acentuado por el infame tuteo con que resolvemos, tanto con abuelos como con niños, nuestra vida social.

No hace mucho, en un local muy correcto de París, tras escuchar en una mesa vecina un sonoro "oye, perdona", vi a un estirado camarero gabacho hacerse el sueco ante dos turistas españoles ya maduritos. Con mi silencioso, íntimo y (no me avergüenza confesarlo) perverso regodeo.

En cuanto al "buenos días" cuando nos cruzamos con un presunto semejante, ni les cuento. No hay quien lo extraiga ni con alicates. Naturalmente, no hablo de ir por las ramblas de Barcelona o la Puerta del Sol de Madrid diciendo buenos días a todo cristo, como un imbécil. Hay momentos y momentos. Pero es cierto que cualquier clase de saludo, cuando nos encontramos con una persona sólo vagamente conocida, o con desconocidos a quienes las circunstancias acercan de modo particular, se hace cada vez más raro.

Incluso cuando eres tú quien toma la iniciativa y saluda primero, hay muchas probabilidades de que el interpelado no responda y pase por tu lado sin decir esta boca es mía.

Un ejemplo. Amarro desde hace veinte años en un puertecito mediterráneo de ambiente tradicional. En sus muelles, pantalanes e instalaciones me cruzo con propietarios de barcos, marinos extranjeros en tránsito, marineros y socios de club náutico. Ante ellos, los conozca o no, el reflejo natural es decir "buenos días". Los navegantes extranjeros, habituales o de paso, saludan casi siempre, aunque no te conozcan. Con frecuencia toman la iniciativa, incluyendo una sonrisa amistosa.

Los españoles, por el contrario, suelen pasar contemplando el horizonte, interesadísimos por alguna gaviota que allí planee. Ni ven, ni oyen, ni hablan. Y cuando lo hacen casi nunca es por impulso propio, sino en respuesta a tu "buenos días" o "buenas tardes".

En lo que a la gente joven se refiere, extraordinario es que digan al menos "hola". Cruzan impasibles sin mirarte, saludes como saludes, a pesar de que, en lo de responder a saludos de vecinos y conocidos, los niños son mejores que los padres; quizá porque el instinto de su poca edad y el colegio reciente los hacen respetar un poco más a los adultos.

Otro ejemplo personal, aunque transferible: vivo en la sierra de Madrid y camino a diario. A veces encuentro a otros paseantes, y es pintoresca la actitud de buena parte de ellos. Mientras se acercan desvían la mirada, como si no te vieran; y si no dices nada, pasan vueltos hacia otro lado, mudos. Sólo cuando apuntas "buenos días" responden apresuradamente, a veces cuando ya están a tu espalda. Quienes lo hacen. Otros siguen adelante, imperturbables. No va con ellos.

La más notable es una señora (la llamo señora con razonables reservas) con la que me encuentro a menudo. La he visto hacerse mayor, dos veces embarazada, y ahora camina con dificultad a causa de un accidente o una dolencia. Ni una sola vez ese trozo de carne con patas respondió al "buenos días" que le dirigí durante veinte años. Hasta que me cansé de hacerlo.

Pero cada cual tiene su manera de vengarse. A veces, si voy en plan cabroncete y alguien llega de frente, hago como él: mirar con fijeza hacia la lejanía o el suelo, cual si algo allí atrajese mi atención. Y luego, al llegar a su lado, lo miro de pronto y disparo un "buenos días" inesperado, casi agresivo, que suele pillar al sujeto de improviso; saludo ante el que balbucea una desconcertada o presurosa respuesta, mientras yo me alejo riendo entre dientes, arf, arf, arf. Como el perro Pulgoso.

Supongo que cualquiera de ustedes conoce casos parecidos en los que oficie de protagonista activo o pasivo. Pero no creo que deban atribuirse siempre a grosería o mala voluntad.

Muchas veces se trata sólo de incertidumbre y timidez social, fruto de una educación deficiente: la inseguridad de no tener claros, desde niños, los usos elementales de cortesía y convivencia. Y no deja de ser contradictorio, en esta España saturada de demagogia idiota, buen rollito y compadreo cantamañanas, que despreciemos de ese modo las fórmulas que, precisamente, ayudan a que la sociedad de los seres humanos sea soportable.

ARTURO PEREZ REVERTE


14 septiembre 2011

Banderas y banderizos

Dice la RAE que "Bandera" es "Tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución."

Y Banderizo se define como "alborotado, faccioso, parcial".

Como viene siendo habitual, la Diada de Cataluña tuvo como colofón una quema de la bandera española y del retrato del jefe del Estado. Habrá a quien reconforte ver cómo la enseña rojigualda y la efigie del monarca son pasto de las llamas. Y habrá a quien le indigne, como si fuera un sacrilegio, la quema de ambos símbolos.

Algo demasiado estúpido. Quienes prendieron fuego a la bandera española piensan, sobre su particular fetichismo de otro trapo análogo, que eso duele como a ellos les dolería ver arder la suya.
Lo que sentimos algunos, quisiera creer que muchos, al ver a unos encapuchados subiendo a un escenario a convertir en proeza la incineración de un fragmento textil y de otro de celulosa prensada e impresa (con notoria torpeza, dicho sea de paso, y probable autolesión), es pura y simplemente lástima.

En primer lugar por los perpetradores del acto, tan chusco y baldío, pero además, y sobre todo, por el barco que a todos nos lleva. Es penoso, tristísimo, y todo el María Moliner no bastaría a suministrarnos sinónimos para terminar de describir lo deplorable de la situación, que un navío que flota a duras penas en la tempestad, con la quilla partida, tenga una tripulación que en vez de ocuparse, antes que nada y sin que ninguna otra cosa la distraiga, de alcanzar un puerto seguro, esté entretenida en proclamar discordias y enarbolar resentimientos.

Habrá alguno que piense que yendo por libre, Cataluña tendría frente al temporal mejor perspectiva que la que le espera compartiendo cubierta con los andaluces, los extremeños, asturianos, gallegos, vascos,levantinos, murcianos, canarios, ceutiés, melillenses, castellanos, madrileños y otras gentes de mal vivir.

La ignorancia es osada y lamentablemente está extendida. Pero lo que cuesta mucho creer es que los dirigentes de la sociedad catalana, en el Gobierno y en la oposición, suscriban semejante desatino. Porque lo que están demostrando es su espíritu medieval de banderizos o partidas feudales de pueblerinos que se destrozaban entre sí porque odiaban al de la aldea de al lado.

Y nosotros siempre creyendo que los catalanes eran una avanzadilla de la Europa civilizada cuando lo que han devenido es en simples palurdos-lacayos de señoritos analfabetos. Como si hubieran regresado a los años 1.300. Es que han regresado. Exactamente igual que los "baskos" de Bildu.

Tellagorri


13 septiembre 2011

Equipo invisible

Durante el período ente 1993 y 1996, cuando se predecía sin necesidad de grandes dotes adivinatorias el acceso de Aznar al gobierno, se podía confiar en la existencia de un poderoso núcleo de dirección en torno al primus (Rato, Cascos, Rajoy, Mayor Oreja, De Palacio…).

Creo que no se puede minusvalorar el tremendo efecto de refuerzo en la confianza que supuso esa certeza de que quien pedía tomar el relevo al frente del gobierno no estaba solo sino rodeado de un equipo serio y solvente que se podía sentar en las mesas de los ministerios en veinticuatro horas.

Ahora, a las puertas del inminente triunfo electoral de Rajoy, no parece tan fácil identificar quienes son los que van a formar gobirno ni si son válidos.

El equipo económico de Rajoy tampoco está claro. Durante su primera legislatura en la oposición se apoyó de forma notable en Miguel Arias Cañete, pero ahora parece haber recuperado a Cristóbal Montoro (sabia decisión), aunque otros apuntan a Luis de Guindos para Economía (otra sabia decisión), reservando Hacienda para Montoro. Y por lo demás … no se sabe.

Llegados a este punto, me permito sugerir a Mariano "Don Descanso" que siga una de las pautas de la tradición política británica y, a la hora de conformar su equipo, recupere talentos del pasado (David Cameron rescató a sus predecesores como líderes de la oposición tory, Hague y Duncan Smith) junto con las realidades del presente y las promesas del futuro. Y puestos a dar nombres, que no desaproveche piezas tan valiosas como Ignacio Astarloa y Gustavo de Arístegui.

Este hombre ha llegado, a las puertas del Gobierno, por desgaste total de los contrarios y nadie sabe si sus siestas se prolongarán en Moncloa, y si así fuera vamos aviados porque lo que este país precisa, con urgencia de naufragio, es un doble de Charles De Gaulle capaz de darle vuelta a la Consti, a la Economía y especialmente a las costumbres adquiridas por los políticos a cuenta del zapaterismo.

A lo mejor es un "disimulador" de ocultas energias y sólo le falta una pasada por el manto de Lourdes.

Tellagorri




12 septiembre 2011

Ali Soufan descubre miserias

¿Se pudo evitar el 11-S? Hay quien cree que sí, que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos tenía suficientes indicios y que aquello habría podido no ocurrir de conectarse unos cuantos puntos a tiempo.

Por de pronto la CIA ha tomado la llamativa decisión de censurar extensos párrafos de las memorias de próxima aparición (salen a la venta en Estados Unidos) de Ali Soufan, un ciudadano norteamericano nacido en Líbano, admirador ardiente del poeta Khalil Gibran, que en su día fue uno de los 8 únicos agentes secretos de Estados Unidos capaz de hablar árabe. Y el único de la ciudad de Nueva York.

Es habitual que la CIA censure o trate de censurar todas las memorias de agentes secretos que se publican en EEUU. Gastan miles de dólares al año en comprar íntegras y arrojar al fondo de un oscuro almacén las ediciones íntegras de aquellos libros de este tipo que no consiguen censurar. Es una forma legal de secuestro.

Pero en este caso parece que hay algo más que el habitual vicio por el secretismo. Soufan era agente del FBI cuando militantes de Al Qaida protagonizaron un atentado suicida contra el destructor norteamericano USS Cole en el puerto yemení de Adén. Además de los dos terroristas, murieron 17 marineros y hubo 39 heridos.

Soufan fue inmediatamente despachado a Yemen para investigar el atentado. Corría el 12 de octubre del año 2000.

Para entonces algunos ya tenían claro la amenaza que empezaba a ser Al Qaeda para Estados Unidos. La investigación de Soufan no fue fácil en un país donde las huestes de Bin Laden gozaban y gozan de unos apoyos del mismo gobierno que no tienen nada que envidiar a los de Paquistán. Aquello era y es la mafia islámica en todo su esplendor.

Ali Soufan y su jefe, valedor y amigo, el jefe de la División de Seguridad Nacional del FBI John O'Neill (ver quién es O'Neill en http://costaurola.blogspot.com/2011/09/oneill-sabia-lo-que-iba-ocurrir.html ), tuvieron que salir de Adén con su equipo para evitar literalmente una matanza, cuando se encontraban muy lejos de haber cubierto los objetivos.

Aun así Soufan había logrado atar cabos suficientes como para interesarse por una reunión secreta de Al Qaida que iba a tener lugar por aquellas fechas en Malasia. Pidió información a la CIA de esto y otros puntos. Una y otra vez pinchó en hueso: la central de inteligencia no tenía ni idea de lo que Soufan preguntaba, o eso decían.

La colaboración entre el FBI y la CIA no ha sido nunca fácil. Cada agencia viene haciendo la guerra por su cuenta desde los años 40. Compartir información entre sí es lo que más les cuesta, y respetar el mutuo terreno de juego (se supone que el FBI opera en territorio de EEUU, y la CIA en el extranjero, aunque hay muchos matices) es lo que menos les gusta.

Este estado de cosas no mejoró precisamente durante los convulsos años de la guerra contra el terror según George W. Bush y Richard Cheney. El FBI no sólo no avalaba los "métodos mejorados de interrogatorio" (para muchos, tortura) de la CIA, sino que los desautorizó frontalmente. Agentes suyos se negaron en redondo a participar.

Dados sus conocimientos no solo de la lengua sino también de la cultura y la psicología árabes, Soufan tiene fama de haber sido un interrogador extraordinario sin necesidad de tocar ni un pelo a los interrogados. A los que frecuentemente ha desarmado con citas del Corán.

¿Influyó todo esto en su relación con la CIA? El caso es que en sus memorias, el antiguo agente del FBI afirma que la CIA le ocultó deliberadamente la entrada en EEUU, meses antes del 11-S, de activistas de Al Qaida a los que él venía siguiendo la pista desde lo del USS Cole. Sólo con que el FBI hubiera sido consciente de su presencia en territorio norteamericano, les habría sometido a un marcaje que habría hecho literalmente imposible el atentado.

Cuenta Soufan en sus memorias cómo los choques con la CIA y la frustración por no poder avanzar más en las investigaciones fueron una de las causas de la prematura jubilación de su jefe y amigo, John O'Neill. Este se fue a trabajar a una firma de seguridad con sede en el World Trade Center. El día de los atentados, Soufan empezó a llamarle al móvil, frenético. Nunca obtuvo respuesta.

Cuando después de aquello la consigna fue encontrar a los autores del atentado "a cualquier coste", la CIA entregó a Soufan una carpeta con documentación que él no había visto nunca. Contenía la información sobre la reunión de Al Qaida en Malasia por la que él había suplicado tanto tiempo en vano. Contenía tantas evidencias de que el atentado pudo haberse evitado que Soufan tuvo que encerrarse en el baño.

Para llorar y para vomitar.

Soufan volvió a Adén y recurrió al único oficial yemení del que él y O'Neill se habían fiado, el general Ghalib Qamish. Este inmediatamente movió cielo y tierra para poner a la disposición de Soufan a un detenido por el atentado del USS Cole, uno que sobrevivió porque su función no era inmolarse sino grabar en vídeo la matanza desde lejos. Fue este conspirador, Fahd Mohammed Ahmed al-Quso, quien le llevó a interrogar otro personaje clave, el emir Abu Jandal, quien una vez había alojado en su casa de Kandahar a uno de los futuros terroristas suicidas del 11-S.

Soufan mantuvo con Abu Jandal una larga conversación terrible, llena de discusiones sobre el papel de Occidente, de Al Qaeda y de Bin Laden. En opinión de Abu Jandal este era un hombre de armas tomar, pero no un loco capaz de ordenar una matanza indiscriminada de hombres, mujeres y niños, musulmanes incluidos, en el centro de Nueva York. "El jeque (Bin Laden) no haría nunca eso", se burlaba Abu Jandal de su curioso interrogador libanés-americano.

Mientras éste, como quien no quiere la cosa le iba pidiendo que identificara las fotos de un cierto número de sospechosos en custodia. Sólo cuando Abu Jandal hubo completado la identificación de todos los terroristas suicidas muertos el 11-S le revelo Ali Soufan la horrible verdad: "Sé que ha sido Al Qaida, porque tú acabas de reconocer a los asesinos".
Horrorizado el emir se cubrió el rostro con las manos y musitó: "entonces creo que el jeque se ha vuelto loco".

Pero ya era tarde para darse cuenta.

(Información de Anna Grau)