30 julio 2011

Dificil práctica del Ocio

El concepto de ocio está muy bien, pero el problema suele venir cuando hay que poner en práctica ese concepto.

En unas horas se inicia el éxodo a la arena y a la puta sardina; todo el mundo sale huyendo de sí mismo. Dicen que el mar hipnotiza y huele a sexo, sonríe, atrae y apalea más que todo el resto del año.

La gente tiene derecho a insistir en sus mitos.

En cuanto una persona inaugura el llamado periodo vacacional, tiene que desplazarse al sitio elegido para el disfrute de dicho periodo, y ahí empiezan los trastornos: atascos, gasolineras atestadas, trenes repletos, aviones con tendencia a retrasarse. Cuando llega a su destino (un apartamento alquilado en la costa, por ejemplo) con el núcleo familiar, el veraneante en cuestión está ya exhausto de ocio.

El veraneo es una de las pasiones del hombre desde que los romanos se fugaban a Pompeya o a Hispania.

El derecho a la pereza, son conquistas del Estado del Bienestar. Los ricos han veraneado siempre, en Torrelodones o en Zarauz, mientras un inmenso país dormitaba en el botijo y en el pepino,  y en las fiestas de las vírgenes de agosto.

Después triunfó el Mediterráneo, cuando la Europa de la posguerra logró el descanso para la clase obrera y la clase media. Los españoles viajaban y veraneaban poco.

"Alguna excursión a Toledo y algún veraneo en San Sebastián solía ser todo el bagaje geográfico del madrileño indiferente", decía César González Ruano, que veraneaba en el Café Colón de Cuenca.

Pasado un mes, el veraneante volverá a su rutina y exclamará: "¡Menos mal ¡".

Tellagorri


29 julio 2011

Este agosto que nos trajo Franquito

De pronto, el enemigo ya no es el Gobierno ni la Oposición, sino este sol ardiente que incendia los bosques, torrefacta las playas y convierte las calles en una factoría de sudor.

Aquí es la canícula la que enciende e incuba el huevo de las dos Españas.

¿Qué dos Españas?

La del hacinamiento playero a ritmo de sangría y chiringuito, y la de los "selectos" que escapan a lugares próximos a la invisibilidad. Entre los primeros hay un buen puñado de próceres cuyo horizonte veraniego ideal es una playa al más genuino estilo 'Celtiberia show'. Un arenal descerebrado, abrasado de alcohol, ruido y arquitectura costera invasiva.

Que no se sientan ofendidos pero aquí entran de lleno los pueblos que Franco fabricó para Agosto : Marbella, Salou, Benidorm, Fuengirola, Cambrills,  etc.

No es cuestión de presupuestos, sino de planteamientos. De la misma manera que elegimos nuestro modo de vida, también está al alcance de todo el mundo inventarse el verano que quiere vivir.
Franco promocionó una idea de España analfabeta, taurina y aflamencada, en la que seguimos perseverando al traducir la palabra agosto como una playa saturada de cuerpos a un soplo de la torrefacción integral.

Pero no, aunque le cueste creerlo a vuestra merced, hay vida más allá y hay otras Españas, y otros modos de "estar en verano, donde no es prescriptivo pelearse por un toldo municipal para ser feliz. Ni estar oliendo sudores rancios ajenos, ni viendo inmensos gordos y gordas desparramados entre arena.
El paraíso puede estar a la vuelta de la esquina, pero siempre queda en la dirección contraria de ese lugar donde se dirige la multitud y ruge la marabunta. Pero el arte de inventarse un buen verano comienza con una rebelión personal.

¿Contra qué? Sobre todo, contra la vulgaridad.

También hay otro agosto que Franco no conoció y es el de los pueblos de Territorio Sioux, todos en fiestas de fuegos artificiales y charangas, y todos a la vez, en que los borrokas queman casi a diario autobuses, contenedores de basura y cajeros bancarios exteriores. Este tipo de agosto vino de la mano de los "alegres y combativos chicos de la gasolina", y además se les juntan los holandeses ingleses que aparcan en los campings locales, con más alcohol en el cuerpo desde la mañana a la noche que una destilería cubana de ron.

Hay que teminar diciendo que Franco inventó el agosto taurino, analfabeto y de Seat 600 u 850, pero que los sociatas lo han prefeccionado promocionando los botellones nocturnos playeros de toda la cafrada internacional, y eliminando de las costas españolas a los ricos elegantes de antaño..

Habría que prohibir agosto, aunque ello suponga que muchos bancarios y dependientes de comercio madrileños y bilbainos no puedan ocupar hasta el último rincón de España con sus traseros y pichi-castizadas. Aunque reconozco que hay muchísimo madrileño selecto al viejo estilo, con buen gusto y buenas costumbres. Apenas se nota su presencia porque se convierten en minoría.

Tellagorri



28 julio 2011

Más prototipos de Tontos de Verano

Esta vez ha sido un periodista sevillano el que ha aportado los nuevos modelos de "Tonto de Verano", y como continuación al listado del otro día.
He aquí :

El tonto que no pisa la playa viviendo sobre ellla.
Los tontos que en pleno litoral tienen a gala no pisar la playa son como Carlos Herrera con la Feria de Sevilla, pero de verdad: "Mira, es que como tenemos un apartamento de primera línea tan bueno, me pongo en la terraza con mi butaquita y con mi cervecita y mis tapitas, y como corre esa brisita marinera tan buena, es mucho mejor que bajar a la playa, sin tanta gente, estás allí en la gloria..."

El tonto del crucero.
Lo malo del tonto del crucero es que te lo explica, escala a escala, puerto a puerto. Y lo peor, que te quiere convertir a su fe naval: "Todavía estás a tiempo de hacer un crucero, los están dando baratísimos; a ti te encantaría, y a Carmen tu mujer, ni te cuento, con lo que le gusta a ella un bufé libre..."

No te explica en cambio el horror de las manadas de horteras en camiseta sudada que van en esa especie de Benidorm flotante que son los masificados cruceros. (Hay subespecies del tonto del crucero: el tonto del Caribe, el tonto de los fiordos, el tonto de las islas griegas, etc.)


El tonto jacobeo.
Acaba de hacer el Camino de Santiago y, como el del crucero, va y te lo cuenta. Enterito. Día por día. ¡Las ganas que tienes de que el tío llegue a Santiago y le dé por fin el abrazo al Apóstol, con tanta parada y fonda y tanta confraternización con aquellas chicas de Murcia con las que coincidieron y cuya foto te enseña en el móvil, qué tías más feas! Y por supuesto, el proselitismo: "Tenías que hacer el Camino de Santiago, verías cómo venías nuevo..."

El tonto progre del flamenco.
Desde que a Bibiana Aido la enchufaron en la Agencia del Flamenco, el cante ya no es algo reaccionario de los señoritos, sino lo más progre. El tonto progre del flamenco no se pierde un festival, como el otro con Ava Gadner, para contártelo.

Con muy mala cara y grandes ojeras, te dice, como perdonándote la vida: "Te perdiste anoche La Cervezá Flamenca de Villavieja. ¡Hasta las 4 de la mañana estuvimos allí escuchando flamenco puro! Mira, hay un chaval nuevo de Jerez que canta por Camarón y que no veas cómo metió el “Gaudeamus Igitur” por fiesta. Y no veas el final, José Mercé cantando con la Banda La Pamplonica el “Riau,riau” por bulerías. Como que donde esté el flamenco de fusión que se quite el flamenco con sifón..."



27 julio 2011

Irache Sorzabal no admite rendición de Eta

La negociación entre el Gobierno y sus enviados y ETA marcha contrarreloj en Venezuela, en busca del comunicado o gesto que facilitaría al PSOE la única baza posible para evitar su descalabro electoral, según publica hoy La Gaceta.

Los planes de Ben Ami y Currin, no obstante, se han topado con un actor inesperado: una de las actuales jefas de ETA, la dura Irache Sorzábal. Esta joven terrorista, aupada a la cúpula de la serpiente tras los sucesivos golpes policiales a su aparato militar se ha convertido, según fuentes de la lucha antiterrorista, en un “verdadero obstáculo para la paz”, y que el bloguero denomina "Victoria final de Eta".

Sorzábal aglutina a ese grupo de jóvenes y ortodoxos terroristas que recelan de los pasos favorables a la exclusiva vía política.

Pero véamos quién es IRACHE SORZABAL, que este Blog ya publicó con fecha de 1 Junio de 2010.

El 4 de marzo de 2008, la policía francesa comenzó a colgar por todo el país 30.000 carteles con el rostro de los seis etarras más buscados. Los cuatro primeros, con el temido Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki al frente, eran hombres.

Las dos últimas caras, sin embargo, eran de mujeres: Irache Sorzabal e Izascun Lesaka. Y, dos años después, ambas siguen esquivando a los agentes, mientras los otros han sido detenidos.

De las dos candidatas al cetro, la más conocida para las autoridades es Irache Sorzabal. Ha protagonizado infinidad de apuradísimas escapadas. El año pasado, por ejemplo, se escabulló tras sufrir un accidente de coche en las cercanías de Allègre (Francia) junto a Iurgi Mendinueta, otro de los etarras que aparecían en el cartel de la policía gala. Pero, antes de huir, ambos enterraron un ordenador en un bosque cercano. Los agentes lo descubrieron posteriormente y, al analizarlo, se toparon con una foto de Sorzabal con un niño pequeño: ¿su hijo?

Sea madre o no, su historial etarra es tan largo como variado. Hija de una familia abertzale "de toda la vida", los cuerpos de seguridad detectaron por primera vez a Irache en los círculos radicales de Irún con sólo 15 años.

"Era una borroka de cuidado: siempre montando chochos con esta gentuza", explica un policía que la conoció en la época. Hoy es escéptico sobre su candidatura: "En la banda se la ve como una simple abrepiernas. Estos tipos son unos machistas de cuidado: sólo las quieren para follar y servir el café. No me creo que pongan una mujer a mandar. Y dos, mucho menos". Pues este policia se equivocó.

En todo caso, Sorzabal ha hecho méritos para que los pistoleros la tomen en serio. Cruzó los Pirineos en 1997 y ese mismo año fue detenida por la policía gala y condenada a tres años de cárcel por asociación ilícita y falsedad documental. Un mes antes de su puesta en libertad, la etarra se embarcó en una huelga de hambre: según ella, perdió 39 kilos y tuvo que ser hospitalizada. Aun así, no logró aplazar su deportación a España, donde se recicló como profesora de euskara y portavoz de las Gestoras Pro-Amnistía de Guipúzcoa. En los diarios vascos todavía se conservan fotos de sus ruedas de prensa de la época.

En 2001 la detuvieron de nuevo por vínculos con ETA, esta vez en su domicilio de Hernani. Se le achacaron tres asesinatos y, aunque fue absuelta por falta de pruebas, su caso saltó a los periódicos por sus denuncias de torturas (golpes, tocamientos, calambres), que provocaron una reprimenda de Amnistía Internacional al Gobierno.
Cuando comenzó a circular una supuesta imagen suya con el costado derecho amoratado, la joven militante se convirtió en una heroína de la izquierda abertzale. Sin embargo, el juzgado de instrucción 13 de Madrid descartó posteriormente la veracidad de sus denuncias.

Desde poco después, Sorzabal anda fugada y con un currículum criminal in crescendo. Tres factores cuentan a su favor en el proceso sucesorio: forma parte del ala dura, posee experiencia y, además, tiene sangre. Es decir, cuenta con algún muerto a su nombre, lo que siempre da "prestigio" a la hora de imponer el liderazgo del hacha y la serpiente.

Tellagorri


26 julio 2011

Curbelone, el padrino de Gomera

Todo lo que ocurre en isla se cocina en el luminoso despacho de Dios, Papi o El Padrino, como le conocen los vecinos. Aunque, últimamente, muchos se decantan por un apodo más malicioso: Curbelone.

Si te hacen esperar para una operación, él te monta un viaje a una clínica privada. Si toda tu familia se queda en paro, él te busca una chapucilla mileurista. Si te ahoga la hipoteca, él llama el director del banco para que aplace las letras. Pero, claro, si estás casada, te han visto flirteando con otro y pones en peligro la armonía del pueblo, quizá recibas una llamada del presi recomendándote discreción.

En media hora, recibe una decena larga de llamadas. Un vecino le pide una silla de ruedas. Otro, una cama articulada. Un tercero, que le adecenten el acceso a casa... Curbelo atiende todas las solicitudes con encomiable paciencia. Apunta los detalles (nombre, teléfono y petición) con letra pulcra y diminuta en un cuaderno tamaño folio. Al colgar, llama a uno de sus empleados, le explica el caso y suelta su coletilla predilecta. "Que lo arreglen. Inmediatamente".

Hace 10 días, esta misma muletilla fue su perdición. Hacia las tres de la mañana del 14 de julio, al senador lo echaron de un local de alterne madrileño, la sauna Gola, tras una trifulca con un cliente. Ante la insistencia de su primogénito, Aday, que celebraba. su licenciatura de ingeniero, junto a su padre y un amigo, el trío se plantó en una comisaría. Que lo arreglen, reclamó el senador a los agentes. Y, cuando le ignoraron, soltó la ristra de amenazas que le ha catapultado a la portada de los periódicos.

-Sois unos terroristas, borrachos, hijos de puta, sinvergüenzas, soy senador y voy a ir uno a uno a por vosotros... Que estáis pagados por los putos fachas del Partido Popular...-, reza el atestado.

El resultado de este presunto desbarre fue su detención y, este lunes, su renuncia como senador por La Gomera. El todopoderoso barón jamás había sufrido tamaña vergüenza.
"Se creyó que en Madrid podía mangonear igual que en la isla", explica un antiguo compañero de partido y de correrías nocturnas.

De vuelta a su despacho, sin embargo, el Senador Torrente, como le ha apodado la prensa, tiene ganas de pelea. Una y otra vez, mantiene su versión sobre aquella madrugada. Que es inocente. Que los policías se extralimitaron. Y que, diga lo que diga el atestado, no visitó un puticlub.

-Dice que se siente víctima de una cacería política...

-¿Qué es si no?

-Eso le pregunto.

-Lo sabremos a su debido tiempo... Otra cosa es que la oposición, que lleva perdiendo las elecciones desde 1983, quiera ganar así. Que trabajen más. Que se levanten temprano, se acuesten tarde y trabajen por la gente, no por ellos.

En realidad, no sólo la oposición, sino la isla al completo, está conmocionada por el Saunagate. Sus fieles claman contra el "linchamiento" de su ídolo. Sus enemigos ansían que le empapelen, aunque sea por una mera escapadilla erótica.

No es el único que reclama esta garantía. La presencia de Curbelo se siente en cada esquina de esta isla volcánica de 370 km². "A estas alturas, ya le habrán informado de que estoy hablando contigo", coinciden tres fuentes (por separado) a los pocos minutos de encontrarse con el reportero.

Hace 55 años, cuando nació en la aldea de Vegaipala, nadie habría imaginado que el pequeño Casimiro se convertiría en una especie de Gran Hermano canario. El benjamín de siete hermanos se acostumbró a subsistir con lo que surgía de la tierra: patatas, cereales, fruta... "Era casi un pastor", recuerda un compañero de clase. "En el bachillerato, la gente se reía de él. De ahí viene su resentimiento a la gente con más clase, con más cultura. Y su afán por el reconocimiento".

Casimiro supo sobreponerse a esta desventaja y se convirtió en el único hermano que obtuvo una licenciatura: Filosofía y Letras en La Laguna (Tenerife). Pero, en aquellos años del posfranquismo, la política le resbalaba.

El joven no descubrió la cosa pública hasta que regresó a La Gomera. En 1982, el triunfo de Felipe le abrió el apetito de poder. Al año siguiente, le nombraron candidato para la alcaldía de San Sebastián de la Gomera. Y ejecutó la primera pirueta de su carrera política: tras ganar por minoría, orilló a sus aliados naturales, los comunistas, para pactar con Alianza Popular. Lo que fuera por el bastón de mando.

Curbelo apenas aguantó en el cargo. Enseguida se metió en un lío por la detención ilegal de dos vecinos. Al principio, logró esquivar a la justicia con una triquiñuela: cada vez que pretendían procesarlo, sufría un oportuno cólico nefrítico. Hasta que el tribunal, harto de tanto escaqueo, le juzgó en la cama del hospital.

Inhabilitado por un año, Curbelo purgó su condena en el Parlamento Canario. Hasta que, en 1991, reconquistó la isla como presidente del cabildo, una rica institución con 35 millones de presupuesto. Y allí tejió el curbelismo, un embriagador cóctel de caciquismo español y populismo a lo Hugo Chávez.

Dos décadas después, el pueblo gomero le sigue apoyando. El 22-M, obtuvo el 53% de los votos: una cifra estimable, aunque lejana al 70% que cosechó en otras convocatorias. Todo gracias a dos secretos: su compulsiva dedicación de trabajo y su infalible olfato para las iniciativas más populistas.

Un claro ejemplo es su política funeraria. El cabildo gasta 421.000 euros al año en que todos los isleños, mueran donde mueran, disfruten de un entierro gratuito. "Se me ocurrió en Venezuela, cuando vi a un gomero debajo de un puente y pensé que si se moría iban a comérselo los perros", recuerda hoy Curbelo. Sobra decir que el presidente va a todos los entierros, manda una corona de flores y es el primero en dar el pésame a la familia, aunque el difunto fuera su enemigo.

Lo mismo ocurre con libros de texto, gratuitos en toda la isla. O con los viajes para la tercera edad. O con el nombramiento del silbo gomero como Patrimonio de la Humanidad.

El reverso de este paternalismo es la dependencia patológica a la que ha condenado a los gomeros. Él decide todo, coloca a todos y sofoca cualquier iniciativa ajena al cabildo, la mayor y casi única empresa de la isla.

"Ha creado un ejército de gandules que trabaja seis meses, subsiste con 800 euros al mes, se fuma unos porritos y, encima, se cree que el presi les hace un favor", denuncia un antiguo compañero de partido.

Tanta dependencia, claro está, genera arbitrariedad. Dicen sus enemigos que no hay nada más temerario que enfrentarte a Curbelone. El presidente se entera de inmediato de todas las rebeldías. Sus espías le alertan de cualquier crítica. Tiene los móviles de todo el mundo. Y no duda en llamar personalmente al sedicioso para apaciguarle.
En cambio, nadie controla al presidente. Apenas hay periodistas independientes. Los pocos que aguantan se sienten amedrentados por su temible gabinete de prensa. Y, por si fuera poco, el cabildo cuenta con una radio y una tele que glosan sin descanso las andanzas de Curbelone.

Sin embargo, el Saunagate ha abollado la invulnerable coraza política de Papi. Tras las presiones de Ferraz, tuvo que renunciar a su acta de senador. Un sacrificio crucial si, como se rumorea, resurgen varios casos que dormitan en los tribunales. El presi ya no será aforado, un privilegio que le protegía de las indagaciones más dañinas.

Lo que hoy nadie duda es que aquel chaval de campo ha prosperado. En el Registro figuran 17 propiedades a su nombre, sin contar a su esposa Remedios, sus tres hijos (Aday, Almudena y María) o posibles empresas. Eso sí, resulta imposible conocer los detalles: el registrador de La Gomera veta el acceso "por la ley de protección de datos". Algo que no ocurre ni siquiera con las propiedades de ZP.

Esta opacidad alimenta las especulaciones sobre su fortuna. "Tiene 40 millones de euros de patrimonio", sostiene el abogado Alonso Trujillo, ex socialista y uno de sus enemigos jurados.
Hasta la fecha, el PSOE canario no ha querido hurgar en este runrún. A fin de cuentas, es el mismo partido que lo mantuvo como senador (unos 5.000 euros al mes) pese a que su única intervención en la presente legislatura fue recoger su acta. A Curbelone le encantaba viajar a Madrid, regatear inversiones por los ministerios y compadrear con los poderosos.

A cambio de sus votos, el PSOE se lo perdona todo. Incluso su afición a la farra. Al presi le encanta el whisky caro y el buen Ribera. Así, a pocos les ha sorprendido que la Policía le acuse de ir tocado. "Ya le tuvimos que sacar de un pleno al que acudió totalmente borracho, aunque él insistía en que iba perfectamente", recuerda Pedro Medina, portavoz de Coalición Canaria.

Eso sí, la sumisión tiene sus límites. Los mismos detractores comparan a los gomeros con el volcán sobre el que viven: dormitan durante décadas hasta que estallan sin previo aviso. Como en la Rebelión de los Gomeros (1488) cuando se alzaron contra la tiranía del señor Hernán Peraza, a quien ajusticiaron.

Cinco siglos después, el humo empieza a asomar por los cráteres de La Gomera. Ahora es Curbelone quien ve peligrar su imperio.

Tellagorri


25 julio 2011

El tonto de verano, variedades

El tonto de verano salta más a la vista que el tonto de entretiempo. Dice Antonio Burgos "que si para el invierno consagré la clasificación de Tonto con Balcones a la Calle, el de verano es un tonto con los balcones abiertos, para que le entre el fresquito."

He aquí una posible variedad de tontos de verano, ampliable a gusto del lector:

El tonto de la botella.
Suele ir en pantalones cortos y chancletas, pero se le reconoce por la botella de agua mineral que siempre lleva en la mano. El tonto de la botella ha oído en los consejos médicos para el verano que hay que hidratarse y lo sigue al pie de la letra. Porque el tonto de la botella no bebe: se hidrata. Existe una versión femenina del tonto de la botella, resultado de la obligatoria paridad: la tonta del botellín. En vez de la botella en la mano lleva el botellín de agua mineral dentro del bolso.


El tonto del bronceador.
Este se ha aprendido perfectamente lo del melanoma y menudo coñazo te pega con el peligro del melanoma cuando te ve extenderte el bronceador normal y corriente que te has comprado. Para el tonto del bronceador, el bronceador de toda la vida no es bronceador. Y la bronca te la pega como uses un protector normalito, de factor 5 o así. Como no sea de factor 30 o factor 50, prepárate para la monserga del melanoma que te va a colocar el tonto del bronceador.
Y por el contrario, haz la prueba: dile que usas un Protector Pantalla Total, que seguro que te da un homenaje y hasta te canta "El Veranito".


El tonto de la hoja de reclamaciones.
El tonto de la hoja de reclamaciones se lo pasa mucho mejor en verano que en invierno. En invierno protesta menos. Pero en el verano está en todo lo suyo. Te lo encuentras en el chiringuito, en la agencia de viajes, en la recepción del hotel, en la oficina de alquiler de coches, siempre dando por saco, formando cola de los otros clientes que esperan, hasta que el tío sale con cara de satisfacción tras exigir sus derechos en la hoja de reclamaciones que ha presentado, y que suele ser de un papel con el mismo uso que el Renova o el Scott.

El tonto del refrescante.
Es un tonto exclusivo que tienen para el verano las agencias de publicidad. Derrochan tanta imaginación que todo te lo venden como refrescante: la película más refrescante, el programa de televisión más refrescante, la bebida más refrescante, el viaje más refrescante...

El tonto con niños en Inglaterra.
He comprobado para qué mandan los niños a Inglaterra estos tontos. No para que estudien inglés, sino para que el tonto con niños en Inglaterra pueda presumir diciéndote que los ha mandado.

El tonto de playa.
Abunda mucho más de lo que se cree. Como tiene el apartamento u hotel a más de 5 kilómetros de la costa, llega en coche hasta un parking con hueco que está a unos dos kilómetros de la playa, acompañado de la mujer, la suegra y los niños. Naturalmente, traen encima, repartidos entre los adultos, una sombrilla grande y tres hamacas de las largas y pesadas, un cajón lleno de gaseosas y coca-colas con mucho hielo y que pesa más que el remolque de un camión, un par de botes inflables pero inflados imitando una lancha, y media docena de palas y cubos como si fueran a excavar una mina.
Logicamente, no consiguen ponerse en pié en cuanto llegan a la arena y allí dejan a un costado toda la impedimenta militar mientras se tumban y los niños se meten en el agua. Cuando ya están los adultos completamente con color de cangrejo cocido y con la piel que les pica como quemaduras de tercer grado, avisan por los altavoces que hay dos niños en el puesto de la Cruz Roja porque se han perdido.

Para cuando reaccionan, los niños ya se han quedado dormidos entre los socorristas, y los adultos que los van a recoger vuelven a cargar con la impedita militar en dirección al coche para volver al apartamento. Luego en cuatro días no aparecen más ni por el jardín de su alojamiento porque les duele todo a flor de piel. Naturalmente, a la vuelta dicen a sus vecinos que han estado en Marbella o en Benidorm o en Salou compartiendo juerga con ministros e incluso con la Duquesa de Alba.

La Tonta de Monumento Histórico
Es la que a la salida de la típica visita con guía, ve expuestas las fotos de una reciente remodelación y dice al guía a voz en grito: "Hay que ver, y pensar que estamos viendo "en persona" las fotos de la época en que se contruyó este palacio."


24 julio 2011

Se acaban los límites de Rubal

Siempre nos tomará por idiotas nuestro inefable Rubal. Como si fuera lo mismo coger a unos criminales con las manos en la masa a lograr legalizarlos y que estén en las Diputaciones y ayuntamientos vascos.

El daño del sabotaje a la operación policial es inmenso. Y el hecho de que Rubal ya no encuentre otros subterfugios que negar los daños de la operación de ayuda a ETA demuestra que considera ya inútil negar su existencia.

El problema de Rubal, de Camacho y de los tres jefes de ese núcleo de policía política de los socialistas, es que ya sólo pueden utilizar el argumento de que era necesario violar la ley para llevar a buen fin su plan de buenas intenciones. Y resulta que es idéntico al argumento esgrimido en defensa de los implicados en el proceso de los GAL.

Como idéntico ese otro, igual de perverso, que esgrime los logros en la lucha contra ETA que violaban la ley para una buena causa. No otra cosa se dijo del general Galindo.

No se aceptó que se violaran las leyes para luchar contra los enemigos del Estado. Difícilmente tendrá aprobación social que se violaran en una colaboración continuada con ellos en busca de objetivos compartidos, que es en lo que degeneró el mal llamado Proceso de Paz.

Ahora vamos a hablar de cosas más serias que de sastrecillos valientes. Sus intentos de hacer desaparecer el caso Faisan, con ayudas tan valiosas como la  pereza del juez Garzón, han fracasado. Sus cortinas de humo se han disipado. Y las mentiras ya no funcionan.

Muy mal le tendría que ir a este Estado de Derecho para que los implicados y sus poderosos colaboradores no tengan todos que responder ante la justicia.

Muchos españoles no se acaban de creer que también Rubal, como sus subordinados, acabe pagando por lo hecho. Porque le creen capaz de cualquier cosa. Pero los límites de Rubal existen. Y ahora está ante ellos.



23 julio 2011

Los periféricos les envidian


Los que no se consuelan no van al Paraiso, se quedan en simples "provincianos" "sin mundo". Esto viene a cuento de que en Madrizz han estrenado PLAYA, sí, tal como lo dicen las autoridades : ahora Madrizz ya tiene playa.

De lo que se obtendrán enormes beneficios tanto por ausencia de atascos en carreteras que van en dirección a Alicante o Andalucia, como  para no depender tanto de los catetos que cobran "una barbaridad" cualquier consumición.

Está situada a escasos metros del puente monumental de Dominique Perrault en pleno corazón de la Arganzuela.
La delegada de Urbanismo y Vivienda, Pilar Martínez, visitó ayer las instalaciones, que se llaman "Madrid Río Café Playa" y que abrirán todos los días de desde las 10 de la mañana hasta la 1 de la madrugada, y los viernes, sábados y vísperas de festivos hasta las 2.

En toda playa que se precie debe haber hamacas y, aunque en ésta no hay arena sino hierba, los madrileños podrán pasar el día tumbados por un euro al día. Para aquellos que lo deseen también se podrá alquilar (sin obligación de consumir nada del chiringuito) una sombrilla y una mesa para "picnics" por el mismo precio.

Además del nuevo café-bar de la nueva playa, los usuarios podrán disfrutar de las magníficas vistas que se perciben desde la terraza del chiringuito.

Ramón, un padre que se acercó ayer con sus hijas a curiosear, considera que es una alternativa de ocio perfecta para disfrutar en familia: "A unos veinte metros de aquí hay toboganes para los niños y, mientras que ellos juegan, los “papas” podemos estar aquí tomndo un piscolabis. Además, podemos venir en bici por la senda. Es una maravilla". A sus hijas, sin embargo, lo que más les llamó la atención son los chorros cambiantes y las nubes de agua de las playas urbanas.

Lástima de falta de olas, pero eso también se instalará que a los de Madrizz no hay obstáculo que los asuste.

Uno, como provinciano y cateto, se pregunta cómo colocarán las tres o cuatro millones de hamacas que necesitarán cuando los madrileños dejen de ir a las costas. Pero no dudo que ya lo habrán pensado también. Y habrá de todo.

Tellagorri


22 julio 2011

¿Son inocentes los policias del bar Faisan?

El supuesto en cuestión es bastante sencillo de explicar. Tres mandos policiales españoles reciben la orden de comunicar a los responsables de una ramificación concreta de la trama de extorsión terrorista etarra que están siendo objeto de vigilancia y que se va a producir una detención inminente.

Tan sucio relato de hechos, confirmado por todos los implicados, es ahora objeto de una investigación penal.

El exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo, el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés, y el inspector de la Brigada de Información de Álava, José María Ballesteros.

Soy un policía que me he pasado 29 años luchando contra una organización terrorista (…) He acudido a mucho entierros de compañeros y amigos, he perdido parte de mi salud por estar sometido a una tensión tal, que sólo quien la ha soportado en los años más duros de violencia terrorista puede entender” , ha dicho Pamiés.
Desde criterios estrictamente jurídicos, se podría mantener que la conducta de tales policías no es penalmente reprochable por cuanto que el hecho aparentemente típico no es realmente antijurídico, ya que obedece a una finalidad distinta de la cooperación con los terroristas. Ellos no están cooperando con nadie más que con quienes les dan las órdenes.

Dicha finalidad (distinta a la cooperación con terroristas) tiene una base política ligada a la acción de gobierno. Que los funcionarios han recibido órdenes de políticos para hacer lo que hicieron : dar el chivatazo.

Lamentablemente este ejercicio teórico no es válido para su aplicación práctica, mientras en el gobierno se empeñen en difundir la machaconamente que los policias actuaron por su cuenta.

Y la situación de los policias imputados no es aplicable al supuesto de inocencia por dos circunstancias muy concretas.

La primera, si como ahora se reconoce expresamente los hechos sucedieron y su finalidad no era sino la preservación de un proceso orientado a la paz ¿Por qué no se dijo desde un principio?¿Por qué incluso se negó expresamente que los hechos hubieran ocurrido?¿Por qué hemos tenido que aguantar las humoradas de Rubalcaba en la sesiones de control para no contestar?

Porque esa finalidad era obscena e indecente, además de en exclusivo beneficio electoral  propio.

La segunda es absolutamente determinante. Para que la explicación se sostenga en los términos del Rubal, para que se pueda decir que los hechos típicos de los policias no son antijurídicos, es preciso que exista un fin de acción política superior a que dichas conductas (el chivatazo a un etarra) sean no penables.

Y como la decisión (dar el chivatazo) en cuestión no la pueden adoptar funcionarios policiales sino responsables políticos, es preciso que tales responsables se pongan en pie y asuman que tomaron tal decisión y dieron tal orden.

En ese caso y solo en ese caso, la conducta de los tres policías puede salir del foco penal, de suerte que los hechos deban ser analizados únicamente en función de la decisión política.

Pero el amparar los hechos bajo la excusa de un fin superior cual sería proteger las negociaciones con Eta, jamás serán excusa de nada porque negociar con Eta impidiendo la detención de unos extorsionadores ni es un fin superior ni es en beneficio de los ciudadanos.

Pero si quienes adoptaron tal decisión no la asumen, da igual cuántas veces se publique en mil tribunas que los agentes no han incurrido en delito porque la razón eximente o exculpatoria no ha quedado acreditada.

Por lo tanto, por más que digan otra cosa, quienes están poniendo a los tres policías a los pies de los caballos y en situación de indefensión son aquéllos que carecen del valor necesario para asumir las decisiones y las órdenes que dieron.

Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita… —dice Pablo Iglesias en 1910.

Hace exactamente cien años

Tellagorri


21 julio 2011

"Las Carpeteras" o gitanas rumanas

Estamos ante el currículo de la banda de rateras más afanosa de Barcelona. La Policía sigue sus pasos, pero se ve incapaz de encarcelarlas.

Las llaman las carpeteras. Son chicas jóvenes con una carpeta y un formulario (fraudulento) que simulan ser voluntarias de una asociación (inexistente) en busca de solidaridad ajena para sufragar un proyecto humanitario (falso) de atención a niños sordomudos. A la vez que el turista lee la hoja, otra se sitúa tras él y le sustrae del bolso objetos de valor: carteras, móviles, cámaras de foto y de vídeo...
Siempre por valor de menos de 400 euros, lo que supone una falta y no un delito.

Así es el día a día de la más afanosa banda femenina de Barcelona (96 detenciones, 390 denuncias y 1.101 identificaciones en pocos meses). Actúan, sin excepción, cada día, un mínimo de 30 veces. El grupo de carpeteras, todas rumanas de entre 18 y 22 años, cayó hace 10 días. Pero por ahora, a la espera de juicio, están libres sin cargos.

Una de las rateras más activas es Carmen S., de 19 años, gitana delgada con una larga cola de caballo color negro. Desde que alcanzó la mayoría de edad, ha sido detenida 26 veces y 92 denunciada. Además, la han identificado en 189 ocasiones; es decir, un agente le pidió la documentación en el momento en que se disponía a actuar.

Originaria de Tandarei, en la región de Ialomita, Carmen aprendió a los 13 años a robar en los enclaves turísticos de la capital catalana: Paseo de Gràcia, Plaza de Catalunya, Sagrada Familia… Se lo enseñaron todo los integrantes de su clan: unas 20 familias gitanas asentadas en ocho pisos de tres localidades metropolitanas: Badalona, Santa Coloma de Gramanet y Sant Adrià del Besòs. En pocos meses, la joven Carmen se convirtió en una eficiente descuidera.

"Traen a España a las menores para robar", explican fuentes policiales. "Padres, tíos y maridos son coautore. No puedo asegurar que ellos las obliguen, pero estamos ante una banda de mujeres hurteras perteneciente a un clan familiar, en que no descartamos la figura del coordinador".

La ratera llevaba más de tres años colaborando con sus secuaces en el hurto de objetos de valor. Era, por tanto, sospechosa de integrar un grupo criminal, según recoge el artículo 570 del nuevo Código Penal (prevé de tres meses a un año de prisión para los multirreincidentes de falta de hurto).

Para confirmar las sospechas, responsables policiales de la Unidad de Investigación de Ciutat Vella fueron tras sus pasos durante semanas. Querían demostrar que Carmen y sus compañeras no eran sólo unas maestras del robo, sino integrantes de un grupo criminal organizado.

"Trabajamos para que sean condenadas, porque son un auténtico grupo criminal en el que existen jerarquía y distribución de tareas", indica un subinspector de los Mossos d'Esquadra.

La banda cayó el miércoles de la semana pasada en la estación Paralelo del metro. Se las llevó a la comisaría de Nou de la Rambla, en el Raval. Esta vez no se les detenía por una falta de hurto, sino por pertenencia a grupo criminal.

"No digo que no haya hombres tras ellas, puesto que tienen maridos y tíos dentro del clan, pero en los seguimientos no las hemos visto con ellos ni tampoco con bebés; también sabemos que alguna de ellas es madre", revela el subinspector.

Pero hoy Carmen, Mireia M. (21 años, 16 detenciones y 82 denuncias), Simona B. (19 años, 17 arrestos, 79 denuncias) y Verónica (22 años, ocho detenciones y 19 denuncias) están ya en la calle. Tras pasar dos días en el calabozo de la comisaría de Les Corts de los Mossos d'Esquadra, han vuelto a su modus vivendi.

Las carpeteras se reunían cada mañana a primera hora para desayunar en una panadería, junto a la parada de metro Artigas, en Sant Adrià del Besòs, Barcelona. Sentadas todas alrededor de una mesa, tomaban café y bocadillos mientras planeaban la jornada. Después, subían al metro con dirección a puntos turísticos de la Ciudad Condal. Uno de sus sitios predilectos eran las fuentes de Montjuïc, donde eran tan conocidas por los vecinos que llegaron a aparecer en las guías turísticas como una amenaza a la seguridad de los visitantes.

El metro se ha convertido en un paraíso para los rateros, con 62 hurtos denunciados al día. Nunca había habido tantos como este verano. Se visten a la moda para infiltrase entre los turistas. Se fijan en el número secreto de los pasajeros que compran el abono de metro con tarjeta. Amenazan a los vigilantes, les escupen, tratan de sobornarlos…

A Alan Hernández, barcelonés de 29 años, le sorprendieron las carpeteras cuando cogía el metro en la estación de Paralelo hace dos semanas, a las 21 horas. Fue víctima del truco del tapón: las chicas se acumularon en el andén, a las puertas de salida del vagón, para forzar un bloqueo. "Con el tren ya en el andén, me ofrecieron firmar algo y lo rechacé. En ese momento debieron sacar mi cartera del bolsillo trasero de los tejanos. Yo ni me enteré, me avisó un turista japonés", recuerda Alan.

Contra los carteristas se emplea activamente Eliana Guerrero, una colombiana afincada en Barcelona. Tan indignada está que se dedica a patrullar sola por vestíbulos y andenes armada con un silbato. Así lleva tres años, poniendo dinero para fotocopias en las que alerta a los turistas de que están en un punto caliente. El origen de todo fue presenciar el robo de un bolso a una turista jubilada enferma de diabetes y, a continuación, comprobar que el ratero le arrojaba la insulina. Su indignación hizo el resto.

El botín de las carpeteras rumanas se va a las fastuosas casas construidas en Tandarei. "Creemos que lo gastan y lo invierten en patrimonio inmobiliario en Rumanía", apuntan fuentes de la investigación, que sigue abierta y se propone detener a otras dos integrantes de la banda de rateras. También están empadronadas en Badalona.

Tellagorri
Con información de Hector Marín)

NOTA : Ya escribió respecto a este tema, y no hace mucho, un artículo el escritor Arturo Perez Reverte.


20 julio 2011

José Bretaño, fusilado por ambos bandos

Guardia civil, católico, de ideas conservadoras y leal a la República. Un cóctel demasiado peligroso para aquel sábado 18 de julio de 1936.

José Bretaño, comandante de la Guardia Civil, rehusó sumarse al alzamiento, permaneció fiel a su juramento y combatió a los rebeldes alzados del Cuartel de la Montaña en Madrid junto a milicianos y guardias de asalto.

Como recompensa a su lealtad acabó recluido en la Cárcel de Porlier junto a los militares rebeldes, políticos de derechas, sacerdotes y todos aquellos sospechosos de apoyar el golpe. Un guardia de asalto, al tanto de sus creencias, le delató.

El clima de odios que se había desatado trágicamente ese verano maldito atrapó a José Bretaño, como a otros españoles, en un fuego cruzado. Estigmatizados por sus ideas, actitudes, costumbres o simple profesión, no pudieron escapar a la cascada de violencia, delaciones, envidias y odio que se sucedió en ambos bandos.

A José Bretaño la vida no le dio dos oportunidades. Había luchado contra los rebeldes pero le fusilaron el 8 de noviembre tras ser incluido en una de las sacas de octubre-noviembre del 36. En los archivos de la República constaba como un traidor. En los del estado franquista, que resultó vencedor después, también.

Lo más terrible de aquella España de la Guerra Civil es que de no haber sido fusilado por los milicianos lo habría sido casi con toda seguridad por los franquistas. No había escapatoria.

Ese sangriento 19 de julio en Madrid, Bretaño se encarga de organizar a los milicianos que asaltan el Cuartel de la Montaña. Allí se había atrincherado el general José Fanjul con falangistas, oficiales de la guarnición, cadetes de las Academias de oficiales y los soldados de reemplazo, muchos de ellos convidados de piedra.

Bretaño estaba encuadrado en el Cuartel del Tercio Móvil, donde los oficiales y jefes de la Guardia Civil deciden negarse a secundar la rebelión. La mañana del domingo recibe la orden de incorporarse al dispositivo de la toma del Cuartel al mando de dos compañías de guardias civiles.

Los milicianos y el resto de los sitiadores enmudecen cuando ven llegar a los beneméritos para incorporarse a la operación, y Bretaño, como comandante, asume el mando de las fuerzas de seguridad. Ordena que los guardias de asalto coloquen sus ametralladoras en lugares estratégicos para evitar cualquier posibilidad de eludir el cerco.

Al comandante le preocupa especialmente la actitud de los milicianos e intenta colocar a profesionales de las fuerzas de seguridad en vanguardia para evitar un ataque indiscriminado o suicida, y que llegado el caso intenten controlar los más que previsibles desmanes.

Enquistados en su posición, los militares y falangistas en el interior del edificio deciden ofrecer una resistencia desesperada. Finalmente, el Cuartel cae el lunes 20 por la mañana y los intentos de rendición de los sitiados se transforman en una verdadera carnicería, a pesar de las órdenes de Bretaño. Sobre el patio quedan los cuerpos de 300 defensores entre oficiales, cadetes y falangistas.

Los guardias regresan a su cuartel con la desesperación de no haber podido evitar la matanza. Tras esta operación asume el mando de su Comandancia hasta la supresión del Instituto de la Guardia Civil por la creación de la Guardia Nacional Republicana (GNR), a la que se incorpora como comandante.

Y entonces, inesperadamente, la mañana del 3 de septiembre de 1936 unos guardias se personan para detener a José Bretaño por una denuncia de la Dirección General de Seguridad.

"Para su debido conocimiento tengo el honor de significar a V. I. que ha sido detenido e ingresado en la prisión sita en la calle de General Porlier, nº 54, a disposición de mi Autoridad el comandante de la Guardia Civil, D. José Bretaño Ramos", según dicta el entonces director general, Manuel Muñoz Martínez, al inspector general de la Guardia Nacional Republicana.

No constaba en el parte la delación ni el delito cometido. Bretaño se desespera y no puede ocultar su angustia en las cartas que escribe a su familia.

A medianoche, entre octubre y noviembre, comienzan a ser extraídos los detenidos de sus celdas con el requerimiento de su declaración. Jamás regresarán, como el comandante Bretaño. Según relata Matías Coruña, funcionario afecto al servicio de la 3ª Galería, la noche del 7 de noviembre llegan dos camiones de milicianos, sin orden de conducción alguna y, tras formar a 25 detenidos, los atan codo con codo y los suben a los camiones y de allí a las tapias del cementerio del Este. Son ejecutados en la madrugada del día siguiente. Su parte de defunción, firmado a instancia del Juez de Instrucción, no recoge inicialmente su nombre, y cita que su muerte se ha producido a consecuencia de shock: se obviaba los impactos de bala recibidos, uno de ellos en el ojo, como así constará en una ulterior revisión.

Finalmente, en virtud de oficio del Sr. Juez de Instrucción, nº 21, se realiza la inscripción en el Registro Civil de Madrid, distrito del Congreso, de su fallecimiento, como "José Bretaño Ramos, natural de Toledo, de 43 años, casado con Carmen Gálvez Medina, de cuyo matrimonio deja dos hijos, su profesión Comandante de la Guardia Civil, hijo de José y de Esperanza, habitaba en el Cuartel de dicho Instituto, denominado Guzmán el Bueno, en Madrid, a 22 de diciembre de 1936".

Desde estos momentos, además de la irrecuperable pérdida, la familia comenzaba un calvario: el de solicitar la pensión de viudedad, por el fallecimiento en tales circunstancias.

Las propias autoridades republicanas parecían desconocer el paradero de Bretaño, o realizaban un ejercicio de cinismo, ya que así lo acredita el escrito datado en marzo de 1937, que eleva el Guardia Civil Julián Vegas Jiménez, que a la sazón ocupaba la presidencia del Comité Central de la GNR, dirigido a instancias superiores, con estos términos: "Ante los informes desfavorables que emite la Comisión Depuradora de este Comité Central, referente al comandante del Instituto, D. José Bretaño Ramos, (…) se acordó por unanimidad que el referido Jefe cause baja definitiva en la Guardia Nacional Republicana, por su deslealtad al Régimen".

Cuando termina la Guerra los odios vuelven a cebarse con el comandante fallecido. De nuevo unas denuncias anónimas avisan al Fiscal del Consejo Supremo de Justicia Militar de que la viuda está cobrando el 50% del sueldo en concepto de pensión, cuando Bretaño había participado en el asalto al Cuartel de la Montaña… Y es que los vencedores no perdonaban este tipo de conductas.
No podía cobrar esa pensión la mujer de un rojo.

(Información de Agustín Manuel Pulido)


19 julio 2011

Igueriben, Monte Arruit o lo que trajeron los ineptos como los de hoy

Si la tragedia de un campo de batalla es siempre una lección sobre los pueblos y su naturaleza, la que este 23 de julio cumple 90 años exactos dice mucho sobre España y quienes la habitamos.

Y en lo que dice, apenas hay algo bueno. En esa fecha, en lo que se conoce como desastre de Annual, casi 13.000 soldados españoles fueron sacrificados como corderos, y más de medio millar apresados por las harkas sublevadas en Marruecos por Abd el Krim, que en pocos días reconquistaron todas las posiciones establecidas por nuestro ejército en la zona oriental del Protectorado.

Lo que había empezado como una arrogante campaña para ocupar el Rif desembocó en una sucesión de desastres culminados por terribles matanzas: la caída de Igueriben, la trágica fuga de Annual y la carnicería de Monte Arruit, con masivos asesinatos de heridos y prisioneros por parte de los rifeños, salvajes mutilaciones, crucifixiones y empalamientos con estacas de alambradas.

Y toda esa barbarie, toda esa desgracia estremecedora, muy bien narrada por los novelistas Ramón J. Sender y Arturo Barea, que allí fueron soldados y testigos de excepción, la sufrieron los de siempre: los pobres soldaditos del sistema de cuotas; la humilde carne de cañón que no podía, como los ricos, pagar a otro pobre desgraciado para quedar exenta del servicio militar.

El horror de esos días merece ser recordado cada año en España con más razón que los hechos de armas heroicos, porque fue peor que una sangrienta derrota.

Fue, sobre todo, una tragedia tan típica y nuestra como la paella, el jamón ibérico o el flamenco. Aquello fue la derrota de un país entero, la expresión de incompetencia de generales y de políticos, la improvisación, la desidia, la indisciplina, la cobardía y la desfachatez llevadas al extremo: España en estado puro.

Y sobre el terreno, desde el general Silvestre, jefe de las operaciones (muerto allí sin honor ni decencia) hasta los oficiales y mandos subalternos, aterrorizados, embrutecidos por el horror de la huida en tropel y la matanza, casi todos cuantos tuvieron mando en la tragedia fueron indignos de sus estrellas y galones, llevando a la infeliz tropa al calvario para abandonarla luego, indefensa, en manos del enemigo.

Los relatos de los supervivientes, más que indignación, lo que causan es sonrojo. Una inmensa vergüenza por lo que a veces fuimos. Por lo que a menudo somos.

Recordar aquello es, para cualquier español, un ejercicio doloroso y necesario. Una clave más para comprender el triste país donde se vive y la infame clase dirigente con la que seguimos jugándonos los cuartos y la vida. Pero también, como sucede hasta en las mayores desgracias, el desastre de 1921 proporciona cierto consuelo al demostrar que ni siquiera en situaciones trágicas desaparecen por completo la dignidad y el coraje.

Bajo tanta incompetencia y cobardía, entre las imágenes de miles de cadáveres mutilados y resecos al sol, quien lee sobre aquello encuentra también retazos analgésicos, hechos admirables que permiten respirar entre tanto horror y tanta patriotera mierda.

El último mensaje de los defensores de Igueriben, por ejemplo: "Sólo nos quedan doce cargas de cañón. Contadlas, y a la duodécima, fuego contra nosotros porque el enemigo habrá entrado en la posición".

O las sucesivas cargas de caballería dadas sable en mano, para proteger a los desbandados de Annual, por el heroico regimiento de Alcántara: ensangrentado, diezmado y tan agotado en hombres y caballos que los últimos ataques hubo de darlos despacio, al paso, bajo el fuego horroroso de los rifeños. Si quieren hacerse idea, busquen : hay un cuadro estremecedor de nuestro mejor pintor de batallas vivo, el catalán Ferrer-Dalmau, titulado "Las cargas del Gan". Uno de esos lienzos que a veces lo reconcilian a uno con esta infeliz España que, pese a ella misma y gracias a unos cuantos, merece salvarse siempre.

Hoy toca batallita, de las que fueron borradas de los libros de texto españoles, o casi, porque contar eso a los jóvenes es propio, dicen, de carcamales y de fascistas.

ARTURO PEREZ REVERTE

No dejen de ver este video que dura dos minutos :


 
 
 


18 julio 2011

Garzón como puta por carretera

Quiere ser una suerte de fantasma en Colombia. Tanto es así que pocos se enteraron de que aterrizó en Bogotá el suspendido juez Baltasar Garzón.

¿Que ya lleva varias semanas en este país?", pregunta incrédulo Francisco Santos, ex vicepresidente del Gobierno y director del informativo matinal de RCN Radio.

"Con lo que le gustan las cámaras es increíble lo discreto que está". Y es que el nuevo asesor de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA) debe morderse la lengua y escabullirse de las cámaras para cumplir la petición que le hiciera el mismísimo presidente colombiano Juan Manuel Santos.

El juez, que acaba de ser mencionado una vez más en el entramado del caso Faisán (con Garzón no hay problema, dijo un comisario implicado), llegó solo a Bogotá a mediados de junio.

Reside en Rosales, un exclusivo barrio, en un edificio cercano a la residencia del embajador norteamericano (una zona nada barata en una ciudad que acaba de ser nombrada la sexta más cara de Latinoamérica, por encima de Los Angeles). Trabaja a pocos minutos de su casa, en un bonito chalé del norte de la capital, donde está la nueva sede de la OEA. A ella llega en coche blindado, rodeado de una importante escolta policial, digna de un mandatario.

En su despacho, que pisa poco porque sólo permanece 20 días en Colombia al mes y viajará, además, bastante por el país, deberá elaborar el informe que presentará a final del periodo fijado en su contrato de asesoría, de un año de duración. En él figurarán sus conclusiones sobre el desarrollo de la Ley de Justicia y Paz, que para entonces habrá cumplido siete años. En el 2004 comenzó el complejo proceso de desmovilización de las sanguinarias AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), que firmó y puso en marcha con bastantes tropiezos el gobierno de Álvaro Uribe, pero que aún está en sus primeras fases.

Pluriempleado, pasaría a recibir varios sueldos a la vez: 1.800 euros mensuales como juez de la Audiencia (aún estando suspendido), otros 9.000 mensuales tras su nombramiento como colaborador externo en la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional de La Haya, más el salario de su puesto en Colombia, una cifra aún por conocerse pero apetitosa.

Sin mencionar que sigue dando conferencias por más de 10.000 euros.

Pasar desapercibido es la consigna. El actual mandatario colombiano no quiere molestar a su antecesor, Álvaro Uribe, que ve con muy malos ojos a quien fuera juez estrella y un crítico implacable de su controvertida gestión.

No hay que olvidar que Santos gobierna con los votos de Uribe aunque haya impuesto su propio estilo y se aleje cada vez más de él. Tampoco quiere el presidente de los colombianos atizar las iras de otro sinnúmero de voces críticas que rechazaron la venida del español, como el Procurador General de la Nación y ex magistrado del Consejo de Estado, Alejandro Ordóñez.

"Es innecesaria su presencia, no aporta nada para el fortalecimiento institucional, todo lo contrario". "Fue suspendido, se le acusa de varios delitos, uno de ellos, el de ser chuzador (pinchador) de abogados en el ejercicio de la profesión. Hay una carga negativa en la presencia de Garzón, yo eso se lo planteé al presidente en su momento. Y no sólo es mi concepto. En la misma Fiscalía, muchos sectores judiciales han considerado que no es afortunada la contratación", añade Ordóñez. Así, no le extraña el bajo perfil que emplea Garzón, alejado de su comportamiento habitual:

"Parece que recibió el mensaje, casi nadie se ha dado cuenta de que está en Colombia", dice.

Más crítica ha sido la prensa que ha soltado un dato desconocido por los españoles. Su hijo, Baltasar Garzón Molina, ha trabajado con los indígenas del país.

"Lo traemos a Colombia donde obviamente levantará los mismos expedientes que ha tratado de levantar su hijo apoyando a las FARC en el departamento del Cauca... El hijo de Garzón ha pasado larguísimas temporadas en Colombia empujando a los indígenas del Cauca a una guerra en asocio con las FARC. ¡Ese es el asesor que traemos!", dijo al aire en su programa de radio, La Hora de la Verdad.

Garzón Molina estuvo trabajando en el Movimiento Juvenil Álvaro Uncúe de la Acin (Asociación de Cabildos del norte), en Toribío, departamento del Cauca, hace unos cuatro años.

Intentan que la prensa no conozca los actos a los que asiste. Ante un cuestionario sobre la cuantía de sus ingresos, sus incompatibilidades y responsabilidades en la nueva tarea, entre otras cuestiones relativas al trabajo de quien no deja de ser un empleado público, pagado con dinero público, responden: "Son temas de su vida privada". Una cosa está confirmada: el monto de su salario lo conoce el Gobierno español y no lo quiere decir.

Pese a la mala fama, a sus poderosos amigos y a su interés personal, no fue fácil para el ex juez de la Audiencia Nacional conseguir el trabajo en Colombia. Y no por falta de ganas de los gobiernos de Santos y de ZP, ni de su íntimo amigo Luis Moreno Ocampo, fiscal de la Corte Penal Internacional, que ya le dio una asesoría en La Haya cuando fue suspendido de sus funciones y que nunca cejó en su empeño de dejarle colocado otra vez.

La fuerte controversia que originó en Colombia el anuncio de que el Ejecutivo lo contrataría como asesor, que sorprendió a todos los que pensaban que la suya es una figura intocable, obligó a emprender una ruta diferente para alcanzar el mismo fin. Porque lo que ambas administraciones tenían claro es que sería España la que pagaría los gastos y Colombia la que establecería las funciones y buscaría el organismo contratante.

No tardaron mucho en hallar la solución. La encontraron en la MAPP/OEA, que nuestro país financia, junto a otras naciones, desde 2005. El mecanismo para colocar a Garzón sería sencillo puesto que su sueldo quedaría integrado en el presupuesto global del programa.

Su posición no la comparten algunos fiscales y jueces que llevan muchos años tratando de sacar adelante la mencionada iniciativa legislativa, de muy difícil aplicación. Deben sentar en el banquillo de los acusados a más de 2.000 mandos de las AUC, arrancarles la verdad sobre sus atrocidades, hacerles confesar su red de cómplices de todo pelaje y conseguir de paso que entreguen las propiedades y dinero que acumularon sembrado el terror, para reparar a más de 100.000 víctimas.

Y hay magistrados de Justicia y Paz indignados que dicen: en estos años tuvimos aciertos y errores y Garzón viene a pegarse a los aciertos. Otras personas piensan que se apropia de los informes que ya están hechos y les pone su firma.


Su última parada fue Cali, donde se reunió con autoridades locales. La estancia coincidió con el brutal ataque de las Farc el sábado 9 de julio, a la pequeña población indígena de Toribío, donde hirieron a 80 personas y destrozaron más de 500 viviendas. Tampoco se le ha oído ni un comentario de rechazo a tanta brutalidad, en línea, quizá, con su nueva política de labios sellados.

Tellagorri
(con la información de Salud Hernández )



17 julio 2011

El regreso "pacífico" de los banderizos

Parece que lo de menos es que BILDU, así llamada a dirigir los destinos de Guipúzcoa en los próximos cuatro años, se oponga frontalmente a todos los proyectos que significan progreso para nuestra tierra, como el tren de alta velocidad, la ampliación del puerto de Pasajes o la modernización del aeropuerto de San Sebastián y la construcción de incineradoras de basura.

Supongo que en eso son herederos de ancestrales doctrinas  del Profeta bilbaino (siglo XX) que decía que Euskadi no sería libre hasta que las vacas pastasen libremente en el Boulevard donostiarra.

Lo que preocupa es que BILDU, justo cuando ha dejado de recaudar el impuesto revolucionario, va a recaudar el IRPF, el IVA y el Impuesto sobre Sociedades. Y es que ahora, a la persuasión de las pistolas y las bombas (que nadie ha entregado ni inutilizado, aunque algunos atolondrados lo den por hecho) se suma el enorme poder de la maquinaria administrativa y de los procedimientos tributarios.

Ahora sí que las posibilidades de comprobación de datos y estimación de rentas y fortunas, que ya antes eran enormes por el numerosísimo grupo de chivatos que ETA tiene en instituciones públicas y privadas, se convierten en infinitas. Los mecanismos oficiales puestos al servicio del terrorismo.

Un veterano en la resistencia al chantaje etarra (especie mucho más escasa de lo que se ha querido contar) decía con cierto humor negro, que ahora por lo menos, entre pagar o jugarse la vida, le quedaba a uno la vía intermedia del recurso económico-administrativo.

Lo cierto es que parece que BILDU va a hacer honor a su nombre, ya que una de las acepciones de dicha palabra en vascuence es “recoger, recolectar, recaudar”.

Seguramente porque, además de lo que son, sugieren lo que parecen, y BILDU se parece a BELDUR, que significa miedo.

Tellagorri



16 julio 2011

Victor Hugo y España

El padre de Victor Hugo era un destacadísimo general napoleónico que fue destinado a Madrid como primordial brazo militar del rey José I, durante la ocupación de España por las tropas francesas y la consiguiente Guerra de la Independencia.

Padre y madre, que ya habían vivido separados, tenían sus correspondientes amantes y, la familia disponía de un palacio en la calle Clavel, Victor Hugo y sus dos hermanos fueron recluidos, durante un curso, en el colegio de los Escolapios de la calle Hortaleza, en régimen de severo internado, prólogo de la triste estancia del escritor en una pensión parisina hasta los 16 años.

Aunque no había cumplido los 10 cuando llegó a Madrid, la cultura española se quedó fijada en la mente de Victor Hugo, como más tarde se vería en sus obras y en algunos de sus gustos personales.

En 1843, visitaría el País Vasco y Navarra (dejó constancia en su libro Los Pirineos, ilustrado por él mismo, que fue un gran dibujante) y viviría durante una corta temporada en Pasajes (Guipúzcoa), donde hoy se puede visitar su casa-museo y donde recibió la noticia de la muerte por ahogamiento de su segunda hija, Léopoldine.
A los meses de nacer, había muerto su primogénito, Leopoldo. El escritor vio morir a cuatro de sus cinco hijos. Le sobrevivió sólo Adela, la loca, que murió muy anciana, tras 40 años de internamiento en un manicomio.

Victor Hugo se casó a escape, en 1822, a los 20 años, con Adela Foucher, hija de amigos de la familia y compañera de juegos juveniles. Sólo hizo falta que se muriera su madre (la de Hugo), que se oponía a la relación.

El matrimonio de Victor y Adela duró más de 40 años, pero estuvo intervenido por la relación constante y estable, desde 1833, del escritor con la actriz Juliette Drouet, que llegó a compartir casa con Hugo y su mujer y fue su secretaria y compañera de viajes.

La vida amorosa de Victor Hugo fue bastante movida, y momento hubo, a mediados de la década de los 40, en que el escritor tuvo cuatro mujeres a la vez: a Adela y a Juliette se le sumaron simultáneamente la dulce y culta escritora Leonie Biard y la desinhibida actriz Alice Ozy, que Hugo le birló a uno de sus hijos, ciegamente enamorado de ella.

Gran y descomunal poeta desde sus comienzos, el espaldarazo de Victor Hugo (que ya había publicado novelas) llegó con el teatro. Cromwell (1827), Hernani (1830) lo colocaron en la cumbre, no sin escándalo por lo novedoso de sus planteamientos, como jefe de filas del teatro romántico, que él erigió dinamitando las reglas conservadoras de la Comédie Française.

La primera gran novela de Victor Hugo (y una de las más grandes de todos los tiempos) habría de ser Notre Dame de París (1831), la conocida historia de la gitana, el jorobado, el cura y la catedral parisina, un prodigio de minuciosidad y erudición.
Victor Hugo es ya una celebridad, que se consolida en los años siguientes con títulos y honores (académico, título nobiliario de vizconde) y se incrementa por su apasionada dedicación a la política y a los debates de ideas.

Victor Hugo se opondrá frontalmente a Napoléon III y tendrá que salir por piernas al exilio, instalándose en la isla británica de Guernesey. En total, y después de Bruselas y Jersey, serán, de 1852 a 1870, 18 años de alejamiento de París, adonde volverá tras la caída de Napoleón III, siendo elegido, sucesivamente, diputado y senador.

Escaldado de la política, y tras un breve regreso a Guernesey, afrontará con más calma la última década de su turbulenta y fértil vida, extinguida a los 83 años.

Será en Guernesey donde culminará, desde mediados de los 50, la otra obra magna de su novelística que había ido planteando desde años atrás, Los miserables (1862), la descomunal peripecia de Jean Valjean y el gran fresco sobre las víctimas de la pobreza y la injusticia, la novela-madre de tantas otras venideras de entraña realista e intención social.

Con una prosa encendida, vibrante y puntiaguda, Hugo repasa la historia de París y alaba sus valores. Aparece aquí el entusiasta de la Ilustración, de la Revolución y de la Comuna, de Voltaire más Danton, el adalid de la paz, del comercio y del progreso tecnológico, el fustigador de la superstición, del absolutismo y de la desigualdad y, sobre todo, el visionario y gran propagandista, con un siglo de antelación, de una Europa unida.

Comienza: "En el siglo XX habrá una nación extraordinaria. Esa nación será grande, lo cual no le impedirá ser libre. Será ilustre, rica, pensante, pacífica, cordial con el resto de la humanidad…". Sus contemporáneos juzgan absurda esa idea: se considera que la rivalidad entre Francia y Alemania no puede desaparecer.

Tellagorri


15 julio 2011

El maletín gitano y las joyas de Evita

De barbas con un corte perfecto, con sus túnicas de un blanco impoluto, los multimillonarios jeques árabes atravesaron la recepción del hotel Las Arenas de Valencia hacia la entrada, donde ya los esperaban sus limusinas custodiadas por varios guardaespaldas. Uno de ellos, de pelo negro, ojeras marcadas y nariz recta, mantuvo su mentón en alto en actitud altiva mientras agarraba con fuerza un paquete grande: eran 10 millones de euros en efectivo.

Llevaba también una tiara de diamantes de la legendaria Evita Perón y un par de pendientes, dos anillos y otras joyas de piedras preciosas.

Pero, en realidad, no eran jeques, sino gitanos. Y su viaje no era de turismo: querían estafar a la joyería Sofía. Lo habían conseguido.

Esa tarde luminosa de invierno, mientras la fachada del hotel valenciano se perdía a lo lejos, la vida les sonreía. Todo empezó en ese verano de 2009, cuando le ofrecieron la cifra redonda de 10 millones de euros a Sofía Dolores Monteagudo, dueña de la joyería, a cambio del ajuar de Eva Perón, la primera dama argentina, fallecida en 1952.

La propuesta era tentadora: la mujer aceptó y la transacción se hizo el 17 de diciembre de ese año. Pero, tras contar la montaña de billetes, la mujer notó que el dinero se había cambiado por rectángulos de papel sin valor. Fue en una fracción de segundo. Trató de cancelar la venta, pero los supuestos jeques la golpearon y huyeron.

La mujer había caído en una red de estafadores serbo-croatas de la etnia rom (gitana), hábiles embaucadores con la conocida técnica del rip deal: un hombre, oculto bajo un escritorio de la suite, había reemplazado el dinero real (depositado en un cajón) por el falso.

El operativo policial para recuperar las joyas arrancó unos días después. Y los ladrones empezaron a caer como moscas. Miroslav Dragutinovic, croata, fue arrestado en Turín en febrero de 2011; Nenad Nikolic, 40 años, en mayo; Gojko Jovanovic y Tomislav Jovanovic también cayeron en otras redadas policiales. Solo en Madrid, atraparon a seis miembros de la banda, mientras intentaban un rip deal de 500.000 euros con unos narcos colombianos.

Y los sabuesos olfatearon bien la tiara: el pasado 21 de junio la recuperaron en el hotel Silver, cerca de Milán. Del ajuar completo, falta todavía un tercio de las joyas. La tiara, intacta de milagro (vender los diamantes por separado era más seguro) estaba también en la caja fuerte de hotel.

No era la primera vez que la reliquia, con una vida película, desaparecía. De origen europeo, la tiara, al parecer, llegó a territorio argentino en la valija del príncipe consorte Bernardo de Holanda en 1951. Durante décadas se ha dicho que se la regaló a la primera dama.

Evita moriría un año después de leucemia sin haberse puesto la joya ni una sola vez en ningún evento, ni en sus giras internacionales y sin que, una vez muerta, hubiera registro de la joya en el inventario oficial.

Tras su muerte, su marido cayó en un golpe de Estado y la estrategia del nuevo gobierno fue inventariar, exponer y rematar unas 200 joyas de Eva Perón demostrando al pueblo que no era más que una derrochadora. Su gusto por el glamour incluye un famoso collar de rubíes que al parecer le regaló Franco. Otros aseguran que Evita quería donar sus joyas a la caridad.

Hoy, la tiara ha reaparecido en tierra europea, tras sobrevivir a un año y medio en un maletín gitano.

La tiara de diamantes de Eva Perón es única en el mundo y está valorada en cuatro millones de euros. Fue construida artesanalmente, podría datar del siglo XIX y perteneció a la familia real holandesa. Está fabricada en platino y consta de 147,04 kilates de diamantes. El ajuar robado ascendía a 10 millones de euros. Otras de sus pertenencias fueron subastadas en Christie's, entre ellas el famoso collar que pudo regalarle Franco, un anillo de diamantes y un broche de piedras preciosas en forma de bandera argentina.

Tellagorri



14 julio 2011

Doctor Sabrido, el "milagrero" de Castro y Chavez

Es, probablemente, el galeno español más vigilado. Sólo conocen su paradero, vaya a donde vaya por el mundo, un puñado de hombres de confianza. Orden del comandante.

Y en la Embajada de Cuba en Madrid la cumplen con disciplina militar. Saben que el doctor de los milagros (con tal fervor hablan de él en la familia de Fidel Castro) ha de estar permanentemente localizado. El sobrenombre, vox populi en la isla comentaba  un cubano llegado a Madrid, esconde a un intocable de la revolución: José Luis García Sabrido, 66 años, jefe del servicio de Cirugía General III del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Una eminencia mundial del bisturí. El cirujano amigo que salvó al anciano Fidel y, desde hace cinco años, lo visita cada seis meses para chequear en persona su delicada salud.

Un avión, dispuesto por la diplomacia cubana, espera para llevarlo a cualquier hora del día o de la noche al otro lado del Atlántico. Fe ciega en nuestro hombre en La Habana.

Desde que trascendió el encargo, in extremis, de que salvara a Fidel, de 84 años, (en peligro tras sufrir graves complicaciones derivadas de una hemorragia, a veces relacionada con procesos cancerígenos, y dos intervenciones fallidas para evitar la perforación de su intestino grueso, situación que resolvió con evidente éxito en diciembre de 2006 el médico español), el doctor García Sabrido se ha convertido en una estrella invisible.

La fama, dicen, no la soporta. Y en su hospital son pocos los que se brindan a retratar a este triunfador, flaco de cuerpo, muy serio, pulcramente repeinado y con bigote estilo años 30.

Ni siquiera resulta fácil dar con su currículo, pese a sus 35 años de experiencia, parte de ellos formándose en Reino Unido, Holanda, Canadá y Estados Unidos. Y menos aún conocer de primera mano su vida extramuros del hospital público donde trabaja full time y pone a punto métodos quirúrgicos propios contra el cáncer de páncreas y otros tumores del aparato digestivo.

Pese a todo, su nombre vuelve a estar de actualidad. La enfermedad de Hugo Chávez, que, después de tres semanas de tratamiento en Cuba, el lunes regresaba triunfal a Venezuela, de nuevo ha colapsado su teléfono con llamadas de periodistas. Nada extraño, por otra parte. Si alguien de verdad conoce el alcance del mal que padece el presidente de Venezuela es el doctor de los milagros.

¿Cáncer de colon o cáncer de próstata? Las dos vías fueron barajadas al principio del viaje de Chávez a Cuba.

García Sabrido, según fuentes sanitarias consultadas, habría sido llamado a Madrid desde La Habana. La situación iba a peor. Todo parece indicar que se debió a una bolsa de pus, alojada en la parte inferior del abdomen del mandatario venezolano cuya eliminación quirúrgica había resultado fallida tras un primer intento de los médicos cubanos. Tenían que asegurarse de que la alarma no trascendiera y, a la vez, sacar adelante al presidente. Un encaje de bolillos.

Y García Sabrido tenía sobrada experiencia. Él habría sido el encargado de marcar la estrategia operatoria para salvar a Chávez.

"No se imagina la cantidad de personas de la cultura y la política que he atendido", confesaba, de manera inusual en él, a un semanario digital argentino durante una de sus visitas a Buenos Aires. Un secreto que, sin dar nombres, nunca hubiera desvelado en España el cirujano de los poderosos.

Por sus manos expertas han pasado, entre otros pacientes, Raúl Castro, hermano de Fidel y hoy al frente de Cuba; su mujer, Vilma Espín, figura legendaria de la Revolución, fallecida en 2007 a causa de un cáncer linfático; el bailarín Antonio Gades, condenado por un tumor maligno, al que el doctor Sabrido, íntimo del coreógrafo alicantino, logró prolongar la vida cuatro años; o Mariano Rajoy, a quien operó de una hernia inguinal.

Tal vez por eso, el líder del PP no quiso entrar al trapo cuando Esperanza Aguirre arremetió contra la asistencia "al dictador", pese a dar el visto bueno a la misión "humanitaria". De hecho, autorizó a Sabrido a que llevara en su avión (pagado, eso sí, por el Gobierno cubano, incluida la estancia del cirujano en la isla, cuyas consultas e intervenciones no cobra) medicinas y material para la operación de Castro.

Casado en segundas nupcias con una azafata del concurso de televisión "Un, dos, tres", Françoise Lacroix, una luxemburguesa de 52 años, el cirujano Sabrido reparte el escaso tiempo libre que le deja el quirófano entre la familia, los amigos y la monta a caballo, afición que ha inculcado a su hija Cloe.

Incontables son los vuelos que ha realizado a La Habana en los últimos 20 años. En ocasiones, para disfrutar en familia de sus paradisiacas playas. Otras veces, para aportar su sabiduría en congresos o para tratar a algún preboste del régimen.

Su historia de amor con Cuba, cuyos logros sanitarios Sabrido admira sin mojarse políticamente, viene de lejos. Arranca, entrada la década de los 90, con una figura que nada tiene que ver con la medicina: el bailarín Antonio Gades, el paciente por el que tal vez más cariño ha sentido. Fue el coreógrafo de Elda, miembro del Partido Comunista de Cuba y compadre de Raúl Castro, quien le abriría las puertas del régimen. Alineado ideológicamente con postulados de la izquierda, aunque no comunista, García Sabrido, de familia republicana, dejó impresionado al hermano y mano derecha del comandante. A partir de ese momento, Sabrido ya no era Sabrido. Raúl lo bautizó como el doctor de los milagros.

Tal era la amistad con el bailarín, que antes de su muerte en 2004 en el Gregorio Marañón, el coreógrafo le confesó a su amigo doctor el deseo de que sus cenizas reposaran para siempre en la isla de sus sueños. Así fue. De su puño y letra, como un disciplinado guerrillero, dejaba escrita su entrega incondicional a la voluntad de Castro: "Haga con ellas lo que usted crea conveniente... Siempre a sus órdenes. Antonio".
Sus restos fueron depositados en la Sierra Maestra, la montaña donde los guerrilleros de Fidel forjaron la revolución que Gades defendería hasta su muerte.

La mente fría y el pulso firme han sido constantes en la vida de José Luis García Sabrido. Aunque hermético y nada dado a expresar sentimientos, el cáncer de Françoise, su mujer, tampoco habría roto en él la prudente distancia afectiva que separa al médico del enfermo.

A 8.500 kilómetros de su hospital en Madrid, las intrigas en el país caribeño, donde el silencio es ley, son otro frente abierto contra su persona. En unas declaraciones incendiarias a una televisión local de Miami, el que se presenta como médico militar y ex jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital Hermanos Amejeiras de La Habana, el doctor José Antonio Copo, acusa claramente de "mentiroso" a su homólogo español por decir que Castro "no tiene cáncer". Según él, porque el propio Gobierno cubano lo "ha chantajeado" con "fotografías suyas en hoteles y vídeos" que lo comprometerían. Una versión, por otra parte, demasiado recurrente entre los exiliados (y Copo es uno de ellos) para desautorizar a quienes muestran alguna simpatía por el régimen.

Y nuestro hombre en La Habana lo sabe. Dicen que era consciente del difícil papelón que le esperaba desde el momento en que estrechó la mano de Raúl Castro. Cuentan también que se siente tan perseguido como la Pantoja. Y que sus manos, pese los años pasados bajo la luz fría del quirófano, siguen igual de hábiles que al principio... Siempre en guardia.

Un avión le espera en Barajas para cruzar en cualquier momento el Atlántico. A cualquier hora del día o de la noche.

TELLAGORRI
(Con información de Paco Rego)