Ya en los siglos XVII y XVIII algunos vascos muy cabreados solían pasarse por la guadaña a los "señoritos" de la época (alcaldes, curas y prebostes), por culpa de lo que hacían y que era, más o menos, lo que hoy siguen haciendo los señoritos del Psoe y del Pnv. Por ello, es bueno tener noticia del tema. Las algaradas se denominaban : MACHINADAS.
En toda la historia de estas revueltas de vascos (en los siglos XVII y XVIII) se dan tres circunstancias claves :
a) Coyuntura agraria grave
b) exigencia de tributación extra, y
c) situación bélica o exigencia a las provincias vascongadas de aportación de milicias.
A esta revueltas se las terminó denominando machinadas, calificativo que deviene de Machín o San Martín, patrono de los FERRONES, porque la base de las mismas se inicia entre ferrones y campesinos relacionados con las ferrerías vascas. Y el término quedó, popularmente, como equivalente a asonada o insurrección.
Las más graves son las de 1718 y 1766, aunque las hubo en 1731 en Irún a raíz de la leva de marinería, en 1733 en Placencia de la Armas, por la fábrica de armamento, la de 1739 en Azpeitia a causa de la carestía del grano o pan, la de 1743 en Hernani, etc. etc.
Los fueros garantizaban : La hidalguía universal, la exención fiscal de determinados productos, y la exención del servicio militar, así como la libertad de comercio.
Las infracciones a algunas de estas "foralidades" por parte bien de los miembros de Juntas Generales Provinciales o bien por los mercaderes, clérigos y clase urbana, fueron las causas generales de tales insurrecciones populares.
En muchos casos, se venía larvando una hostilidad creciente entre jaunchos (señoritos) rurales y campesinos de un lado, y comerciantes o burguesía urbana por el otro. Es una lucha feroz entre las clases trabajadoras (de ferrerías y campo) contra comerciantes y notables urbanos, dominantes de las instituciones de gobierno provincial.
Las víctimas de la machinadas son muestra de lo expuesto :
1- La acción popular ajustició en 1632 a Domingo de Castañeda, alto funcionario de la Audiencia del Corregidor;
2.- Saqueó la casa de don Pedro Fernández de Castañeda y la de don Pedro de Villela (alcalde Bilbao el uno y comisario de galeones el otro).
Es decir, hombres poderosos con beneficios agrarios, cosecheros de vinos, propietarios rurales o inversores de negocios y clérigos fueron los objetivos de la masa de amotinados.
Dar muerte a los poderosos, y que se respeten los derechos de las clases más desfavorecidas, en aquella época preinduatrial, es la clave de la mentalidadl popular o comunitaria.
En las dos graves machinadas (1718 y 1766) la cosecha agraria más importante de Vizcaya y Guipúzcoa era el MAÍZ.
Y en ambas es la base del descontento por ser deficitarios en grano y disponer sólo de otras dos actividades : la pesca en Guetaria, Motrico, y los ferrones ( Mondragón, Placencia, Eibar, etc.).
Alberoni, ministro del rey, estableció aduanas de tasas, lo que provocó la ira de los comerciantes y campesinos porque a los primeros les controlaba el tráfico de mercancias (tabaco, sal, etc) y a los otros porque les arruinaba el contrabandeo.
También es curioso que en todas las aldeas rebeldes los cabecillas eran los notarios y los secretarios municipales. Siempre es en la aldea campesina dónde se inicia la revuelta.
El foco del motín se localizó en Guipúzcoa, capitaneada por Azcoitia y Azpeitia, en las zonas de Elgoibar, Eibar, Mondragón,, Deva, Motrico, Zumaya, Cestona, Guetaria y Zarauz, prolongándose timidamente hasta Hernani.
Los defensores del orden son los donostiarras, autoridades y comerciantes. También las fuerzas vivas de Tolosa y Vergara se posicionaron con las autoridades.
Es obvio que en la expansión machina tuvieron tuvieron siempre un papel determinante las redes de tabernas, mesones, mercados, ventas y ferias, y la presencia de notarios y secretarios municipales.
Los aldeanos, a toque de campana tañida, se congregaban en las puertas de los ayuntamientos y se decidía la partida hacia los centros de poder, siendo de detacar el papel dirigente de las mujeres campesinas.
Los machines cuando actuan lo hacen contra los estancos, aduanas, levas y acaparamiento de comestibles.
Con la profunda convicción de que los precios deberían ser regulados en épocas de escasez y que los comerciantes acaparadores son los criminales, los saqueos, muertes, incendios forman parte de un ritual purificador.
Por otra parte, protestan y actuan sin negar ni poner en duda su sumisión a la Corona.
Al grito de "Viva el rey" y "viva los Fueros" recriminan la violación de las libertades aldeanas por parte de recaudadores de impuestos, comerciantes y malos gobernantes provinciales. Y así vemos el tal sentido justiciero en las peticiones que formulan:
-Que no se pague el diezmo de la castaña; que los clérigos no salgan de casa después del angelus; que si algún clérigo cayese en pecado de fragilidad, le CAPEN publicamente a la tercera; que el que tiene dos capellanías, se le quite una; que la Villa pague salario al médico y no exija sisa por ello a los vecinos: que la fanega de trigo valga 26 reales y 15 la de maíz, etc. etc.
El alcalde de San Sebastián, don Manuel Arriola, junto al coronel Kindelán y con 300 soldados, más los vecinos de Irún, Oyarzún, Rentería, Hernani y Urnieta partió en dirección a Azpeitia.
En Loyola (Azpeitia) detienen a 74 oficiales y peones que trabajaban en la construcción del colegio de los Jesuítas, junto con otros detenidos posteriormente, sumando más de trescientos en dos días..
Los encausados fueron juzgados de forma sumarísima y se dictaron varias penas de muerte (no ejecutadas) y numerosas multas, confiscaciones de bienes, destierros y prisión en galeras.
Como se ve a los "kaleborrokas" no los trataban como ahora, que los dejan tran tranquilos por aquello de que "no conviene cabrear a Eta".
Por Tellagorri
antecedentes,kaleborroka